19. ENNEAKAIDEKA

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"Los poetas crean castillos en el aire. Los locos los habitan, y los psiquiatras cobran la renta"

POV Poseidón.

- ¡Quiero que me digas en donde esta Veronica y quiero que me lo digas ahora! - Rugí sentado desde mi trono mirando con llamas en los ojos mi hijo Tritón. El se miro las uñas como quien no quiere la cosa y cuando volví a gritar molesto el levanto una ceja mientras bufaba.

- Oh, ya me convenciste, Veronica esta... - frunció el ceño con una expresión confundida. - ¿Era la antártica? No, no, creo que era Marte.

Gruñí en respuesta.

-¿De verdad esperas que te diga donde viven Veronica y Sarah después de tu freak show de  ayer?. - espetó él mirándome acusador.

Apreté mis manos en puños blancos.

Cuando logré escabullirme de la fiesta para liberar a Veronica descubrí que ni la pecera ni ella estaban por ningún lado. No ayudó a mi humor que cuando Tritón se dio cuanta que Veronica se había dado a la fuga se pusiera a dar cabriolas y vitoreo a todos pulmón. Se podría decir que poco después la fiesta terminó y mi humor se heló a tales niveles que mis miembros se entumieron y no pude moverme hasta que el enojó volvió a hacer correr mi sangre.

- ¡Si no me dices en donde se esta escondiendo Veronica te juro que cuando termine contigo nadie podrá reconocerte como el gran Tritón serás el puto cangrejo Sebastián!

Sus ojos se estrecharon como rendijas y gruño molesto.

- ¿Podrías parar con las estúpidas referencias de Disney? - dijo levantando los ojos al cielo mientras sacudía la cabeza. - si hubiera sabido que Walt Disney me iba traer tantos problemas me hubiera encargado de él hace mucho tiempo.

- Tritón. - dije sintiéndome apunto de perder a paciencia.

Él levanto las manos aun molesto.

- Mira. - dijo lentamente - Veronica quiere arrancarte la cabeza, demonios, yo quiero arrancarte la cabeza. - tomo aire antes de ponerse a reprocharme mi comportamiento - Así que, si quieres pedirle perdón arrastrado de rodillas por tu episodio sacado de American Horror Stories, estoy más que dispuesto a no impedírtelo, pero no pienso ayudarte a localizarla, así que te sugiero que te pongas tu abrigo y pipa de Sherlock Holmes y salgas a buscar pistas.

Estaba listo para convertirlo en un cangrejo pero el pareció leer la intención en mi mirada  y se desvaneció al segundo.

-¡Cobarde! - le grité a la nada. Literalmente a la nada, mis sirvientes se habían asustado tanto después de mi estallido de ayer mi humor no había hecho más que empeorar, incluso la sumisa Peregrina había decidido escapar de mi temperamento.

Estaba por buscar un nuevo objeto para mi frustración cuando escuché la temblorosa y asustada voz de Gwendolyn convocándome.

- ¿Poseidón? Poseidón, por favor dime que eres tú. -  enarqué una ceja. Bueno, donde sea que estuviera la problemática pelirroja, podía estar segura que no era yo. Suspiré pensando en que hacer, por un lado necesitaba encontrar a Veronica, pero por otro, podía hacer una pequeña parada para ayudar a Gwendolyn en mi camino a ser atizado con un fierro caliente en partes que se hicieron para ser tratadas con cuidado.

- ¡¿Poseidón?! Hijo de... más te vale que seas tú.- aquel chillido me acabo por convencer y con un suspiro de molestia me hice aparecer hacia donde me convocaban.

No estaba tan lejos de mi hogar, el océano mediterráneo no era tan grande y la pobre chica estaba nadando cerca de un banco de tiburones. Los alejé con una orden silenciosa justo cuando uno de ellos le rozo la lengua y se puso a gritar como mujer loca, no que la culpaba claro. ¿Qué demonios estaba haciendo aquí de todas formas?.

Enamorando A Poseidón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora