9. ENNEA

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"You got your demons and darling, they all look like me"

"Tienes tus demonios y querido, todos se parecen a mi" 

POV Veronica

Las siguientes dos semanas pasaron con mucha calma. Por fin pude fingir que no era nada más que la dama de compañía de la reina, aunque en realidad nunca estábamos solas y siempre había un guardia para "nuestra protección". Poseidón nunca lo admitió pero ambos sabíamos que el guardia era por si yo perdía la cordura y me volvía toda Kamikaze sobre sus traseros. Para sorpresa de todos, no había tenido nada nuevo en mi persona, seguía siendo una sirena cuando tocaba el agua, mi piel no tenia marcas visibles, mi cabello no se me había caído o cambiado de color. Y lo mejor de todo, no se había adueñado de mi una loca con ganas de asesinar a todos en el planeta tierra y el Olimpo.

Aun no sabía nada nuevo de mi madre y estaba algo molesta porque no se molestara en intentar avisarme que estaba bien, puede que estuviera de vacaciones en los trópicos del inframundo, pero aun así, una postal no me hubiera hecho daño.

- Entonces... ¿en serio planeas irte? - pregunté con tiento a la reina. Estábamos en sus jardines y Poseidón paso a saludarnos, dandole un beso en la frente a su esposa y a mi una sonrisa pequeña. Mi estomago había dado un vuelco y la marca invisible me quemo levemente el dorso de la mano recordándome que ya no era la misma, ya no era mitad sirena, mitad humana. Era mitad demonio-titán, mitad Diosa.

Anfí me sonrío amigable, como si no le hubiera preguntado algo tan personal como su inminente plan de suicidarse.

- Cuando un Dios muere. - dijo lentamente. - hay un desequilibrio en el universo. Es por eso que buscamos reemplazos, aquellos que absorban parte de nuestros poderes, de nuestra esencia para que cuando dejemos este plano, la marca de nuestra partida no acabe con el equilibrio del universo.

- Eso tiene sentido.

Ella asintió sonriéndome enigmática y me miró como esperando a que yo dijera algo, o me diera cuenta de algo.

Y entonces, abrí mucho los ojos.

- Oh, no. - dije sacudiendo con fuerza la cabeza. - No, no, no, no. - levante un dedo en su dirección enfáticamente. - No.

Ella se acerco a mi y tomo mis manos entre las suyas.

- Veronica. - dijo suavemente. - Solo piénsalo ¿de acuerdo?. Mi esposo y tu tienen una atracción más que obvia...

Si hubiera estado bebiendo algo lo hubiera rozado sobre ella mas rápido que Shamu en su ultimo show de Seaworld.

- ¿Qué? - ¿esa voz chillona era mía? - ¡No!

Anfí soltó un bufido femenino.

- No me importa en lo absoluto, es más, estoy encantada.

- Tú... ¿qué? - la miré confundida, sus ojos azules brillaban con entusiasmo y una sonrisa apareció en sus labios cuando vio mis mejillas teñidas de rojo por la vergüenza. - te aseguro que no ha pasado nada entre tu esposo y yo. - me apresure a explicar.

- Bueno, esa es una decepción. - dijo frunciendo el ceño hacia mi. - ¿no te gusta mi marido de esa manera? - no se cómo, pero logro que eso sonara como si la fastidiaría, mucho.

- ¿lo...siento?

Ella bufó.

- No tengo tiempo para esto, Ver. - me dijo sacudiendo la mano hacia el jardín. - me iré en menos de un mes y estoy decidida a irme garantizando la felicidad de mi mejor amigo. Es por eso que eres mi dama de compañía y mas te vale comenzar a mostrarme avances en seducir a mi marido antes de su aniversario o tendré que forzar las cosas entre los dos.

Enamorando A Poseidón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora