VI

49 4 0
                                    

Desde hace seis años su vida se vino cuesta abajo, un mes luego del matrimonio su padre murió por envenenamiento y semanas mas tardes empezó su tortura que se basó en golpes, gritos e insultos pero a los tres años en una crisis económica vendieron su pequeño cuerpo diez veces a hombres totalmente diferentes y desconocidos, actualmente su hermanastro mayor, Tobías, abusó de él en unas cinco ocasiones y suele acosarlo con palabras sucias y manoseos.

-¿De qué hablas, Luca?- besó la mano que aún sujetaba -Tú eres el ser más puro que conozco -lo acogió entre sus brazos

-Doy azco ...-

-... No, no digas eso- lo apretó un poco más

-Tu no sabes quien soy-

-Pues dame la oportunidad de saber quien eres dejándome ser tu novio - se inclinó quedando a su altura, tomó al pequeño de las mejillas y beso su frente - ¿si?- le sonrió con honestidad mostrándole todos sus sentimientos

-Promete que no me abandonaras, ¡juralo!- pidió entre lágrimas

-Lo juro- y con un leve roce de labios la promesa quedó sellado. Esos labios de algodón lo llevaron al éxtasis, sentía estar en un sueño, se sentía increíble y más allá de la comprensión humana.

Llegaron tarde al Instituto y recibieron un merecido regaño, pero lo que ellos acabaron de vivir no tiene comparación y nadie podría alterar la felicidad de ambos chicos. Se mantuvieron alejados de todos, ponían poca atención a la clase por mirarse a los ojos y solo paraban cuando Luca reaccionaba y con el rostro todo enrojecido giraba su mirada a la pizarra, cosa que le parecía muy tierno al mayor.
Ryuichiro tuvo que aclarar algunas cosas con sus "amigos" y la primera era:

El máximo respeto mi su pareja. 

Esto desilusiono al séquito de chicas que andaban de lamebotas pero ya no tenían oportunidad pues Luca Seppey llegó para quedarse.
El moreno estaba inquieto pues los chismes en esa escuela volaban más rápido que nada, todas las chicas que estaban tras su ahora pareja, lo mataban con la mirada pero ahí estaba su Ryuichiro para darle la seguridad para y continuar caminando entre esas aves de rapiña. Se sentía tan felíz, se sentía querido pero por sobre todo, se sentía completo porque hacía mucho tiempo que nadie le dedicaba todo su tiempo a él,  hacía mucho tiempo que nadie lo trataba con afecto sincero y por primera vez, alguien le entregó el corazón y lo trataba con dulces palabras que acaloraban sus sentidos y alma, hacía tanto tiempo que no se sentía tan vivo y felíz.

-¿Seguro?-le pregunto antes de dejarlo ir

-Muy seguro- le sonrió con calidez

-Pero ...-

-... si me quedo en tu casa no tardarán en encontrarme y no quiero que tu familia tenga un problema así de grande- el moreno se negaba a la proposición de su pareja, si se quedaba en su casa lo más seguro es que su madrastra desatara una bomba y lo alejara de la persona que más ha querido a parte de su padre porque a su madre nunca la conoció

-Está bien, pero si te hace algo. Llámame - habló con seriedad, temía demasiado por el bienestar de su flacuchento y deleznable* novio

-Claro que si- con coraje suficiente le dio un fuerte abrazo y entró a la gran casa.

Ahí en la escaleras estaba su madrastra acompañada de sus tres hijos y al parecer iban saliendo a algún lugar por la forma en que vestían.

Buenas noches Madame- hizo una reverencia colocando su bazo derecho en su abdomen y el otro lo levantaba - caballeros - sonrió con amplitud. Antes de acercarse a ellos tomó una rosa del jarrón mas cercano y se la mostró a su madrastra que la recibió de inmediato - una bella flor para una bella dama. Pero su magnificencia no se compara con la atrocidad de un vulgar florecilla y si he ofendido su nobleza debo pagar con mi vida - aquellas palabras ni el mismo sabía de donde salían pero estaba tan felíz que no tenía ganas de odiar a alguien, estaba tan felíz como para hablarle así a la mujer causante de todas sus desgracias- con su permiso, bella dama. Espero tengan buena velada, caballeros - se despidió y fue directo a su habitación

Tanto como la mujer como los hijos se quedaron sus palabras, los cuatro se miraban a las caras buscando una explicación para todo aquello pero no la encontraban. Estaban mareados de tanto pensar, pero dejaron de darle vueltas al asunto y se fueron a su destino aún com ese Luca sumamente cortez, cariñoss y respetuoso.

Por su parte, el aludido estaba en su habitación hablando por teléfono con la causa de su felicidad y esa misma tarde en que su familia se fue, llegó Ryuichiro a la misma para pasar un tiempo con él. Al entrar a la casa quedó asombrado y no podía creer lo que veía, sentía que debía pagar por solo ver. Pero la habitación de Luca ya era otra historia, si, eran gigantesca pero tanta  basura acumulada la hacian ver minúscula y terrorífica.

-¿Cómo puedes dormir acá? -le puso mala cara a su pequeño que solo se limitó a encoger sus hombros - vamos a limpiar esto, apesta -

Y así se les fue la tarde, limpiando aquel chiquero mejor conocido como: la habitación de Luca, poco a poco la mugre se extinguió dejando a la luz una habitación hermosa. Unas enormes puertas corredisas de cristal que en si eran una pared las cuales daban a u  amplio balcón, la cama eran gigantesca y con las sábanas limpias y nuevas se veía magnífica, al lado de la apeticible cama había un gran guardarropas cubierto por bonitas puertas plegables de madera. Limpiaron el baño, el piso de madera y pusieron una que otra decoración como una alfombra redonda color lila y unas flores sobre la pequeña mesa de cristal, sin duda la habitación quedó hermosa e irreconocible pero sobre la cama permanecía aquella frase.

-¿Tienes pintura de pared?- pregunto, se encontraba indignado y no podía ver mas eso

-Creo que si- susurró lleno de vergüenza

-Vamos a ver que colores tienes -

Fue toda una aventura por la gigantesca casa hasta que dieron con las pinturas y ya en la habitación armados con brochas y pinceles cubrieron la icónica frase que siempre rondaba la boca de su familia política. Finalmente cubrieron la pared con una mancha de pintura azul oscuro, estrellas en color blanco y una hermosa luna dibujada por Ryuichiro.

-Así está mejor-

-Si. Muchas gracias - se abrazó a su costado de su novio - te debo mucho ... -

-No me debes nada- alboroto su cabello

No lo habían notado pero el día se les fue volando y eran ya casi las diez de la noche, la hora en que la madre de Ryuichiro llegaba a casa y casualmente la hora en la que estaba llegando la familia de Luca.

-Llegaron-susurró el pequeño y se paralizó al instante que el sonido de la puerta llego a sus oídos

-Tranquilo- lo abrazó con mucho cuidado

-Te pueden ver- susurró alarmado, no quería ni imaginar lo que podrían hacerle a su novio - ¡Ya se!- dio un brinco al encontrar la posible salida de Ryuichiro- vamos - le sonrió con seguridad y jalo fuera de su habitación.

Fueron directo por un pasillo que daba al estudio de su padre, y muy cerca de éste habían unas escaleras que daban al cuerto de lavado, estando en ese cuarto salieron por la pequeña puerta que daba al jardín trasero. Poco la oscura noche les fue fácil pasar desapercibidos pero también estaban algo desorientados hasta que Luca logró identificar esa parte de la cerca la cual estaba desprendida pero no lo parecía y por ahí logró escapar Ryuichiro.

-Hasta mañana-sonrió Luca, quien esperaba su beso de buenas noches y de despedida

-Hasta mañana, corazón. Recuerda comer-le dio un corto beso y se fue de ahí, el regaño que le esparaba en casa de seguro seria monumental empezando por haber dejado sola a su hermanita.

Para Luca ese fue el mejor día de su vida, nunca antes se había sentido tan bien, sentía que estab viviendo en una casa de nubes, estaba totalmente encantado.

-¡Luca! ¿dónde estás?- esa estrepitosa voz lo alarmó y corrió al primer lugae que podría ser su cuartada, el viejo columpio del árbol de magos

-Estoy acá- dijo lo suficientemente alto pero sin llegar a gritar

-Si, ya veo que estas ahí. Ven para adentro, quiero que hagas la cena-

Luca se bajó del columpio y a paso lento entró en la casa, ese día nada ni nadie podría arruinarlo porque ella, al igual que todos nosotros tiene derecho a ser felíz.

-------------

*Deleznable: que rompe muy fácilmente.

Una Luz En Mi Oscuridad. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora