"Si no se modera tu orgullo, él será tu mayor castigo" —Dante Alighieri.
La Junta Empírea, uno de los entes más poderosos sobre la faz de la tierra, se reunió en su palacio de cristal, como era conocido el altísimo rascacielos que estaba en el centro del ciudad que llamaban la capital del mundo. Está compuesta por trece arcángeles de gran poder, seis inhibidores y siete de los arcángeles principales.
Los ministros Ashael, Shales, Leah, Hariel, Melahel y Asaliah eran todos arcángeles inhibidores que gracias a los siete poderosos habían recuperado su inmortalidad. Conocidos por su poder económico y social, son los que siempre son vistos en público, sus nombres son conocidos por todos y entre ellos, se reconocen perfectamente.
Por el contrario, a los siete arcángeles principales nadie jamás los ha visto, ni siquiera cuando eran parte del ejercito del Creador. Lo único que se sabe de ellos son su nombres: Miguel, Rafael, Uriel, Gabriel, Chamuel, Zadquiel y Jofiel. Hacían parte de los favoritos y leales súbditos del Creador hace eones, de ellos solo se conocían heroicas hazañas, la protección de las almas humanas y del equilibrio entre los planos espirituales.
Ahora, los demás ministros solo tienen el placer de conocer sus voces mediante las reuniones que hacen de La Junta Empírea para debatir la toma de decisiones que afectaran al mundo., aunque solo hablaban cuando era estrictamente necesario. Como en este instante, el desastre del asesino que rapta inhibidores, humanos y demonios menores.
— ¿Cuál es la probabilidad de que sea uno de los nuestros? — inquirió el ministro Shales, acariciándose la barbilla con el dedo indice.
— Todos aquellos que han mostrado anomalías han sido capturados y encerrados, debería ser nula — respondió con agilidad la ministra Leah, su mirada imponente paseándose entre todos los presentes — Solo se sabe de un par de casos y los teníamos bajo control ¿No es así, Ashael?
— Si te refieres a mi ayudante: Nina Lauper. Efectivamente es una aberración pero siempre muestra patrones normales de comportamiento, su carencia de inhibición solo se ha exteriorizado un par de veces en su vida, no es de alto riesgo — contrarrestó inmediatamente Ashael, mirando impávido a Leah.
— ¿Por qué Nina Lauper no fue encerrada con los demás para su debida investigación?
— A causa del poder que representan su padres, la desaparición de su legado no pasaría desapercibida, debemos mantener un bajo perfil con respecto a las investigaciones.
— Es verdad, por eso existen casos fuera del proceso de análisis, son excepciones que nos han permitido continuar sin ser expuestos.
— ¿Dónde está ahora?
— Hoy no era requerida, por lo que le he dicho que podía no presentarse.
— Su vigilancia debe ser continua y...
— Fuera de las anomalías en nuestra raza y con respecto al tema del secuestrador y asesino ¿Qué medidas implementaremos? — habló con fuerza Melahel interrumpiendo el tema de las aberraciones en la raza de los inhibidores e interviniendo por primera vez en la reunión.
— Se ha informado tanto a humanos como ángeles y demonios del peligro, fuera de eso, Ashael ha contratado un demonio con capacidad de localizar esencias espirituales — aclaró Leah, sus ojos índigo irradiaban voracidad a pesar de que sus demás facciones no expresaban nada en absoluto.
— Así es, ministra Lehahiah — concordó Ashael haciendo uso del nombre completo de la susodicha — Antiguo conocido nuestro, por cierto, se sabe que ellos conservaron parte de sus dones y adquirieron nuevos tras la caída. El poder del caído Adair puede ser de mucha utilidad en este caso, no veo grandes consecuencias.
— ¿No te parece suficiente el intercambiar información con ellos?¿Quién sabe a cuántos riesgos nos estamos exponiendo? — está vez quién habló fue Asaliah, su tono de voz era firme y no se alteraba.
— Dudo mucho que el señor Adair cometa alguna imprudencia cuando hay tanto dinero de por medio.
— No podemos fiarnos de un demonio.
— No es un demonio, es un caído. Igual que nosotros, solo que ellos tuvieron la suerte del infierno y nosotros fuimos despojados de todo aquello que nos hacía seres divinos.
El silencio reinó hasta que la voz de uno de lo siete poderosos interrumpió la polémica, hablando por todos, cortando eficazmente y dando por terminada la reunión: — Teniendo en cuenta que sus esfuerzos no han dado resultado en la búsqueda del sospechoso, vemos más beneficioso en confiarle esto a Adair, ahora guardián del infierno, para solucionar este problema. La investigación de las anomalías no produce avances, seguiremos en contacto.
Con eso dicho, los comunicadores que establecían la conexión con los siete arcángeles se apagaron. Todos los demás se levantaron de la mesa redonda al unísono, sus miradas no se cruzaron ni una vez mientras abandonaban la habitación, enfrascados en las labores que tenían por hacer y en la problemática que acababan de discutir.
La Junta Empírea siempre se jactaba de su poder y organización, irónico, considerando que su perfecto mundo de desmoronaba como migas de pan entre sus manos. Cada ministro temía perder lo que tanto les había costado ganar, el reconocimiento de su poder, el hecho de ser vistos como una fuerza que debía ser tenida en cuenta y jamás debía ser menospreciada.
Aunque, en el mundo se desarrollan tantas cosas a la vez. Entre esas un hecho que por el momento La Junta Empírea ignoraba por completo pero que les iba a acarrear grandes problemas en el futuro: los humanos no iban a mantenerse desprestigiados por siempre, el mundo les había pertenecido alguna vez y no querían verse menospreciados ante los ángeles y demonios.
En medio de la sociedad humana había estado creciendo y fortaleciéndose un grupo de personas que creían poder derrocar el poder de lo ángeles inhibidores. Aprendiendo sobre estrategias y permaneciendo ocultos hasta el momento oportuno para salir a luz.
Exorcistas.
Gracias por leer <3 Y por su paciencia, sé que me estoy tardando en actualizar :/ ¿Qué te pareció el capítulo?
Les comento que últimamente me ha estado rondando mucho por la cabeza la idea de hacer vídeos en youtube.
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El beso del Demonio
ParanormalEn una sociedad donde el poder baila entre las manos de los ángeles y los demonios, donde los humanos fueron desprestigiados hace mucho y las emociones fueron enterradas bajo la sangre derramada en guerras... Sentir algo por el enemigo es devastado...