Los Sentimientos Del Dragón ✓→ [Steve Rogers]

DIECIOCHO

EL

DRAGÓN

SANGUINARIO
∞

Regina miraba por la ventana, observaba a la gente la cual caminaba por la calle, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y señores mayores, también uno que otro perro o gato que se rehusaban a pasar por enfrente de la cafetería donde ella se encontraba.

-Es un gran día ¿No los crees? -Le dijo a Steve el cual volteo hacia la ventana y observo como el cielo estaba completamente despejado dejando ver su color azul.

-Sin duda alguna ¿Te ha gustado tu pastel? -Pregunto al ver como la chica ya no tenía nada en el plato.

-Demasiado rico, sin duda alguna. -Respondió sonriente, mientras lo observaba detenidamente.

Steve era un hombre muy bueno, ella lo sabía, se podía ver la bondad en sus ojos, la lealtad y sus buenos valores al igual que sus sentimientos. Era todo un caballero, educado, amable, respetuoso y eso le encantaba; cuando estaba cerca de él podía sentirse en casa ya que sus similitudes eran casi idénticas a las de su mundo, su forma de hablar, pausada y tranquila, pareciera que él también pertenece a donde ella, pero no era así, él pertenece a varios años atrás, el hombre que traspasó las barreras del tiempo.

-¿Por qué? -Le pregunto la chica mientras lo observaba con curiosidad, Steve simplemente no supo a qué se refería con ese "por qué".

-¿A qué te refieres?

-Eres un buen hombre ¿Por qué estás aquí? ¿No hubieras preferido una vida más tranquila? Una vida sin tener que salir de tu tiempo, formar una familia, convivir con tus amigos ¿No hubieras preferido eso?

-Realmente, sí.

-¿Entonces por qué estás aquí? -Preguntó quién abría un poco más sus ojos y miraba directo al rostro del rubio, como si pudiera descifrar el mensaje oculto, en su cara.

-No te entiendo, Regina.

-¿Por qué te volviste el Capitán América? ¿Por qué meterte como soldado?

Steve ebozó una sonrisa, esa respuesta era fácil y sencilla para él. . -Lo hice para defender a mi país. -Respondió con total seguridad. -Para defender a los míos, para que el mundo estuviera mejor sin Cráneo Rojo, para que los demás pudieran vivir tranquilos.

-Admito que ahora todos se encuentran viviendo tranquilos pero tú estuviste décadas viviendo en el hielo ¿Valió la pena tu sacrificio?

-Totalmente.

-¿No te arrepientes?

-Para nada Regina, mira a tu alrededor, la gente está tranquila, sin temor a una guerra a algo por el estilo. Ahora existen los vengadores y un montón más que luchan para el bienestar de los demás, saber lo que es el mundo hoy en día hace que valga la pena todo, sin necesidad de arrepentimientos. -Respondió tranquilamente sin quitar su vista de la chica, le divertía un poco la sorpresa que se dibujaba en su rostro.

-Estoy seguro que tu hubieras hecho lo mismo que yo si estuvieras en mi lugar.

La expresión de Regina cambió por completo, sin duda alguna Steve la estaba juzgando mal, él estaba pensando que ella era igual de buena, que tenía los mismos valores y principios que él, que compartían la misma ideología. Steve pensaba que ella era como él, siempre en el lado correcto, y a ella no le agradaba la idea de engañarlo, porque jamás lo había desmentido y eso era lo mismo que un engaño.

Regina miró al rubio quien estaba completamente seguro de sus palabras, no pudo evitar suspirar, realmente se arrepentiría de lo que iba a decir, pero era mejor que la viera como lo que realmente era.