―Que me enseñes el lenguaje de las animadoras. ―Le sonreí tiernamente.
―¿Estas loca? ―respondió, y mi sonrisa cesó por un mal gesto―. Soy un jugador, no una animadora, e inclusive si lo supiera jamás te lo enseñaría, ellas esconden más secretos de los que tu puedes escuchar pequeña Camille.
Desde cuando el indefenso Samuel se había puesto arrogante.
―Bien, si así quieres, así será. ―Levante mirada y pase a un lado de él. Lista para marcharme, pero me detuvo tomando me del brazo.
―Espera, conozco a alguien.
Y mi sonrisa surgió de nuevo en mi rostro.
Así que ahora me encontraba camino a casa, el chofer era muy silencioso; no se si por miedo o por nervios, apostaría por la primera, ya que es el mismo chofer de siempre.
Había quedado con Samuel mañana después del descanso, así tendría a alguien que me enseñara el lenguaje animadora. Pero lo que más me intrigaba eran los secretos, con el vocabulario animadora seré imparable, sabré la verdad sobre cada alumno, ninguno se esconderá ante mí.
―Señorita Camille, hemos llegado. ―La tímida voz del chofer me saco de mis pensamientos.
Así que solamente baje del auto y me aproxime a mi casa, con lentitud gire la perilla; la puerta se abrió y sostuve mi bolso con más fuerza. Era extraño entrar a casa, por que nunca se sentía como un hogar, este era deshabitado por casi todo el día.
No, no soy huérfana. Pero pareciera que sí. Mi madre llega antes de media noche, y se iba antes de medio día.
Si, solo mi madre. Solo ella y yo ―entre a la casa y cerré la puertas a mis espaldas―. Pero aparentemente solo era yo.Arroje mi bolso en un sofá y me dirigí a la cocina. Abrí el frigorífico y tome comida congelada, la abrí y la metí en el microondas.
Y comencé a disgustar.Ahora estaba de compras en el enorme centro comercial Enderson’s, un centro demasiado grande, podías conseguir lo que quieras en él. Necesitaba ropa nueva y accesorios también. Así que solamente entregué todo lo que elegí a la cajera y le entregué la tarjeta de crédito que mi madre me otorgo para cualquier necesidad.
Sí, esto es una necesidad.Finalmente salí con tres bolsas llenas de ropa y una de accesorios. Me encamine a la salida pero en una banca que estaba fuera de una cafetería vi a Carter, la chica que tenia problemas con su novio Louis.
Ella estaba sola y parecía que me necesitaba, así que me dirigí a ella y me senté en frente de ella dejando caer al suelo las bolsas que traía conmigo.
Junte mis manos sobre la mesa y sonreí, ella miraba en un punto específico detrás de mí, así que gire pero no había nada interesante. No sabia que miraba pero parecía perdida en sus pensamientos.
Chasquee mis dedos enfrente de su cara y ella frunció el ceño, parecía volver a la realidad. Finalmente me miró y hable:―Hola, mi nombre es ―fui interrumpida por ella misma.
<< ¿Que se creía? >>.
―Se bien quien eres. ―hablo perezosamente.
―Pero yo no se quien eres. ― dije con un falso tono de amabilidad.
―¿En serio? Vamos, si eres la grandísima ladrona de secretos, tienes a todo el instituto en tu radar.
<< Eso era cierto >>.
―Carter ―dije ampliando mi sonrisa y ella hizo un ademán de alabancia con su mano―. Entonces me conoces más que bien, ¿no?
―Hum… lo típico, que robas secretos, los divulgas y destrozas a las personas con ello.
―Eso es un simple rumor. ―respondí algo indignada.
―Camille todos te conocen, porque crees que callan cuando te miran.
―Tu no lo haces ―hice una sonrisa de lado―. No divulgo los secretos, solamente saco la verdad de cada persona, soy una heroína.
―¿Heroína?, pues no lo creo, he visto a las personas sufrir. Además tu sólo dices lo conveniente, eso te hace una especie de diputado.
―¿Y has visto a las personas que conocen la verdad sobre el secreto que se le involucra?, ellas son felices, porque conocen la verdad. Alguien gana y alguien pierde, así es eso.
―Entonces salva al mundo. ―dijo acompañada de una carcajada mientras se levantaba de la mesa.
<< ¿Se estaba riendo de mi? >>
―Eso hago ―ella giro a mirarme y le sonreí, paso por mi lado dispuesta a marcharse― Y si te dijera que sé quien es la amante de Louis. ―Sabía que me había escuchado.
No la mire ya que ni siquiera me levante del asiento, pero podría jurar que la verdad la intrigaba, así eran todos; las ansias de saber un secreto.
<< Así que en 3…2…1… >>.
―Te escucho. ―en un abrir y cerrar de ojos estaba Carter enfrente de mi.
<< Lo que va vuelve. ¿Eh? >>.
―Aparente necesitas de la patética súper heroína. ―Era hora de jugar.
―No lo decía en serio, solamente dije lo que la gente habla.
―Lo se.
―Y tu sabes quien es “N”, solo leí uno de sus mensajes firmado con esa letra. ―Eso ya lo sabía.
―Se muchas cosas Carter. Pero tú quieres algo, dame algo.
―Cierto… ―se cruzo de brazos y se acomodó en su asiento mientras mostraba una sonrisa que llegaba a ser una risa―. Olvide decir que eres una permuta.
―Sólo cuando sé que me darán algo valioso a cambio.
―¿Y que tengo yo que te interese?
―Veme mañana después del descanso en la biblioteca. – dije mientras me ponía de pie y tomaba las bolsas de mis compras.
―Pe... Pero esa biblioteca esta cerrada, nadie entra ahí.
―Exacto, presidenta escolar. – Le guiñe un ojo y le otorgue una sonrisa carismática. Y salí de ahí.
~•~
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Ladrona de Secretos
Teen FictionMuchos me suelen llamar "metiche", otros me dicen mentirosa, murmuradora, entrometida. Pero la verdad es que sólo soy una ladrona de secretos, es lo que hago y eso me encanta. ¿Qué porque lo hago? Sólo digamos que soy como una súper heroína. Los sec...