En una sociedad donde el poder baila entre las manos de los ángeles y los demonios, donde los humanos fueron desprestigiados hace mucho y las emociones fueron enterradas bajo la sangre derramada en guerras... Sentir algo por el enemigo es devastado...
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En aquel instante, bajo el susurro del viento, él podía escuchar cada dificultosa respiración que tomaba la mujer, su mujer. Su pecho subía y bajaba con ásperas inhalaciones y tortuosas exhalaciones, las costillas rotas bajo la presión que había ejercido su enemigo, sus alas, normalmente cubiertas por hermosas plumas blancas con terminaciones doradas, ornamentos que decoraban la extensión más importante de su cuerpo... ahora estaban destruidas y despojadas de toda belleza sublime característica de su raza.
Un instinto primitivo rugió en él, más allá de cualquier barrera entre sus razas, más allá de cualquier regla o prohibición sobre ellos. La ira burbujeó en su fuero interno, llamas abrasivas que quemaron en su interior, rogando por ser liberadas para desencadenar la destrucción... él cobraría venganza.
La mujer gimió, el sonido deslizándose entre sus agrietados labios, proyectándose desde su lastimada garganta por los gritos que había soltado continuamente. Eso lo debilitó y aumento el deseo ferviente de lastimar a su agresor en su interior.
Él ya había sostenido sus corazón entre sus manos, en lo que parecían eones de antigüedad, la sangre derramándose en una tierra árida olvidada por el creador, pero en aquel entonces su obligación había sido asesinarla... Hoy debía mantenerla con vida.
Se liberó con fuerza ferviente ante un error de sus captores, los dos ángeles habían soltado un instante su agarre para regodearse ante el dolor de la mujer, ese breve instante de tiempo le permitió deshacerse de ellos, utilizando las capacidades que había cultivado a lo largo de los años; uno murió rápidamente cuando desgarro su garganta, la cabeza cayendo al suelo separada del cuerpo, el otro se deshizo bajo la corriente oscura de su poder, desintegrándose en un fina nube de polvo.
El agresor se giró, su inhibición de emociones fallando durante un instante al mostrar miedo en sus ojos, apenas un destello, pero el demonio se regodeó y sonrió mientras se abalanzaba sobre él, en un golpe mortal, un par de segundos más tarde, el cuerpo cayó sin vida.
Su mirada se giró hacia la mujer, el latido de su corazón fallando al verla, sus ojos cerrados, su pecho no se movía. El demonio se agachó a su lado y tomó su cuerpo, aferrándose a ella, apenas un instante antes de que su corazón diera sus últimos latidos.
