20. La belleza de un caído.

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"Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio" - Mario Bennetti.

Nina le había pedido a Adair que la dejara sola, era demasiada información la que debía asimilar y quería hacerlo en soledad ¿Por qué su raza ocultaba tantas cosas? Ella jamás había considerado que existiría una historia como la que Adair le contó, ellos, todos los que habían estado en esa habitación, eran ángeles caídos y habían conocido al creador en persona.

Ella sacudió la cabeza y se acercó a una especie de ventana que había en la pared opuesta, estaba compuesta por hierro y vidrio pero le permitió observar el infernal entorno. Al parecer estaba en una enorme fortaleza construida sobre una montaña de fuego, no era horrible ni desesperanzador como le habían hecho creer, al contrario, parecía un paraíso con mucho por explorar.

A lo lejos, al pie de la montaña, lograba vislumbrar un montón de pequeñas construcciones ¿Cómo serían los habitantes del infierno? Nina solo podía imaginar demonios, seres retorcidos y deformes, como los que le habían enseñado a odiar. Ella había creído que Adair era un demonio, en un principio, incluso le había temido y había deseado no volverle a ver jamás. Ahora... pensaba algo completamente diferente.

La mirada del ángel inhibidor se movió de un lado para el otro, en busca de una salida, la única a su alcance era la puerta por la que los caídos habían salido. Cuando Adair la había dejado sola en la estancia, le dijo que solo hacía falta que pronunciara su nombre para que él regresara.

Tenía miedo, pero quería salir de ahí.

Tomó una respiración profunda, miró con determinación la puerta y se acercó, teniendo cuidado con los ruidos que generaba. A pesar que se tomó un par de minutos antes de abrir, esperando que del otro lado de ese trozo de madera se encontraran ese montón de personas que temía, abrió en un impulso de valentía y al notar el pasillo vacío suspiró tranquila y corrió.

Abrió puerta tras puerta, buscando con desesperación la salida, y cuando todo parecía en vano vislumbró una enorme puerta doble, de hierro y con intrincados diseños, como todo en ese lugar.

Nina se acercó con el corazón acelerado y la respiración errática, alzó la mano para abrir la puerta y... Largos y delgados dedos la detuvieron.

La persona que la había tomado de la muñeca era más alta que Nina, llevaba el cabello rosa suelto y cayendo en elegantes ondas hasta más abajo de las caderas, no era delgada, tenía un cuerpo proporcionado y femenino, y a pesar de toda su belleza inhumana, la miraba con completa desconfianza.

- ¿A dónde vas? - preguntó la mujer, en su voz había algo que hizo a Nina sentir... Deseo, extraño e impropio de ella, el único por el que se sentía atraída era Adair y... No estaba segura de cómo se sentía en ese momento.

El ángel no respondió, para ella era mucho mejor ahorrarse una falsa explicación cuando la habían atrapado con las manos en la masa. Se quedó completamente quieta, a la espera de la amonestación de la hermosa mujer, pero contrario a lo que pensó que iba a hacer, extendió una mano y abrió las puertas de par en par.

- Eres libre de ir a dónde quieras.

Nina no podía creer las palabras que habían surgido de aquellos labios, perfectamente formados y rosas ¡¿Ella era libre de irse?! ¡¿No le diría a Adair?! Sin esperar que lo repitiera, Nina caminó velozmente, se sentía insegura por el entorno, sobretodo porque pisaba un angosto sendero de piedra negra y en cuyos lados saltaban bolas de fuego enardecido.

Lo que no se esperaba en absoluto es que aquella mujer la siguiera en silencio, con una mirada expectante y un tanto infantil. Nina jamás se habría imaginado aquellas facciones tan simétricas, únicas, delicadas y atrayentes.

- Te acompañaré - mencionó con tranquilidad, como si a Nina no le pusiera los pelos de punta pensar en lo que realmente era, un ángel caído, considerado como un demonio por los inhibidores. Aún no sabía si las palabras de Adair eran certeras por completo pero algo en su corazón le indicaba que así era.

Se resignó, dudaba poder convencer a la caída de que la dejara marcharse sola, así que, en lugar de eso, decidió hacerle unas cuantas preguntas.

- ¿Cuál es su nombre?

Sus ojos gris plata, relucientes como un arma recién pulida se enfocaron en Nina, manteniendose en su rostro. Su mirada era tan intensa que Nina tuvo que apartar la suya.

- Nyx.

- ¿Eres una dama...?

- ¿Del infierno? - terminó ella por Nina, interrumpiendo sus tímidas palabras y agobiándola aún más con su presencia - Sí, aunque desde el punto de vista machista de Aarón nuestro nombre es "Caballeros del Infierno" aunque también existan mujeres... Eso sí, no soy una guardiana, si es lo que piensas, aquella distinción solo la tienen cuatro de nosotros: Adair, Elián, Laertes y Jeno.

El nombre de "Elián" cosquilleó en la mente de Nina un recuerdo, él, de cabello blanquecino y mirada amenazante y su espeluznante mascota demoníaca: Malvavisco. Un nombre completamente absurdo.

- ¿Jeno es...?

- La mujer de cabello oscuro y mirada reflectante - respondió Nyx, mirando el cielo, aunque Nina no estaba segura de llamarlo así del todo, puesto que se imaginaba el infierno como una tierra bajo el mundo que conocía, así que dudaba que la espesa capa de niebla rojiza sobre sus cabezas fuera el cielo - Ella tiene una habilidad que todos y nadie envidiarían, conoce el pasado, el presente y el futuro.

Era evidente que Nyx no era para nada reservada y que confiaba plenamente en Nina, aunque en un principio se había mostrado renuente hacia ella, le estaba brindando información a diestro y siniestro sin abstenerse y Nina la asimilaba vorazmente.

De repente, el camino descendiente se dividió en dos, Nina miró confundida a la caída a su lado Y Nyx se limitó a explicar.

- Aquel sendero - comenzó señalando el derecho - te llevará por unas colinas hacía los campos sagrados o el paraíso, un lugar destinado para almas puras, solidarias, amorosas... En fin , los pocos que mostraron un comportamiento "correcto" ¡Ah, y por supuesto, los héroes! Quiénes dieron su vida por cerrar las brechas entre la desigualdad humana, no conozco mucho de sus historias.

- ¿Y el otro?

- Es el camino hacía las tierras del infierno, sus habitantes y demás, es divertido.

N/A: ¡Gracias por leer! Espero que te haya gustado el capítulo <3


Si quieren dedicación solo hace falta que lo diga :D

El beso del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora