Capítulo 9

9 2 8
                                    

Emily Miller.

Cuando entramos en la casa de Kelly Kirsten nos topamos con un habitáculo de lo más desagradable.

Habían múltiples cosas regadas por el suelo. Desde revistas para adultos hasta ropa. En la mesa de la sala de estar, la cual era una pequeña mesa de cristal, exceptuando el marco y las patas las cuales eran de madera, y que era de la altura de un niño de tres años como mucho, había un cenicero de color negro con bastantes cigarrillos apagados. Algunos de ellos sólo habían sido consumidos hasta la mitad, como sí se arrepintiera de fumar y decidiera apagar esa insalubre tentación cuando estaba ya a mitad de camino.

Noté un olor putrefacto proveniente de la cocina. Llevada por la curiosidad entré, y de ello me arrepentí. La cocina era aún peor, la nevera solo tenía comida podrida, muchas de ellas con moho. Miles de moscas revoloteaban alrededor de la basura. El horno estaba lleno de grasa y el microondas tenía bastantes marcas de múltiples líquidos derramados a lo largo del tiempo, quizá por accidente, era lo más probable. ¿Quién vierte lo que parecía manzanilla y lasaña sobre su microondas y siendo consciente de ello?

-¿qué opinas?- preguntó Nate entrando en la cocina

-que todo esto da asco- dije con expresión de desagrado

-violencia. Si estas paredes hablaran tendrían tantas historias por contar- dijo Nate sonriendo

-no sé como es que esto te gusta-

Habían aspectos de Nate que me darían a entender si no lo conociera que de verdad estaba muy mal de la cabeza.

-mira, el sofá tiene marcas en sus tres cojines y no en uno, o en dos, no es como cuando te sientas, es decir, alguien dormía, o durmió en ese sofá, ergo habían problemas en la relación de la señora Kirsten. Además, algo tuvo que pasar aquí. Una mujer con uno o múltiples amantes. No creo que a los amantes les hiciera gracia pasar románticas noches rodeados de revistas para adultos, ropa vieja, comida podrida, moscas y todo lo demás. Es decir, alguien hizo este estropicio, sospecho que fue su prometido, quizás al enterarse de las aventuras de su prometida. Pero creo que esto va más allá, que esto no fue una simple riña y que en su descontrol el prometido hizo esto, sino que más bien prohibió a su prometida verse con sus amantes, y no solo eso, sino que la mantuvo en unas condiciones de vida lamentables hasta que probablemente la prometida se escapara. Pero claro, el mundo y su retorcido humor provocaron que el asesino la matara. Podría sacar muchas teorías, y todas ellas dignas de ser contadas, pero antes quiero investigar. Es un acto de pura insensibilidad el de ajustar las pistas a las teorías en es de al revés. Si me disculpa estaré en la habitación de la víctima- dijo Nate marchándose

(...)

Había pasado alrededor de media hora entre moscas y moho dándole vueltas a la teoría de Nate a la par que buscaba pistas, hasta que Nate irrumpió en la sala de estar.

-lo tengo. Muy probablemente el prometido de Kelly Kirsten descubrió que su prometida mantenía relaciones en secreto con varias personas, cuando la descubrió decidió privarla de todo tipo de contacto con el mundo, su habitación revela que tras el hallazgo su prometido la encerró, le daba comida, seguramente a determinadas horas del día, le dejó el televisor como entretenimiento, lo necesario para sobrevivir y poco más. El prometido enloquecía a medida que pasaba el tiempo hasta el punto de dejar todo lo que usaba desperdigado por diferentes zonas. Un día la señorita Kirsten recibió una carta la cual mantuvo en secreto. Dejó el sobre con la carta escondida, en la cual estipula que el mismo día que murió debería esperar vestida con sus mejores ropas, de ahí que la encontrarán tan bien vestida y arreglada a pesar de que todo lo demás denotaba una contradicción hacia su pelo y traje. En fin, se le dijo que debía estar buen vestida, lo más arreglada posible. Lo más probable es que ese mismo día el asesino al que buscamos se ocupara del marido por mantener a su prometida en esas condiciones para luego sacar a la señorita Kirsten de esta casa de los horrores, aunque solo fue un fugaz alivio ya que luego la sedo y mató ya que en su cuerpo no hay señales de pelea o forcejeo- dijo Nate mirando todo a su alrededor

-entiendo, ¿pero podemos salir ya de aquí?- dije asqueada

-no sin antes hacer una última parada en la cocina- dijo Nate entrando en dicho lugar

Comenzó a tocar las baldosas del suelo hasta que notó como una de las baldosas estaba un tanto floja. Tras zarandear un rato dicha baldosa la levantó del suelo, tras levantar unas cuantas baldosas comenzó a escarbar con sus guantes puestos toda la tierra que pudo.

Siguió así durante un rato hasta que solo quedo un montón de tierra.

-señorita Miller, le presento al prometido de Kelly Kirsten- dijo Nate sacudiendo algo de tierra y polvo con la palma de su mano derecha.

Dejando al descubierto la cara de lo que parecía un hombre, calvo, de nariz ancha y cuello grueso.

-llame al señor Moore-

Salí de aquella casa de locos mientras tecleaba el número del sheriff Moore.

Nate River.

Aún no han pasado los siete días desde el segundo hombre muerto. No creo que se salte las reglas de su propio juego.

Lo más probable es que tuviera fijada a Kelly Kirsten, pero se dio cuenta de que en la situación de la señorita Kirsten sería muy complicado ejecutar un asesinato similar a los otros. Por lo que se deshizo del prometido. Y luego de ella. Sin embargo ocultó el cadáver del prometido. Probablemente ocultó este y no el de Kirsten debido a que quería que pareciera que las reglas de su macabro juego no hubieran sido rotas por él en ningún momento. Pero hubo un fallo. Al entrar en la cocina noté una baldosa que en comparación con las otras no estaba tan bien pegada al suelo. De ahí, y de que el marido no había dejado ningún rastro de que en algún momento comenzó a buscar a Kirsten me llevó a deducir que elementalmente el asesino no solo había acabado con la vida de la señora Kirsten, sino también con la del marido, y que planeaba sacar al marido de este escondrijo una vez hubiese pasado el plazo estipulado en sus tarjetas.

Tenía un plan. Sacaría al cadáver de aquí y dejaría la escena tal y como la encontré. Cuando el asesino venga a por su cadáver se encontrará de morros con la policía.

Es jaque mate. Consiga asesinar sí o no a quien quiera que desee matar en la iglesia yo habré ganado igualmente.

La victoria se acerca.

El Caso RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora