Él no podía ver nada, el dolor era insoportable, la sangre goteaba violentamente de sus cuencas. Quería llorar, pero ahora era incapaz.
"Umm..." Ella rebuscó por el alrededor para encontrar más objetos, y tomó un par de tijeras. Ella se acercó, arrastrándose sobre él. "Creo que necesitas unos cortecitos hermano~"
Ella clavó las tijeras en sus entrañas, y alzó la voz con un grito ahogado de dolor. Ella lo trataba como una obra de arte y artesanía, cortando a través de su piel como si fuera papel. Ella alzó su intestino grueso, y sonrió con malicia.
"¿Sabes lo que adoro? El arte Macarroni." Ella comenzó a cortar el intestino en secciones. "Esto puede ser un poco demasiado grande para poner en un plato sin embargo." Ella podía oír a su hermano espumeando sangre por su boca. Sin embargo, tuvo que tragársela debido a la tela que tenía alrededor de su boca. "¿No sabe bien?~"
Ella lamió la sangre de sus dedos. "Claro que sé que te gusta." Él dejó escapar otro grito ahogado. Ella bajó a sus pies y comenzó a agrietarlos y rasgarlos, uno por uno. Después de un rato sus gritos aumentaron inútilmente. Su garganta estaba en carne viva y sangrando por ahora. A continuación, siguió con sus dedos, rompiéndolos y rasgándolos lentamente. El gorgoteo se hizo más fuerte, y él comenzó a retorcerse.
Él se estaba ahogando en su propia sangre. Ella le sacó la tela hacia abajo, y la sangre brotaba de su boca, volvió la cabeza hacia un lado y vomitó violentamente. "Hay hay hermano." Dijo ella, dándole palmaditas en la cabeza. "Come esto y siéntete mejor." Ella metió uno de sus dedos en la boca, haciendo que se le atascase la garganta. Él se atragantó y murió lentamente.
"Tu tiempo se ha acabado."