"Para cuando la razón entiende lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas" — Carlos Ruiz Zafón.
— He visto ese tipo de esculturas antes — comentó Aarón, mirando con detenimiento los restos de metal que sostenía Jeno, estaban destruidos y deformados — No recuerdo dónde — agregó tras buscar en sus pensamientos por qué aquellos trozos le generaban una mala sensación, como algo indebido, prohibido.
Las piezas poseían la esencia espiritual de un ángel inhibidor, un demonio menor y un humano. Por alguna razón, Aarón tenía la idea de que aquello lo había vivido muchos eones atrás y que había obtenido alguna especie de castigo, más no podía recordar, muchos de los acontecimientos que vivió cuando era un ángel del Creador se evaporaron de su memoria con el tiempo.
— Es imposible — mumuró Nyx, el ángel más bello del Creador. Él había hecho cada curva de su cuerpo femenino a su antojo, ella caracterizaba la perfección y la belleza, los rumores decían que ella era la elegida para ser la compañera eterna del Creador y que la caída lo había impedido.
— Jeno ¿Estás bien? — preguntó Laertes, preocupada ante la reacción de la profeta. Continuaba pálida, las manos le temblaban y apretaba con fiereza aquellas piezas metálicas, podría causarse daño.
El guardián de los malignos se acercó a la guardiana de las profecias y le quitó los fragmentos de la mano. La mirada de Jeno estaba ida y seguramente estaba viendo algo terrible, sus reacciones la delataban.
Era mejor no molestarla mientras estaba en uno de sus trances.
Por otro lado, Adair se concentró en Nina. Ella temblaba de miedo, tenía los ojos abiertos desmesuradamente, las pupilas dilatadas y observaba todo el lugar, pasando su mirada sobre cada uno de los presentes.
— ¿Dónde estoy? — preguntó, su voz carecía de temblor, era firme y seria. Sin duda alguna, la pregunta se debía a que quería estar completamente segura sobre la conclusión a la que había llegado en su mente.
— El infierno — respondió Medea, acercándose. El corto y encendido cabello rojizo acariciándole las mejillas, era innegable, de no ser por su comportamiento apático y retraído, además de la mortal mirada que le lanzaba a todo el mundo, Medea era una belleza, sus ojos de dos tonalidades la hacían aún más intrigante y atrayente.
Aún así, Adair jamás consideró algo con ella, ni con ninguna de las demás, nunca había tenido sentimientos por alguna y las veía como hermanas que darían la vida por él, así como él daría la vida por ellas y por los demás caballeros del infierno. No obstante, con Nina había sido lo opuesto, ella hacía que una sensación herviente se alojara en su corazón, aquel sentimiento era uno que Adair jamás había esperado volver a experimentar, pero aquí estaba, resurgiendo ante una inhibidora.
— Te lo dije, preciosa. Soy un caballero del infierno, al igual que los demás en esté lugar — explicó Adair, sabía que para Nina él era un demonio, un ser salvaje y misterioso que suele ocultarse entre las sombras, en parte verdad, pero también, hace mucho tiempo, fue parte de la raza que había apagado sin dudar sus emociones, ángeles inhibidores, con quiénes compartían el poder del mundo tras el pacto.
Nina dudó, asimilando la información que Adair acababa de proporcionarle. Era verdad, las entrañas del infierno existían y aquellos seres ante ella debían ser los expulsados por el Creador, hace millones de años. La mirada del ángel se enfocó en el rubio de ojos oliva impresionantes, él había querido atacarla y algo en él que le hacía desconfiar en sobremanera, parecía más poderoso y amenazante que los demás, tenía una mirada de superioridad y los demás se habían situado a su alrededor inconscientemente.
Aquel era su líder.
Él debía ser el ser más malévolo que alguna vez existió y existirá.
Ante Nina, estaba nada más y nada menos, que lucifer, satanás, el lucero del alba que era conocido por muchísimo nombres. Pero aquí, ellos le decía Aarón y sin duda, su lealtad era con él.
Consternada, asustada y con unas impetuosas ganas de huir, Nina no logró contenerse más. El miedo se hacinó en su interior, creciendo y avivándose como las llamas del fuego enardecido, ella gritó, sus emociones prendiendo de un delgado hilo. Las lágrimas no tardaron en surcar sus mejillas, el labio inferior le temblaba, la cabeza le dolía, su respiración era agitada y desigual, todo aquello era el resultado de años de encarcelamiento emocional y mantener sus sentimientos para sí misma.
Los demás la miraron sorprendidos, anonadados, sin palabras, incluso Adair, quién ya la había visto perder los estribos, pero nunca de esa manera tan explosiva y brutal. A simple vista se podía notar que estaba sufriendo, rogando porque la descarga de sentimientos se detuviera para poder tranquilizarse.
— Ella no es una inhibidora — sentenció Aarón.
Jeno tomó una respiración profunda, atrayendo todas las miradas sobre sí. Su mirada se enfocó de nuevo, pasó unto a Laertes quién la miraba preocupado y corrió hacia Nina, le acarició el cabello platinado y comenzó a murmurar en voz baja palabras tranquilizadoras. Medea apartó la mirada, como si aquella demostración la perturbara y Nyx, al igual que Jeno, se acercó cuidadosamente.
— Pero, su esencia espiritual es como la de un ángel — habló Nyx, sin aliento, como si no pudiera creérselo.
— ¿Es posible? — preguntó para sí mismo Laertes y Theron miraba toda la escena impasible y en silencio, no se entrometería, aunque sí le causaba curiosidad la joven que Adair había traído sin consultar.
— Debemos reunirnos todos, debemos hablar. Adair ¿Dónde la encontraste? — inquirió Aarón, pasándose una mano por el espeso cabello.
— Trabaja para La Junta Empírea — explicó él — la conocí porque estaba haciendo un trato con el ministro Ashael debido a las desapariciones. No lo podían ocultar por mucho, pero lo hicieron público hace poco. Una ministra dio el comunicado.
— ¿Te ofreciste para ayudar?
— Así es, pero el captor y asesino no deja huellas, ha sido imposible rastrear algo y La Junta está preocupada porque el asesino sea uno de sus ángeles perfectos y sin emociones, creen no hay asesinos ni psicópatas entre ellos y deben demostrarlo.
Gracias por leer <3 ¿Qué te pareció el capítulo? Espero que te haya gustado ¡Un abrazo!
Te invito a leer La Casa de las Muñecas, es una historia que ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS.
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El beso del Demonio
ParanormalEn una sociedad donde el poder baila entre las manos de los ángeles y los demonios, donde los humanos fueron desprestigiados hace mucho y las emociones fueron enterradas bajo la sangre derramada en guerras... Sentir algo por el enemigo es devastado...