Capítulo 36 "Misión cumplida"

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Eran las 7:45 pm. Cuando el autobús terminó su recorrido. Yans se apeó y fue a tomar su equipaje. A continuación, tomó el primer taxi que vio y se dirigió a casa de su abuela. A pesar de lo tarde que era todavía le quedaba algo por hacer, así que, cuando llegó a casa, abrió la puerta y dejó sus maletas en la sala. La abuela salió asustada y preguntó:

– Hijo... ¿Por qué llegas así de repente?

– Lo siento abuela – Contestó él tomando las llaves de nuevo y saliendo de la casa rápido –. Tengo que volver a salir pero dentro de un rato regresó – Le decía mientras iba corriendo para montarse de nuevo en el taxi.

El taxi lo dejó en frente de la casa de Max. Al llegar, se dirigió hacia la puerta y tocó el timbre. Solo bastó con tocarlo dos veces para que la puerta se abriera.

– ¿Yans? – Dijo Max al abrir la puerta – ¿Qué haces tan de tarde por aquí?

– Es que necesitaba hablar urgentemente contigo – Le contestó.

– Está bien. Ven pasa.

Fue algo extraño que Max amablemente lo dejara entrar. Viéndolo de otro punto de vista, su cara no era la misma, estaba tan apacible, tan relajado, parecía otro Max.

La sorpresa de su vida se llevó cuando vio quién estaba dentro de su casa.

– Se... se... ¡Señor William! – Exclamó Yans sin poder creérselo – No puede ser es usted... ¿Qué hace aquí?

– Pues, vine a ver a mi hijo – Le contestó.

– Pe... pero usted dijo que se iba a ir a tocar en un grupo.

– Cálmate Yans, yo puedo explicártelo todo – Intervino Max.

– De acuerdo – Asintió él.

– Bueno, mi padre vino hasta mi casa para comentarme todo lo que pasó; me dijo que tú viajaste solo para encontrarlo y hacer que regrese conmigo, y también vino a decirme la verdad del porqué se marchó cuando yo era pequeño. Vino a pedirme perdón por todo lo que sucedió; y pues, yo lo perdoné; pero lo que más me sorprendió es que tú hayas ido tan lejos solo para buscar a mi padre, y la verdad es que, yo te admiro por eso Yans – Se le acercó y le colocó una mano en el hombro –. Te tengo que pedir perdón por todas las cosas malas que te he hecho; te tengo que pedir perdón por haberte tratado mal y hacerte sentir como un perdedor, y, también tengo que pedirte perdón por plagiarte una canción y por tratar de sacarte del ministerio de alabanzas. Perdón por todo amigo, es que yo fui muy malo contigo y aun así tú no me odiaste si no que buscaste la manera de poder mejorar nuestra amistad. Ahora que por fin veo a mi padre después de tanto tiempo. Me doy cuenta que he sido una persona terrible; no merezco el amor de Dios, por eso no quiero tocar más en el ministerio de alabanzas, te dejo el cargo a ti.

– ¡Ya basta! Max, no digas más – Le espetó soltándose –, tú no tienes que sentirte de esa manera; está bien, tú me trataste mal, pero ya eso tiene que quedar en el pasado; ahora tú y yo podemos ser grandes amigos y adoradores de Dios, y, trabajar en el ministerio de alabanza como tiene que ser.

– Tú no entiendes – Le contestó –. Yo a escondida de la iglesia tocaba con los cazadores. Lo hacía por dinero, y también porque en la iglesia no me pagaban. Pero mi padre me contó su testimonio me di cuenta que estaba haciendo mal; todo éste tiempo he ido a la iglesia, pero nunca me he vivido como un cristiano tiene que vivir, soy un desastre.

– Max, tú estabas desperdiciando tu talento en el mundo, así como el hijo pródigo – Le explicaba Yans con las mismas palabras que le dijo a William días anteriores –, estaba desperdiciando las riquezas de tu Padre en cosas vanas; pero cuando el hijo pródigo regresó arrepentido a la casa de su padre, éste lo recibió, lo perdonó e hizo una fiesta para celebrar, al igual que tú. Todavía tienes la oportunidad de regresar y pedirle perdón a Dios, y dejar de darle tu talento al mundo y empezar a dárselo Él, quién fue que te lo dio.

El Joven talentoso (Novela Juvenil Cristiana).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora