Capítulo 13: Reita x Kai

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Esa noche había empezado realmente bien... Una cena en un restaurante, y luego a su casa... Probablemente haríamos el amor y luego dormiríamos abrazados.


Amo incluso la rutina diaria, porque la paso con él, lo amo tantísimo... Aunque lo reconozco, soy un hombre frío y de pocas palabras, y quizá no le diga que lo amo tanto como debería, pero él sabe cómo soy y también me ama por ello...y eso me gusta...de verdad que me vuelve loco...

Una vez en su apartamento me dediqué a llenarlo de besos,su piel era tan suave...



-Akira...-mi nombre sonaba tan bien en sus labios...-Te amo...-


No hacía falta que dijera nada más, no hacía falta forzarlo, todo se desarrollaba de manera natural. Caminamos hasta su dormitorio y nos tumbamos en la cama, mirándonos con ternura. Podría quedarme toda la noche mirándole... Pero quería hacerle el amor... Era la mejor forma de demostrarle mis sentimientos por él sin tener que decirlo...


Lo besé despacio, no tenía prisa esa noche, pero parecía que mi amante sí.


-Akira...mañana tenemos que madrugar...No podemos pasarnos toda la noche despiertos-sonrió


Cierto, teníamos demasiadas cosas que hacer al día siguiente, eso era por demás estresante, tanto para mí como para él, además eso indicaba que pasaríamos otra de esas fatídicas noches...


Desde que tengo memoria mi actual pareja; Kai, tiene pesadillas cada vez que debe madrugar para un compromiso importante, y acaba levantándose de madrugada. Odiaba que le pasara eso, porque sabía que se sentía mal después, andaba mareado todo el día e incluso alguna vez acabó enfermando.


Me preocupaba, mucho... Me quedé tumbado en la cama, inmóvil, observando sus hermosamente delineados ojos...


-Akira...-acarició mis cabellos y enredó un mechón entre sus dedos-¿Qué te pasa?-


Se me había bajado del todo la libido, ahora lo único que quería era que saliera el sol de una vez.


-Akira, háblame, ¿qué es lo que te preocupa?-


-Tú...-respondí, como un autómata


-No importa, estaré bien...-


Sonreíste...esa maravillosa sonrisa...


-Sí que importa...ponte el pijama y acuéstate, yo te traeré una pastilla...-me levanté


-¡No quiero una maldita pastilla para dormir, Akira! ¡Te quiero a ti,aquí!-


Tan cabezota como de costumbre... Siempre te negabas a tomar algo que te ayudara con tu pequeño problema; las únicas veces que conseguí que te la tomaras fue porque te la di boca a boca...


-Primero te la tomas, luego ya estaré contigo toda la noche...-me dirigí a la cocina y volví con tu pastilla y un vaso de agua, me senté en la cama y dejé ambas cosas sobre la mesilla-¿Y bien? ¿Te comportarás y te la tomarás?-


-Sabes que no-


En ocasiones me recordabas demasiado a Ruki, haciéndome atenerme a tus condiciones,pero esta vez no iba a ceder...


-Pues tendrá que ser por las malas-me coloqué sobre ti, aprisionando tus muñecas por encima de tu cabeza con una sola mano


-¡Eres un pervertido!-te quejaste


¿Pervertido, yo? Es que tú estás demasiado bueno... Con mi mano libre me metí la pastilla en la boca y me acerqué a tus labios. Los apretaste de inmediato, no querías dejarme entrar, pero como siempre, yo iba a conseguirlo...


Hice presión con mi lengua y finalmente abriste la boca. Deslicé la pastilla hasta tu cavidad y la recibiste a regañadientes. La empujé más para que cedieras a tragártela. Afortunadamente lo hiciste sin resistirte mucho. Me separé de ti y me levanté de nuevo, abriendo las puertas del armario de par en par.



-Akira...-me miraste, con tono de súplica


-Vamos, ponte el pijama-te lo puse en el regazo-Yo dormiré en boxers-me quité la camisa


Cuando estuve en ropa interior pude ver como tú te encontrabas solo en pantalones. Te veía muy desganado así que decidí ayudarte. Bajé tus pantalones, despacio... disfrutando del ligero contacto de las yemas de mis dedos en tus muslos.


-Ah...-soltaste un gemido, y decidí seguir,acaricié el interior de tus muslos apenas rozando tu miembro por encima de la ropa interior-Akira...-


Te tumbé en la cama de nuevo y besé tu cuello, despacio... Mi entrepierna estaba despertando de nuevo... Me quedé sentado sobre ti, apoyado sobre tus caderas, y me moví de forma acompasada, rozando nuestros miembros de una manera exquisita... Cerré los ojos para disfrutarlo mejor...


Mis gemidos inundaban la habitación pero...extrañamente, los tuyos habían cesado. Abrí los ojos y vilos tuyos totalmente cerrados, el sube y baja de tu pecho era lento y relajado... La pastilla había hecho efecto, al parecer...
Suspiré hondamente, quizá mañana... Te puse el pijama y te tapé con las sábanas. Aún tenía un serio problema en mi parte baja, así que me dirigí al baño a aliviarme.


Cuando terminé volvía tu dormitorio y te habías destapado del todo, tomando una postura que me pareció divertida. Te tapé de nuevo y me aseguré de que note faltaba nada. Me acomodé en el sillón frente a la cama, dormiría allí esa noche, no quería molestarte. Me cubrí con una manta y cerré los ojos, mecido por el sonido de tu acompasada respiración.Apenas iban a dar las once...


Las doce de la noche...todo tranquilo... Me sentía relajado, porque tú también lo estabas...


La una y cuarto, oí el sonido de los muelles de la cama y abrí los ojos. Te encontrabas boca arriba, respirando agitado, sonrojado. Ya empezamos...


-Kai...despierta...-te zarandeé un poco


Abriste los ojos y te incorporaste asustado.


-¿Qué hora es?-


-La una y cuarto...vuelve a dormir-te recosté de nuevo y te di un suave beso-Tranquilo, todo pasará...-te acaricié la mejilla y toqué tu frente para comprobar que no tenías fiebre, al menos aún-¿Quieres un vaso de agua?-


-Sí...-


Fui a la cocina y te traje el agua, bebiste tan solo un sorbo y te dejaste caer sobre la cama.


-No me siento bien...-


-Lo sé...relájate...yo estoy aquí-te tomé la mano


Cerraste los ojos, sabía que aún estabas nervioso y que en cuanto te durmieras volverías a despertar.


La dos y veinticinco...yo aún no me había vuelto a dormir cuando despertaste, más agitado que la última vez.


-¡Akira!-te abrazaste a mí


-Todo está bien, solo ha sido una pesadilla...cálmate-acaricié tu cabeza, despacio


Te tumbaste de nuevo y me miraste suplicante:


-Abrázame...-pediste, y lo hice, te acurrucaste en mi pecho y cerraste los ojos de nuevo


Sentía como te revolvías, buscando una postura cómoda que no parecías encontrar. Las tres de la mañana y tu respiración se reguló de nuevo. Esta vez sí me dormí, la calidez de tu cuerpo junto al mío era más de lo que podía aguantar.


Un brusco movimiento por tu parte me hizo abrir los ojos de nuevo. Las cuatro y veinte.


-Lo siento...-dijiste, al verme despierto, y te incorporaste-Me iré a dormir al salón...-


-Ni se te ocurra-te hice tumbarte otra vez-No importa-sonreí


-Akira...-


-¿Sí?-


-Ya no...tengo sueño-murmuraste


-Tienes que dormir...-


-No quiero...-me abrazaste, enredando tus piernas en mi cintura


-¿Y qué quieres ahora?-


-Mmm...-besaste mi cuello-Sexo...-


-Eso puedo dártelo-sonreí mientras te quitaba la camisa que tanto me había costado ponerte


Tú no te quedaste atrás y retiraste la única prenda que me cubría, tomando mi miembro entre tus manos con rapidez.


-Ah...Uke...-no estaba acostumbrado a verte de esta manera, no solías tomar la iniciativa en nuestras relaciones, así que me dejé llevar


Invertiste posiciones colocándote sobre mí y lamiste mi pecho, para luego bajar rápidamente tus pantalones y ropa interior y comenzar a jugar con el roce de nuestros miembros, como había hecho yo anteriormente.


-Aahh...Reita...-parecía gustarte, y eso me encantaba, tu cara de placer era simplemente exquisita-¿Puedo pedirte un favor?-


-¿Qué ocurre?-


-Déjame penetrarte...-pediste


-¿Qué?-alcé una ceja


-Quiero saber...qué se siente...-


-Pero...-


-Por favor...-


No podía negarme. Te besé y tú tomaste la iniciativa, bajando tu boca hasta lugares bastante más íntimos de mi cuerpo.


-¡Ah!-solté un gemido cuando sentí tu lengua tanteando mi entrada-No...ahh...no hagas eso...-


Me encantaba, pero me avergonzaba demasiado que me hicieras soltar esos gemidos tan indecorosos. Ahora entendía como te sentías cuando te lo hacía, por qué te avergonzabas tanto... Procuraría tener esto en cuenta en el futuro...


-Akira...-dejaste tu trabajo y me miraste directamente-Te amo...-sonreíste mientras deslizabas un dedo en mi interior


No cambié en absoluto mi expresión mientras seguías deslizando tus dedos dentro de mí, no quería que te preocuparas por mí. Tampoco lo hice cuando te posicionaste entre mis piernas.


-Hey, Aki...-me diste un corto beso-Allá voy,¿sí?-


Te introdujiste en mí con más delicadeza de la que yo recordaba haber tenido nunca contigo, y aún así dolía una barbaridad.


-Akira...eres un macho, un macho, esto no es nada, no demuestres el dolor, no,no...-pensaba, pero se me hacía jodidamente difícil


-Akira...-me llamaste, parecías preocupado-Puedes quejarte si quieres, sé que duele...-


-No...-sonreí para tranquilizarte-Estoy bien,puedes moverte...-


Me besaste largamente y te mantuviste quieto unos minutos, los cuales me ayudaron a relajarme y acostumbrarme a tu intromisión.


-¿Mejor?-preguntaste,retirando algunos mechones de cabello de mi frente


-Sí...-


Entonces comenzaste a moverte despacio dentro de mí, realmente era agradable, me gustaba...


-Aah...más...-pedí


Comenzaste a moverte más y más rápido dentro de mí, me estabas volviendo loco...


-Kai.... ¡Aah! Si...si sigues así..aahh...no...no duraré...aah... mucho-


-No importa...ah...Yo tampoco...aaah...-


¿Sentías lo mismo que yo cuando te penetraba? Si era así quería probar algo... Así que me contraje para aprisionarte más...


-¡Ah!-gemiste más alto y al instante comprendí lo que debía hacer


Así que seguí contrayéndome rítmicamente para complacerte.


-Akira...aah...-terminaste dentro de mí, y me sentí lleno del todo-Ah...-respirabas agitado aún


Saliste de mí y te tumbaste a mi lado. No dije nada.


-¿Todo bien?-preguntaste-¿Te duele algo?-


-No...-me di la vuelta y te abracé-Solo es que...-me puse sobre ti y notaste al instante mi erección


-Oh...vaya...lo siento... No tengo aguante de seme-me regalaste una sonrisita tímida que amé con todo mi ser, y te besé


-Entonces déjame a mí hacerte el amor...-besé tu cuello, marcándote como mío


-Sí...-sonreíste de nuevo, y abriste tus piernas para mí, enredando tus brazos en mi cuello-Aki...-mordiste mi oreja-Te quiero dentro...-


-Por supuesto...-me introduje en ti, despacio, disfrutando de la sensación de ser el activo de nuevo, quería saborear cada segundo dentro de ti


Y lo hice, por supuesto que lo hice. Pero mis necesidades básicas me pudieron, y sin esperar mucho comencé a moverme hábilmente dentro de ti.


-Aah... ¡Akira!-tu miembro comenzaba a despertar de nuevo


La embestidas cada vez más profundas y certeras hacían que tuvieras que aferrarte al cabecero de madera para no golpearte contra él.


Un ritmo salvaje, amaba hacerlo de esa manera.


-¡Aaaaah!-una embestida más, directa a tu próstata, y derramaste tu semilla, a la vez que clavabas tus uñas en mi espalda


-¡Aah!-conseguiste que yo también me corriera


Caíste rendido a mi lado, y me alegré, ahora dormirías como un bendito. Te abracé y rogué con todas mis fuerzas que no te levantaras a las seis de la mañana como de costumbre, harto de no poder dormir.


Yo desperté un par de minutos antes de las siete, la hora que había fijado para poner mi despertador. Lo apagué inmediatamente para que no me molestara y me giré...


¡Milagro! ¡Seguías durmiendo! Me incorporé y te toqué la frente. Ya sabía yo que aquí había gato encerrado... ¡Por el amor de dios! ¡Estabas más caliente que Londres en 1666!


Te puse un paño húmedo sobre la frente y llamé al manager. Nuestros compromisos podían esperar...


Las ocho...las nueve...y la fiebre comenzó a ceder... A las diez te despertarse bruscamente.


-¡Akira!-miraste a todos lados-¡¿Qué hora es?!-gritaste


-Cálmate-te hice tumbarte de nuevo-Lo he cancelado todo-


-¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso!-te incorporaste de nuevo


-¡Pues lo he hecho! Tienes que descansar, hace meses que no te tomas un día libre, así que ahora desayuna y luego ya hablamos-puse una bandeja en tu regazo


-¡Akira!-lo miraste todo-¿Pero has hecho tú todo esto?-

No era nada especial; café, tostadas, zumo y esas cosas, yo no sé cocinar como tú.


-Sí...-respondí-Supuse que tendrías hambre...has tenido mucha fiebre...-


-Ay...-dejaste la bandeja sobre la mesilla-¡Ven aquí!-rodeaste mi cuello con tus brazos-No me merezco un novio como tú-sonreíste


No...tienes razón...te mereces mucho más...




Y espero poder dártelo.



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