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El primer amor no es la primera persona que te gustó, sino por quien hiciste cosas que nunca imaginaste y nunca olvidarás.

Le premier amour non est la premiére personne que vous avez aimé, si ce n'est par qui fait des choses qui n' aurais jamais imaginé et ne jamais oublient

Frase aportada por: _YMW_XX  ¡Gracias! 


Nathanael abrió los ojos de par en par y miró a ambos. Marinette pasó sus manos por su rostro, exasperada por la situación, cuando descubrió que Adrien estaba a punto de apoyar su mano en su hombro la quitó. No deseaba demostrar más signos de afecto con el rubio frente a su actual pareja. Había cometido un grave error y ella era la única que, como idiota, había puesto en evidencia sus sentimientos.

—Nathanael... —susurró pero en cambio vio como el pelirrojo bajaba su mirada y arrugaba su nariz. Intentó acercarse pero se alejó al descubrir que por su rostro comenzaban a deslizarse lágrimas—... Por favor mírame... —pidió con voz ahogada.

—Mari... Vete. No quiero... No quiero pensar en lo que pasó, o en lo que habrá pasado entre ustedes dos ayer —alzó su vista y observó a Adrien con el ceño fruncido—. Quita esa maldita sonrisa de tu rostro o te partiré la cara. Siempre te odié, y cuando pensé que por fin podría estar bien con Marinette... Llegas tú y lo destruyes todo.

Marinette volteó su rostro hacia Adrien y vio a éste pasar su mano por su boca, al parecer sí sonreía de forma disimulada. El rubio se veía mucho más despierto que antes, como si de alguna forma hubiese esperado años que aquello sucediese: poder escuchar los sentimientos de la muchacha en voz alta.

—Vete Adrien, necesito hablar... Nathanael, no es lo que piensas yo no...

—No, váyanse los dos de aquí, no quiero hablar con nadie —interrumpió el pelirrojo y miró a la joven—. Ahora entiendo por qué no querías seguir conmigo de esa forma... Lo entiendo todo —fijo nuevamente su mirada en Adrien—. Ya te las verás Agreste, te quitaré esa sonrisa cuando pueda.

—Nathanael, por favor... Lo que dije fue inconsciente, no quise...

—¡VETE, DEMONIOS! —exclamó y miró sorprendido a la chica. Relamió sus labios—... Vete Mari, por favor... Ambos... Váyanse...

Adrien tomó el brazo de la joven y la arrastró hacia los pasillos del hospital, lejos del cuarto del pelirrojo. Marinette le empujó con brusquedad en respuesta y le miró agitada, como si acabase de correr una maratón. No podía creer que todo eso estuviese sucediendo frente a sus ojos.

—¿¡Por qué me sacaste!? ¡Quería seguir hablando con él! ¡Piensa que le engañé! —exclamó mirándole furiosa. Adrien ahora no tenía ninguna sonrisa en su rostro sino seriedad—. ¿Es que eres idiota?

—¡Piensa Marinette! ¿Qué explicación podrías darle luego de que corrieras por mí cuando su vida también estaba en peligro? Ni se te ocurra contar todo lo que pasó, lo que viste... Ni lo pienses, Marinette —masculló Adrien alzando su dedo.

—No dices nada porque piensas que así como tú dejaste todo atrás, también debo hacerlo yo... ¡No te importa nada! —exclamó Marinette comenzando a llorar a medida que bajaba las escaleras. Adrien le seguía detrás intentando alcanzarla y tomó con suavidad su brazo para detenerle.

—...También me quieres... —murmuró mirándole, su pecho subía y bajaba debido a su respiración entrecortada. Se acercó con tranquilidad a la chica y colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja—. No me niegues eso ahora, por favor...

Marinette le miró y bajó su vista, sus piernas le temblaban, se sentía destrozada por dentro tras ver a Nathanael de esa forma. Aún le seguía queriendo y cortar su relación de esa forma era lo que menos deseaba. Cerró sus ojos y respiró con fuerza por su nariz.

—No te lo negaré —murmuró y abrió sus ojos para encontrarse con los de Adrien—. Pero aún le quiero... Estamos juntos... Desde... Desde mucho tiempo, son muchos años, no lo entenderías —apretó sus labios para no dejar salir sus lágrimas pero aquél movimiento sólo produjo lo contrario. Adrien le miró preocupado y bajó un escalón para estar más cerca de la estatura de la chica.

—Oye...Marinette... No llores... —el rubio parpadeaba rápido, acercó su mano al rostro de ella pero apretó su puño sin saber cómo actuar en ese momento. Sin embargo, segundos después se atrevió a dejarla sobre su mejilla, logrando que Marinette alzara su mirada—. Escúchame... Si quieres hablar con él, es mejor que lo hagas cuando salga del hospital. Sólo complicará las cosas que le hagas enojar cuando está en este estado —se agachó aún más hasta quedar cerca de su rostro. Sus labios se curvaron con ternura y sus dedos se deslizaron hacia el fino mentón de la joven—. Vamos a otro lado, no llores... —acobijó con la palma de su mano la mejilla de Marinette y dejó un suave beso en su frente para luego tomar su mano y guiarla escaleras abajo.

A medida que bajaba los peldaños de la mano de Adrien, los recuerdo con Nathanael pasaban por su mente como imágenes de una película. Los abrazos del pelirrojo, los besos, las llamadas... Todo lo que habían pasado juntos durante cinco años no podía desvanecerse tan rápido. Observó por sobre su hombro los escalones que había bajado, deseaba soltar a Adrien y correr a pedirle una disculpa a quien quiso durante años pero sabía que el rubio estaba en lo cierto, no era ni el momento ni el lugar para hablarlo. Además de eso, su piel le reconfortaba, le hacía sentir que podría resolver aquella discusión más tarde... Adrien le hacía sentir que mientras lo hiciera todo a su debido tiempo, estaría bien. 

Sexto Sentido (Miraculous LadyBug)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora