Enamorando A Poseidón.

4. TETTARES

"Hell is empty and all the devils are here" 

"El infierno esta vacío y todos los demonios están aquí"

POV Veronica. 

Evité el impulso de ponerme a caminar de lado a lado por la habitación. Después de mi declaración frente al rey de los mares, dos pares de guardias me condujeron a una de las millones de salas que seguro sobrepoblaban el castillo de Poseidón. Pasamos una barrera que me convirtió en humana y para mi gran alivio me dio un par de vaqueros y blusa blanca a juego. Cuando examiné a los guardias me di cuenta que ellos seguían con aquella armadura con el símbolo del tridente y una mano masculina y grande marcada en distintas partes de la extension de metal. Sus colas de pez se habían sustituido por dos pares de piernas. No hice preguntas porque sus expresiones estaban en aquella muda declaración de "no se aceptan preguntas", en su lugar, me concentré en admirar el gran interior que lucia columnas de mármol de color rojo ladrillo, el color que cubría las tumbas de los emperadores. Las decoraciones eran increíbles, llenas de estatuas y pinturas que jamas había visto en los libros de historia. No que estuviera esperando encontrarme a la famosa escultura de "Oceano" por aquí pero de nuevo, ¿Qué demonios debía esperar de esta situación?.

Comencé a toquetear una de las figuras de apariencia delicada y bastante espantosa, con numerosos tentáculos y ojos como para hacerme sentir cómoda. Tararee una canción de gusto picante para entretenerme, ya sabía que no era de buen gusto que una mujer cantara este tipo de canciones pero me venía dando igual. La figura que estaba tocando hizo un sonido raro y se desprendió. Evité un grito de horror y mire la pieza de mármol rota. Esto me iba salir caro.

Las puertas se abrieron y escondí la parte rota en el bolsillo de mis pantalones intentando que mis facciones no delataran lo que acababa de hacer.

Una mujer alta y rubia con destellos castaños con una tez pálida y algo grisácea se acerco a mi con una sonrisa en los labios que solo se agrando cuando vio la figura rota.

- Mi señor siempre odio esa escultura. - dijo, intentando ocultar una sonrisa - Eros hizo un trato con él en una fiesta. El perdedor se quedaría con la figura y la pondría en una de sus salas de invitados para que todos la apreciaran.

Se me abrieron los ojos como platos.

- Emm...- ¿Eros? No podía ser el mismo Eros que yo estaba pensando... ¿o si?. Mi conciencia resoplo irritada, Oh, ¿podrías parar ya con la negación?, Obviamente estamos hablando de ese Eros. Supéralo de una buena vez, Veronica. No sabía que decir, siempre fui de las que hablaban y después pensaban, incluso mi madre decía que mi sinceridad me iba acabar matando. Al final gano mi lado honesto, como lo hacia normalmente. - es horrenda, la verdad.

La mujer lucia una sonrisa algo apagada pero sus ojos brillaron por unos segundos con genuina diversión. Me observo con curiosidad y por la forma fluida y elegante en que se movía, sabía que tenia que ser alguien de rango muy alto.

- Mina me dijo que estabas aquí para se mi dama de compañía.

Con mis sospechas confirmadas, tuve que toser para evitar dejar salir una risa nerviosa.

La esposa de Poseidon me miro con gesto divertido y intente controlarme.

- Si, si... Lo siento. - respondí rápidamente.

La mujer le quito importancia con un movimiento elegante de muñeca.

- Bah, lo cierto es que necesitaba algo nuevo. - dijo mirándome con un gesto calculador - estoy cansada de la misma seriedad del castillo.