Demons.

Especial LiaXJulian

Comienzo a pensar que me he vuelto loco, un total y completo loco acosador, y no entiendo porqué.

Ella es como una hermana... No no es como una hermana, porque si lo fuera, no le estaría Espiando como ahora, no soñaría con ella ni anhelaría el día en que ella me vea no como un amigo o hermano, sino como algo más.

-¿Quién anda ahí?-Mi cuerpo entero se tensó al darme cuenta que había sido descubierto.-Sal si quieres seguir con vida.

Sabía que, por mi bien, tenía que esperar, quizás piense que sólo fue su imaginación.

O quizás no.

Una bola de fuego impacto en el árbol en donde me escondía, tuve unos segundos para teletransportarme unos metros lejos de ahí.

-Por tu bien, no te muevas.-Dijo una voz a mis espaldas, haciendo presión con algo filoso en mi cuello.-¿Qué haces aquí?

-Tan solo admiro el paisaje.-Sonrío de lado y me doy media vuelta.

Lia baja la navaja que tenía en manos y sonríe.

-Hola Julián.-Abre los ojos como platos.-¿De nuevo escapaste?

-Esta vez no.-Desvío la mirada.

Años atrás me escapaba sin que mis padres se dieran cuenta, una vez terminé en playas mexicanas; la encontré nadando con sus padres, ellos me delataron.

-Estas más alto que yo.-Mide nuestras estaturas, ella me llegaba al hombro.-No es justo, me siento una pitufa.

Tuve que reunir toda mi fuerza de voluntad para no lanzarme sobre ella y besarla al ver tan lindo mohín que hacía.

-Es porque yo soy mayor que tu enana.-Ella frunce el ceño por el apodo.

.¿Como me dijiste?

-E-na-na.-Repetí.

Mala idea.

Uno de sus látigos de agua me inmovilizo por completo y me lanzó al mar, al llegar a la superficie inhale una gran bocanada de aire.

Me teletransporte detrás de ella.

-... Bu.-Ella cae de espaldas al suelo.-Jajajaja.

-E... Eso no es gracioso.-Tartamudeo con la mirada en el suelo.

¿La lastime? ¿La he echo llorar? ¿Pensara que me he burlado de ella?

-Lo siento, no quería...-Levanto su rostro y veo un par de lágrimas en su rostro.

-N... No te preocupes.-Desvió la mirada.-Rayos, esto es vergonzoso.

Claramente pude escuchar lo último, pero no me importo, tan solo me dediqué a admirarla; sus ojos azules, sus labios rosa pálido, su piel blanca, y esas tiernas pecas que adornaban sus mejillas.

-Am... ¿Julián?-Lia pasó una mano frente a mi rostro, sacándome de mis pensamientos.-¿En qué estabas pensando?

"En lo linda que eres". Pensé sintiendo un calor en mis mejillas.

-Yo... En nada.-Sus manos se posan en mis mejillas mientras me mira preocupada.

-Tienes fiebre, vamos.-Toma mi mano y me jala hasta llegar al mar, no tardó mucho en transformarse.

Había heredado los poderes de su madre en convertirse en sirena y también poder controlar el agua, al igual que poder controlar el fuego, herencia de su padre.

-Que extraño, se supone que deberías estar perfectamente.-Dice confundida.

-No estoy enfermo enana.-Desvío la mirada, en su forma de sirena se le notaban más los pechos.