Enamorando A Poseidón.

13. TREISKAIDEKA

Holaaa!! Lamento haberme tardado tanto pero espero que opinen que este capitulo vale la espera...   Por cierto, oficialmente este libro es contenido adulto, por lo tanto no tendré que volver ciertos capitulos subidos de tono como privados. Sin embargo, me siento con el deber de avisarles que este capitulo tiene contenido XXX. Sino quieren leer este tipo de escenas les recomiendo irse hasta el final para darse una idea. O pueden escribirme un mensaje para que yo les de un pequeño resumen PG- 13  :D

"I will strip away all that you know, all that you love, until you have no shelter but me"

"Te arrancaré todo lo que conoces, todo lo que amas, hasta que no te queda mas refugio que yo"

POV Poseidón.

Gritos de placer.

Podía escuchar con claridad los gemidos y jadeos de mi esposa mientras su amante la complacía.

En mi cuarto.

En mi cama.

Me quede inmóvil con la mano recargada en la perilla. Emociones conflictivas se arremolinaban en mi pecho, apretándome el estomago y tensando mis manos hasta convertirlos en dos puños apretados. Mi mandíbula crujió y me obligué a relajarme. Fallé miserablemente.

Sabía que mi esposa tenia un amante, sabía que lo había tenido desde antes de casarme con ella. Sin embargo ella había considerado su deber casarse conmigo, y yo, estúpidamente creí que podía hacerla feliz. Así que miré para el otro lado cuando tenía sus aventuras. Pero últimamente parecía estar en constante batalla con mis sentimientos, Veronica me había hecho sentir y ahora debía afrontarme a todo lo que habas mantenido escondido.

 Veronica era la mujer mas expresiva que conozco, sus ojos hablaban exactamente lo que las palabras no alcanzaban a decir, sus emociones eran intensas, ella sentía una tristeza desgarradora que no era capaz de ocultar por más que lo intentara, se le notaba en la rojez alrededor de sus ojos oscuros, en la sonrisa ladeada que temblaba solo unos segundos antes de aparecer. Odiaba verla triste, era mucho mejor sentir su furia que eso. La furia la hacía prenderse como una antorcha, sus ojos se llenaban de fuego y su piel brillaba como si intentara contener todo su poder, sus ansias de proteger a cualquier costo a los que amaba.

Cuando la vi cambiar por primera vez, en el inframundo, supe que por mas que todos pudieran querer afirmar que Empusa era un monstruo, yo sabía mejor. Era una guerrera, el tipo de guerrera que no seguía las ordenes de sus superiores y que matara para sobrevivir. Veronica era testaruda e imparable cuando se trataba de proteger a sus seres queridos, pero lo que más me preocupaba, era su indiferencia hacia su propia vida. Mi hermano tenía los dominio del inframundo por una razón. Era sanguinario e imparable. Amaba a muy pocas personas y solo por una daría su propia vida. Yo no era esa persona, mucho menos nuestro hermano mayor.

Teníamos la suerte del infierno porque Veronica no hubiera amenazado a Perséfone cuando se convirtió en su verdadera forma, el fin del mundo hubiera comenzado antes de poder evitarlo.

- ¡Oh, si! ¡justo ahí! ¡Oh, querido! - los gritos de mi esposa me sacaron de mis ensoñaciones y retrocedí alejándome del sonido.

Sentía un vacío establecerse en mi estomago mientras caminaba sin rumbo fijo. Escuché voces  procedentes de los jardines, intente esconderme para evitar compañía pero luego pude oír la voz de Veronica, clara como el agua, y la furia en mi piel comenzó a dimitir.

- ¿No le has dicho a nadie?

- No.

Bueno, eso si que llamaba mi atención. Me escondí como si no fuera el rey del lugar, y todo para escuchar una conversación privada entre mi hijo y Veronica.