Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

DIECISÉIS

TRES
CIENTIFICOS
LOCOS

∞

Regina veía con desconfianza todos los juegos a su alrededor definitivamente no le agradaba la idea de subirse en esas enormes cajas  de metal con aspecto de víboras para volar por los aires, ella sabía volar sin necesidad de eso, pero podía ver la mirada de ilusión en el rubio, él si tenía ganas de subirse.

No pudo hacer más que suspirar al llegar a la fila y formarse junto con él, para ella no era agradable ese lugar había mucha gente aunque fuera miércoles y eso la hostigaba.

—Es fantástico ¿No te parece? -Le pregunto el rubio con una gran sonrisa en su cara, parecía un niño pequeño con completa ilusión.

—Por supuesto, me encanta. -Mintió con una sonrisa incómoda pero ¿Cómo decirle que no a esos ojos de borrego a medio morir?  Sí, Steve parecía niño en dulcería y eso le hizo sentir un poco de ternura a la morena. En estos momentos se sentía como la mamá del súper soldado que decía que sí a todo para que el pequeño no hiciera un berrinche.

La fila terminó rápidamente y llego el turno de que ambos se subieran, afortunadamente el juego mecánico era por parejas y les toco juntos, la chica ya tenía ideado un plan de supervivencia para ambos en caso de que fuera necesario, tenía mínimo seis planes para salvarse y salvar a los demás, solo esperaba que eso no sucediera.

—¡Será divertido! -Anunció el rubio mientras el juego comenzaba a avanzar.

—Lo más seguro, muy divertido. -Dijo con una sonrisa que nadie le creía, pero Steve no la miraba a ella, sino más bien observaba como el «coche» donde iban junto con los demás comenzaba a subir, la morena tenía sus ojos abiertos como si de dos platos se tratará cuando llegaron a lo más alto. Era un total de 70 metros, estaba tentada a soltarse el cinturón que la mantenía en su asiento y tomar a Steve para volar a un lugar a salvo, ¿Bajar en picada 70 metros? ¿Qué pasaría si el coche se sale de las vías y mueren todos? 

Justo cuando la chica estaba a punto de soltar su cinturón el juego dio de lleno hacia abajo, varios gritos se escucharon, la mayoría eran de júbilo y de emoción, pero uno otro era de pánico, Regina trataba de respirar normalmente mientras sentía todo el viento golpear su cara con fuerza, no gritaba, se rehusaba, vio a su costado y escucho las risas y gritos de su acompañante, en el poco tiempo que llevaba conociéndolo no lo había visto reír y disfrutar tanto algo, así que sonrió, no por el estúpido juego al que estaba segura que no se volvería a subir jamás, sino porque le encantaba ver feliz a su acompañante.

Ambos bajaron del juego minutos más tarde, el rubio seguía manteniendo su sonrisa mientras que la chica seguía mirando con desconfianza todos los juegos a su alrededor.

—¿A cual vamos ahora? -Pregunto animado 

—No lo sé, tú elige Steve.

—Vamos a ese. - Regina se maldijo cuando vio al rubio señalar un juego de noventa metros de alto, subir hasta lo más alto y luego bajar a maxima velocidad ¿Por qué no dijo que el carrusel? —Se ve bien.