Capitulo 15

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Me desperté y sentí unos brazos rodear mi cintura, sonreí al saber de quién se trataba y voltee lentamente mi cuerpo, quedando frente a frente con él. Me lo quedé observando, era tan lindo.
Paulo comenzó a hacer gestos y a moverse un poco, fue abriendo lentamente sus ojos, me quedo mirando por unos segundos y luego me sonrió.

-Buenos días, enana- me saludo sonriendo y comenzó a acariciar mi mejilla.

-Buenos días- le sonreí.

-¿Y eso que no me dijiste "muñequito"?- cuestionó enarcando una ceja.

-Lo olvide- respondí y él rió ligeramente y yo igual.

-Estoy cansado- comentó acercándose más a mí y colocando su rostro a pocos centímetros del mío, junto nuestras narices.

-Tenes entrenamiento ahora, así que vamos a ducharnos- dije y él enarcó una ceja.

-¿Juntos?- preguntó pícaro y yo reí.

-Ya quisieras- respondí.

-La verdad es que si quiero- contestó y yo me sonroje- Oh te ves curiosita cuando te sonrojas- dijo algo como ¿emocionando?, y yo reí.

-Tonto- le dije y él sonrió.

-Así me pones- contestó y me robo un corto beso en los labios. Cabe decir que yo estaba más roja que un tomate.

-Ya, ve a ducharte- le ordené.

-Esta bien, esta bien- acepto y se levanto de la cama.

-¿Dónde me puedo duchar?- le pregunté.

-Duchate en mi baño, yo iré al de la habitación de huéspedes- me dijo y yo asentí.

Paulo salió de la habitación y yo entré al baño que estaba en la habitación. Me quité todas mis prendas y entre a la ducha. Tarde unos quince minutos duchándome, luego me coloqué la misma ropa de ayer y entre nuevamente a la habitación, en donde ya se encontraba Paulo colocándose unos calcetines.

-Ahora tenemos que ir a mi casa- le avise.

-Esta bien, ya estoy listo así que vamos- dijo poniéndose de pie.

Salimos de la casa de Paulo y subimos a su auto.

(...)

Me encontraba en mi habitación buscando la ropa que me pondría hoy, mientras que Paulo estaba abajo en la cocina buscando algo de comer para no entrenar con el estómago vacío.
No tarde mucho en buscar lo que me pondría. Me cambie, me peine y rocie un poco de perfume en mi cuello (multimedia).

-Ya estoy lista- medio grite mientras bajaba las escaleras.

-Y yo ya comí- dijo saliendo de la cocina con la boca llena y yo reí al verlo.

-Tienes la mejilla sucia- comenté riéndome y me acerqué a él.

-Limpiame- me dijo y yo asentí.

Estire mi brazo hacia su mejilla y le limpie la
mejilla y el poco rastro de comida que también estaba en su rostro. Al terminar, él me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-¿Nos vamos ya?- me preguntó.

-Si, vamos- asentí.

Salimos de mi casa y subimos a su auto. Paulo comenzó a conducir hacia el lugar de entrenamiento y durante el camino estuvimos escuchando música, cantando y riendo.
Llegamos al lugar y nos bajamos del auto. Caminamos hacia la entrada y al entrar fuimos directamente hacia la cancha.

-Ahí está Martita- me dijo Paulo señalando hacia dónde estaba Martita sentada.

-Vamos a donde está- le dije y él asintió y fuimos hasta donde estaba ella.

-Hola loquilla- la saludo Paulo y le dio un beso en la mejilla.

-Hola joyita- lo saludo sonriendo.

-Hola- le sonreí a Martita y le di un beso en la mejilla.

-Hola nueva amiga- me saludo de broma y yo reí.

-Tengo que ir a cambiarme, así que las dejo- nos dijo Paulo y nosotras asentimos. Antes de irse, Paulo me dio una sonrisa tierna y yo se la devolví.

-¿Desde cuándo te gusta Paulo?- me preguntó Martita apenas Paulo se fue.

-¿Qué?- pregunté- No, él no me gusta- dije enseguida.

-Oh vamos, vi las sonrisitas que se dieron- dijo burlona y yo reí.

-Desde los doce años- dije.

-¿Qué?- preguntó confundida.

-Me gusta Paulo desde los doce años- contesté y ella me miró sorprendida.

-¿En serio?- preguntó.

-Si, creo que es el único chico que me ha gustado- comenté.

-A él se nota que también le gustas- me dijo.

-No lo sé- dije haciendo una mueca.

-Sabes que es así- insistió.

-¿Sabe qué es así que?- preguntó Álvaro aparecieron detrás de nosotros.

-Nada- respondimos las dos a la vez y luego reímos.

-Ya vete a entrenar- le dijo Martita a Álvaro ya que él no se movía de su lugar.

-Las estoy vigilando- dijo haciendo señas de que nos estaba observando, nosotras fruncimos el ceño, reímos y él se fue.

Martita y yo nos quedamos hablando durante todo el entrenamiento, yo le conté sobre muchas de mis cosas personales, en especial las que tenía que ver con Paulo y ella también me contó muchas cosas suyas. Era increíble la confianza que nos agarramos en tan poco tiempo.


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Hola, lamento que el capítulo sea tan corto, tratare de hacer el próximo mejor.
Espero que les haya gustado el capítulo.

Voten y comenten.
-L💕

Since Always -Paulo Dybala y tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora