P R Ó L O G O.

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"El amor solo descansa cuando muere. Un amor vivo es un amor en conflicto" - Paulo Coelho, las valkirias

-Veronica, muévete. Quiero dos ordenes mas de bebidas en las mesas diez y dieciocho. ¡Ahora!, y como se te ocurra derramar aunque sea una sola gota de licor, tu pagaras la botella completa, ¿entendido? - me ordenó mi tirano y jefe al que yo había apodado Joffrey II en honor al joven rey con complejo de Dios y un mal sentido del humor (soy algo coladita a una serie de HBO llamada Game of Thrones, no puedo evitar relacionar ciertos personajes con mi vida cotidiana). Hice lo que me pedía tomando con cuidado exagerado las charolas repletas de bebidas. Para aquellos que no me conocían pensaran que solo era una mesera esforzándose en ser buena en su trabajo y lamerle las pelotas a su jefe, pero para los que si me conocían notarían que era una mesera esforzándose por no tirarle la bandeja con materiales peligrosos a la cara del susodicho mientras gritaba "winter is coming!, winter is coming!"

- En camino, jefe. - dije con una voz suave, demasiado suave. Tanto que hasta el estrecho los ojos como diciendo "no me vengas con ese tono, tu me odias y ambos lo sabemos"

Me abrí paso de forma experta por entre al multitud de gente y repartí las bebidas a los invitados. Yo trabajaba en una compañía de camareros que estaba asociada con una linea de eventos, ¿el de hoy?, una boda. Yupi, viva los novios.

Recogí algunas mesas e ignore los comentarios de los padrinos e invitados mas coquetos que me invitaban a tomarme un trago con ellos.

El clima era horriblemente frío pues los novios decidieron tenerla en Enero, algo muy apresurado para unos jóvenes estudiantes de universidad, pero como los rumores circulaban con facilidad me entere que la chica estaba embarazada y eso había adelantando los planes de boda, sin embargo, la novia no parecía estar mas feliz y enamorada de su novio, así que algo me decía que el rumor del embarazo no deseado era una farsa hecho por mujeres envidiosas y la única explicación para el casamiento de esta pareja era amor.

Evadí como si fuera la peste las salpicadura de la champaña que estaban derramando los hijos de papi con una tarjeta de crédito platino. Lo que menos necesitaba era tener que explicar como es que me había nacido una cola de pez aparentemente de la nada.

Así es. Soy mitad pez.

Me aparte mi pelo oscuro de la cara y enfoque la vista en los invitados que iban disminuyendo por minuto. Pronto iba ser tiempo de comenzar a guardar las cosas, lo que nos tomaría una hora y media, si teníamos suerte, mi casa quedaba a unas cuantas cuadras de aquí y mi moto era rápida así que estaría en mi departamento y dandole el beso de buenas madrugadas a mi mama para las cinco de la mañana.

Normalmente cuando me tocaba trabajar dormir durante gran parte de la mañana, y trabajaba en la tarde y la noche. Mi madre se quedaba en casa a escribir, pero no había publicado nada en años. Desde hace un tiempo yo era la única que mantenía nuestro hogar a flote.

Nunca conocí a mi padre, y por lo que me cuenta mi madre, no quiero conocerlo.

Como lo predije pase el umbral de mi casa a las 5:14 AM, muerta del cansancio, con el uniforme negro con blanco sucio y el pelo hecho una maraña sin remedio que el solo hecho de imaginarme cepillármelo me ocasiono dolor.

- ¿Mamá? - la llame sabiendo que a estas hora ella ya estaba despierta y escribiendo con una taza humeante de café, siempre que me tocaba trabajar ella procuraba levantarse a las Cinco. Yo ya le había dicho que no había necesidad y podía seguir durmiendo la mona hasta la hora que se le viera en gana, ella asentía con la cabeza dándome la razón pero la siguiente vez que yo regresaba de trabajar, ahí estaba ella, sentada en al cocina con su taza de café negro. Cosa de madres.

Deje mi bolsa con un suspiro de alivio y masaje mi hombro mientras entornaba mis ojos ante la oscuridad, aun no había ni una luz en el cuarto, aun a estas horas de la mañana, mi departamento siempre estaba a oscuras a penas que prendiéramos luces, pero esta vez todo estaba apagado.

Considere dejarla dormir y yo marchar a mi cuarto y desplomarme en la cama para dormir un año entero. Pero un sentimiento de desconcierto me hizo ignorar mi cansancio y prender el interruptor.

Solté un grito al ver el departamento puesto patas arriba. Parecía que un huracán había pasado por aquí. Las sillas de la cocina estaban en la sala y las patas de las mismas estaban hechas añicos. La mesa de la cocina estaba partida en dos y cada lado estaba en el lado opuesto del cuarto. Vidrios, platos, vasos, recuerdos con fotos... todo estaba roto.

- ¡Mamá! - grite sin reconocer mi voz, el miedo estaba cobrando vida en mi y deformando mis cuerdas vocales. Corrí casi resbalándome con un pedazo de madera y pase la puerta destrozada en tres partes hasta llegar al cuarto de mi madre. Estaba igual o peor que la sala y la cocina.

Mi voz tembló mientras buscaba desesperada a mi mama, levantando mantas y cojines como si su cuerpo fuera capaz de caber incluso en los cajones mas minúsculos.

- ¡¿Mamá?! - Lloré muerta del miedo porque sabía lo que esto significaba. Habíamos vivido con miedo de que algún día esto podía llegar a pasar y ahora...

Al darme cuenta que no tenia a donde escapar, y mi madre había sido capturada, me seque mis lagrimas pero estas siguieron aflorando sin control. Mire uno de los portarretratos donde estábamos mi madre y yo, abrazadas y sonriendo, nuestras sonrisas brillaban felices, pero nuestras miradas parecían inseguras, como si no nos sintiéramos del todo salvo, aun la una con la otra.

Levante la vista porque mis lagrimas me impedían seguir viendo nada con claridad y mi voz se quebró cuando admite en voz alta lo que mi mente ya había descubierto.

- Nos encontro.

Espero que esta historia les guste!! Nuestra protagonista  (Veronica Drake) es Lucy Hale! ¿no la aman? ¿Qué les parece la historia? :3 

¿Uhhh que creen que pasara ahora? Me gustaría saber que se imaginan :3

Si tiene algún comentario o duda ya saben como contactarme.

¡No olviden votar y comentar! Besos, Swan2Black <33

Enamorando A Poseidón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora