Since Always -Paulo Dybala y tu-

Capitulo 38

Paulo

—¿Por qué hiciste eso?— me dijo mi mamá matándome con la mirada.

—Porque no siempre tiene que quedar bien ella. Si yo la hubiese hecho cornuda enseguida le hubiese dicho a todos— conteste y mi mamá negó con la cabeza mirándome de una manera extraña.

—No puedo creer que ________ haya hecho eso— comentó la madre de ________.

—Si me disculpan, me retiro— dijo el padre de ________ y se levantó de su asiento y se fue.

—Creo que nosotros mejor nos vamos— hablo Mariano y él y su novia salieron de ahí.

—A la casa, ahora— me dijo mi mamá dándome una mirada asesina. Yo suspire pesadamente.

Ambos nos levantamos y salimos de la casa de los Silva. Caminamos hacia nuestra casa y, al llegar, mi mamá abrió la puerta y entramos.

—La comida estaba buena, así que apurate que quiero ir terminarla— dije fastidiado.

—Ella te quiere mucho, Paulo— dijo y yo torcí los ojos.

—¿Para eso me hiciste venir?— cuestione fastidiado aún.

—Deja ya de comportarte como un tarado, vos no sos así y tampoco te queda bien ser así— me grito— Se que te dolió lo que hizo y aún te duele, pero no por eso tenes que comportarte así con ella— dijo un poco más calmada.

—Ella se acos...— me interrumpió.

—Ya se lo que hizo— contesto en un tono fuerte— Pero eso no es excusa para tratarla así, ¿Te parece que decirle puta a una mujer es de caballeros?—

—Así que te llegó con el chisme completo— dije negando con la cabeza— Es una...— volvió a interrumpirme.

—¡Ya basta, Paulo!— grito— ¿Si quiera escuchaste su historia? ¿No sabes que todo lo planeo tu ex novia con ese chico?—

—Si, lo se, pero ella no tenía que caer— conteste.

—Sos un cabeza dura— negó con la cabeza— Lo último que te dire es que estás perdiendo a una gran mujer por ser tan terco y cerrado— dijo y subió las escaleras.

—Iré a terminarme la comida— grite para que me escuchara.

Salí de la casa y caminé nuevamente hacia la casa de los Silva. Intente abrir la puerta desde afuera para ver si no tenía seguro y afortunadamente no tenía. Entre a la casa y fui hacia el comedor. Pare al ver a _______ recogiendo los platos de la mesa. Ahora no sabía que haría.

—No dejalo, que me quiero terminar la comida— dije al ver que iba a tomar mi plato.

Ella volteó a verme y vi que sus hermosos ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. Me partió el corazón verla así. Ella simplemente dejó el plato ahí y se fue a la cocina a dejar los otros dos que tenía en las manos. Yo me senté para seguir comiendo pero primero mire hacia la cocina y vi que ella estaba limpiándose las lágrimas. Sentí una punzada en el pecho y de repente se me quito el apetito.
________ volvió al comedor para seguir recogiendo las cosas y decidí hablarle.

—Pensé que ellos ya sabían— dije. Ella volteó a verme y simplemente no dijo nada— Lo lamento— volví a hablar.

—No quiero escucharte— fue lo único que dijo.

—Y yo no quiero verte así— conteste.

—Estoy así por vos— replicó. Yo suspire.

—Yo también he estado mal por vos— me defendí.

—¿Y tus amiguitas no te ayudaban a sentirte un mejor?— cuestionó y yo fruncí el ceño.

—¿Vos como sabes de eso?— le pregunte aún con el ceño fruncido.

—Paulo sos famoso, las cosas que haces están por todos lados— contesto.

—Vos hiciste algo parecido pero peor así que—

—¿Podrías dejar de recordarme siempre el error que cometí? Ya supéralo, Paulo— dijo en un tono alto.

—No puedo hacerlo— conteste en el mismo tono que ella.

—Pues si en verdad te importo, hacelo porque me estás dañando con cada tontería qué haces— replicó y se fue nuevamente a la cocina.

Se que lo mejor sería que la perdonara, pero no, porque lo que ella hizo también me hizo mal a mi y es algo que, por ahora, no soy capaz de perdonar.

—Vos también me dañaste a mi— conteste.

—Demuéstramelo, porque con las cosas qué haces no aparentas estar mal— contesto— Es más, llegue a pensar que nunca te importe, aunque no se si no me equivocaba—

—Vos si me importabas— conteste.

__________

—Vos si me importabas— dijo y sentí un bajón.

Le importaba, en pasado.
Suspire y asentí con la vista hacia abajo.

—Andate, por favor— pedí.

—No he terminado de comer— contesto.

—No importa. ¿Te acordas cuando me echaste de tu casa? Bueno, ahora yo te echo de la mía. Lárgate— dije y él me miró de una forma que, en serio, no comprendí.

—No me busques más nunca— dijo.

—No tenía planeado hacerlo— conteste.

Él me miró mal y salió de mi casa.
Suspire y enseguida bote las lágrimas que había estado aguantando desde que comenzamos a hablar. Lo había arruinado aún más, ahora todo estaba peor que antes.

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-L💕