Ella entró en la escuela, y conversó con un par de amigos, hasta que subió a su taquilla en el tercer piso. Ella cogió sus libros, y ya llegaba cinco minutos tarde por lo que corrió a la clase.
Su profesora de inglés molesta puso la mano sobre el pupitre de Natalie. "¿Dónde está tu tarea señorita Ouellette?" Natalie tragó.
"Yo eh...la olvidé en casa. Lo siento, señorita Homenuik." Ella gruñó y se levantó.
"Su tiempo se ha acabado, señorita Ouellette, no me extraña." Natalie parecía desconcertada, se quedó pensativa por un momento.
No sabía por qué, pero esas palabras parecieron derretirse a través de ella. Ella simplemente la ignoró, y volvió a ponerse a escuchar la lección, mucho después quedó dormida, claro estaba. Más tarde ese día, ella se dirigió a su taquilla en el cuarto período. Cuando de repente, su novio Chris se acercó a ella.
"Ey um...hablamos después de la escuela, ¿de acuerdo?" Ella sonrió, contenta por haber hablado con Chris. Aunque curiosamente ella no sospechaba nada, él siempre fue un chico muy dulce.
Durante la clase de francés, ella se atrevió a no prestar atención, en lugar de eso, ella se dedicó a garabatear lo que a ella le encantaba dibujar; sangre, gore, gente siendo apuñalada, cuchillos, y demás cosas macabras.
Otras personas dirían que era bastante siniestra por dibujar esas cosas, pero ella no veía nada malo en ello. Por una extraña razón, ella realmente sentía que era algo normal.
"Señorita Ouellette"
Rápidamente cubrió su dibujo con un papel y miró a su profesor de francés, tratando de ocultar su miedo.
"¿Eh, sí señor LeVasseur?" Él hizo un gesto para que ella moviera el brazo, con un leve giro de cabeza.
"Muéstrame tu trabajo." Ella movió su brazo dudosamente, mostrando la imagen de un hombre siendo apuñalado por un loco. El profesor se quedó perplejo, mirándola un rato, ella sonrió nerviosamente.