Dos Vidas Contigo [Navi]

12

La mañana siguiente llegó como si de un abrir y cerrar de ojos se tratara. Todavía se encontraban abrazados. Ravi abrazaba a N por la espalda, cuando los primeros rayos de sol se colaron por la ventana de la habitación, iluminándola.

N se removió algo inquieto, porque no le gustaba tanto la claridad, provocando que se despertara Ravi. Este lo acercó más a su cuerpo y tiernamente le deposito algunos besos en el cuello.

— Buenos días — le dijo al oído.

— Buenos días — le contestó N sonriendo.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Ravi, sabiendo que esa había sido la primera vez de N, y le preocupaba que hubiera sido demasiado brusco con él.

— Muy bien.

— Tienes que tenerme confianza, y no quiero que me mientas.

— Estoy perfectamente. Enserio, lo de ayer fue mejor de lo que imagine — dijo N tiñéndose de rojo con cada palabra que salía de su boca.

Después de un pequeño beso de buenos días en los labios, Ravi obligó a N a que se dieran una ducha, juntos. Debido a que a pesar de lo valiente que se había sentido N la noche anterior, el verlo otra vez desnudo hacia que se volviera a sonrojar, solo de recordar todo lo que había pasado entre ellos.

Mientras desayunaban, la sonrisa de satisfacción de los dos no desapareció, hasta que Ravi tuvo que llevar a su casa a N.

— ¿Nos vemos más tarde?

— Claro — le dijo N besándolo de nuevo antes de bajar del auto y entrar a su casa.

* * *

El rostro de felicidad le duró a N todo el resto del día, e incluso algunos comensales disfrutaban hacerle plática acerca de lo feliz que estaba, y él solo sonreía cada que le preguntaban.

La relación de Ravi y N, que había sufrido de algunos altibajos, ahora gracias a los mismos, era más fuerte. N estaba realmente enamorado de Ravi, al igual que Won Sik lo estaba de él.

— Ya déjame en paz, no voy a contarte ningún detalle — decía jugando N a su primo.

— No seas así, dime — le rogó Hyuk.

— Que no, es más, el que debería de contarme debería de ser tú, ¿cómo te fue con Sook?

— Bien.

— ¿Solo bien?

— No, la verdad muy bien, es tan linda.

— Mírate, te burlas de mí y estas igual que yo — se burló N de Hyuk.

Dos meses después

— ¿Qué hacemos aquí? — preguntó curioso N.

— Celebrar nuestro aniversario.

— Pero es mañana.

— Si ya sé, pero quiero comenzar desde hoy.

— Bien... estas tramando algo ¿verdad? — dijo tratando de adivinar.

— Puede — le dijo Ravi sonriéndole.

Ravi había llevado a N a ver una película al aire libre, había conseguido el permiso para colocar una manta, que servía de pantalla para que el reproductor funcionara y trasmitiera la película en medio del parque donde siempre iba a correr.