Un día lluvioso

27 2 2
                                    

Mientras estábamos ahí comenzó a llover levemente, apenas unas pequeñas gotas caían sobre nuestras cabezas, no le dimos demasiada importancia, pero de pronto comenzó a hacerse más fuerte, nos paramos deprisa de aquella banca y decidimos ir a su casa, la lluvia comenzó a hacerse más fuerte todavía, nos pusimos bajo las ramas de un árbol para cubrirnos un poco de la lluvia, el se quitó la camisa de manga larga que traía encima y me la entregó para que me la pusiera ¡Que detalle tan más lindo de su parte! ; Casi en frente de aquel parque había una estación de servicio y decidimos refugiarnos allí durante un momento en lo que la lluvia cesaba un poco y así podríamos volver hacia su casa donde al menos estaríamos secos, pero, esa lluvia no tenía intenciones de bajar, mucho menos de parar, siguió y siguió haciéndose cada vez más fuerte hasta que se convirtió en una verdadera tormenta, las rafagas de viento helado volaban por todas partes haciendo que la lluvia pareciera aún más intensa.

Nos abrazamos bajo el techo de aquella gasolinera mientras la lluvia empeoraba cada vez más y más, el aire nos congelaba mientras nos mojabamos con aquella lluvia helada y solo nos teníamos el uno al otro para darnos algo de calor mientras nuestros cuerpos temblaban frenéticamente por el frío, ya estábamos completamente mojados, de pies a cabeza, congelandonos a la intemperie de esa tormenta, solo nos mirabamos y nos reíamos de aquel desastre, quien iría a imaginar que de un día soleado sin nubes si quiera, iría a caer semejante tormenta.
En un momento cesó por poco tiempo, en serio muy poco, sólo lo suficiente para que pudiéramos refugiarnos bajo el techo de algo que estaban recientemente construyendo en la estación de servicio, teniendo un par de paredes rodeandonos al menos sentiríamos un poco menos el aire helado, permaneciamos fuertemente abrazados tratando de que el calor no escapará por completo de nuestros cuerpos, yo me quité su camisa y se la entregué, el insistió en que me la dejara puesta pero le expliqué que yo traía una chamarra en mí mochila, así que el se puso su camisa ya con un poco de mi calor corporal en ella aunque bastante mojada, mientras yo saqué la mía que también estaba algo mojada y me la puse, era una chamarra muy delgada, que apenas cubría un poco del aire,  pero así sería más fácil guardar un poco de calor mientras continuamos fuertemente abrazados.

La culpa volvió nuevamente en ese momento, aquella chamarra que me había puesto me la había regalado Iván,  aquella prenda que me gustaba  y que ahora estaba usando al lado del chico que mas me encantaba, pero con quien no debia estar, esa chamarra era un recordatorio de ello y la culpa nuevamente se disolvió en todo mi ser, de nuevo sentí un nudo enorme en la garganta, mi cuerpo helado de por sí no lograba tomar calor ante mis pensamientos que me dejaban perpleja... pero no podía hacer más en ese instante, realmente necesitaba subsistir en ese momento de ese abrazo, de su cariño, de sus besos, esos besos que al menos por un par de segundos te hacían olvidar el entorno y el mal momento, necesitaba de ese poco calor que creamos juntos bajo aquella tormenta helada.
El tiempo transcurría, no teniamos ni  idea de que hora era y la lluvia no tenía intenciones de parar, llevabamos ya bastante tiempo allí parados sin poder ir a ningun lado, pues era una zona de la ciudad donde frecuentemente el agua subía bastante e inundaba las calles.
Bromeando para mi misma tratando de mantener el optimismo pensé:
"-cuando dije que soñaba con un beso bajo la lluvia no me imagine esto para nada". El solo se rió y dijo que lo sentía por quedar atrapados en esa situación.

Finalmente la lluvia comenzó a disminuir, era ahora o nunca que debíamos correr antes de que la tormenta volviera, ya pasaban de las 6:00 de la tarde no podría estar mucho más tiempo allí, estando tan lejos de mi casa y con aquella tormenta tardaría al menos un par de horas en llegar, si no es que más, tendría un grave problema sí llegaba muy tarde a mí casa.
Tomamos un autobús a un par de calles para regresar a la estación y decidí tomar el tren de regreso a mí casa, cuando por fin estábamos ahí simplemente cruzamos la calle tratando de saltar los enormes charcos en ella, saqué dinero de mi bolso y nos despedimos, cuando entré a esperar el tren, la calma volvió a mí, regresaría a mi casa a tiempo, con una experiencia algo loca que recordar, pero nadie se enteraría, esto quedaría solo entre los dos.

Yo estaba por ponerme mis audífonos mientras me disponía a guardar la calma y exhalé con alivio, volteé a verlo, el seguía ahí, del otro lado de la entrada, supongo que esperando a que subiera el tren para regresar a casa, después de todo siempre esperaba a que subiera a mi transporte para irse, de pronto ví que se acercó a escuchar lo que el guardia les decía a algunas señoras que estaban en la entrada, el puso su cara de seriedad y preocupación y me hizo gestos con la mano y yo lo saludé pensando que se despedía, pero al ver su cara supe que no se trataba de eso, me habló para que me acercará con el.

Eso me estremeció bastante, nada bueno podía pasar si el tenía esa cara de preocupación. La calma que por fin había recuperado se convertiría en un torbellino de emociones negativas.

Me And My Love #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora