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La vida es un lapso de tiempo, tiempo que se va rápido, tiempo que si no lo aprovechas al máximo ya no habrá oportunidad para lamentarse... he aquí yo escribiendo en mi libreta, en mi confidente, un cuaderno negro que hace una función mejor que la de un diario. Esas palabras talladas en tinta negra sobre las hojas marrones de mi confidente, que juntas forman una frase ¡son mi lema!, mi escudo, mi escusa. Son esa cachetada, ese empujón, esas patadas en el culo que te dan las personas cuando quieren darte animo, apoyo y valor para realizar alguna acción. Y, las utilizo para darme valor en momentos como este. Explico. Estoy apunto de entregar una carta. Carta de mi puño y letra, la cual va dirigida al chico que se robo mis pensamientos desde el día que llegue a este instituto. Jesús Lopez, el me fascina y no me pregunten porqué. Porque no yo lo se. Solo puedo dar referencias de lo que siento, mas no todo, porque me llevaría una eternidad.

-Hey, tu. Lopez – lo llamo
-Dime Julissa – dice acercándose hacia mi con ese aire de superioridad que le caracteriza.
-Esto es para ti.
-¿Qué es? - pregunta
-Una carta.
-¿De quien? - vuelve a preguntar
-Es tuya.
-No me refería a eso. O sea, ¿quien me la envía?
-Yo – le digo decidida – esa carta la escribí yo para ti. - Jesús no se molesto en ocultar su expresión de sorpresa. Supongo que no se lo esperaba y para decir verdad ¡yo tampoco! Sin darme cuenta el ya estaba abriendo el sobre y a punto de empezar a leer. - ¿Qué haces? ¡no! Aquí no. cuando estés solo ¡por favor!
-ok, ¿Qué dice? - dice curioso
-Cosas que no soy capaz de expresarte en persona
-¿Por qué?
-¡Esto no es un interrogatorio López, deja de preguntar tanto! - dije para así largarme del lugar que esta siendo habitado por el.

Después de una dura jornada de clases, llego la hora de irnos a nuestros hogares... cosa que venia esperando cuando el profesor Jones nos informó que haríamos circuito en educación física.
-Julissa – grita Melanie mientras viene corriendo hacia mi. - espera – vuelve a gritar. Cuando llega dice – amiga, ¿el paquete entregado? - dice Houston refiriéndose a la carta.
-Julissa – otro grito, pero este es masculino, perteneciente a un sensual voz de hombre. ¡Jesús! ¡Buen momento para tacar nervios! Que pertinente. ¡que atractiva se ve la puerta de salida! Por la que podria salir corriendo fácilmente y, si no fuera porque me muero de curiosidad por saber lo que López me tiene que decir lo haría. Para cuando decido voltearme a verle, ya estaba lo suficientemente cerca como para como para olerme, cosa que no era agradable ya que, acabe de salir de educación física, aunque el tampoco puede decir nada, ya que vamos en el mismo curso.
-Dime – pregunto con duda
-Leí tu carta –  ¡Soldados! ¡dígame capitán! Prepárense para el conteo regresivo 4... 3... 2.. 1... FUEGOO y así fue como mi cuerpo se llenó de grandes balas de nervios.
-Ok – fue lo único que pude articular, seguido de una sonrisa y mis dos pulgares arriba
-En la noche te respondo – dijo para irse. No sin antes darme un beso en la mejilla, el cual me tomo desprevenida. Y si yo e sonrojara seguro que ahora estaría súper roja.
-Ah vale
Largas horas del día que no pasan... 6pm
7pm Ansiosa
8pm Nerviosa ¡ya se acerca la hora!
9pm Emocionada
Bien, nueve de la noche, creo que ya es lo suficientemente de noche como para que me de su respuesta. Reviso whatsapp y no esta en linea. ¡genial!
10pm todavía sin respuesta alguna.
11pm mis ojos se cierran solos
11:11pm Deseo que Jesús me de una genial historia de amor...
11:12pm Abro el chat de Jesús. Escribiendo... es lo que dice.

AbstractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora