2°«¡Susan!».

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***

—¿Sabes como armar eso? —digo intentado contener la sonrisa.

—¡PUES CLARO¡ ¿Es que no lo ves? —se gira y me ve con reproche.

La verdad es que lo hace bien, la pieza esta casi terminada, perfecta y me maravillo en eso. Es solo que me gusta picarle el ego.

Me parece que esta torcido y los colores no me van —digo y se que estoy mintiendo.

Suspira y enseña su lengua. Como vuelvas a a molestarme yo...

Noto que sus ojos ya no me ven a mí, si no detrás mío...

Y ellos están sorprendidos.

Susan cuidado...

Me volteo. No hay nadie.

Caigo.

¡Susan! ¡Susan corre! ¡Vete!

Cierro los ojos. Ruedo.

¡Susan!

Me doy vuelta. Ruedo. Estoy sola. Lloro. Escucho su voz. Grito. Lloro...

Lloro, lloro y lloro.

***

Me despierto.

Estoy en la cama, casi al filo. Mi pecho duele y siento lagrimas frescas en mi rostro. Mi cuerpo como si me hubiesen golpeado reiteradas veces y tiemblo.

Tengo unas ganas de gritar terribles pero me contengo.

Todo esta oscuro.

Aparto las sabanas de mi cuerpo. El mareo aun lo siento pero ya me estoy calmando un poco mas.

Trato de reordenar todo en este cuarto lleno de cajas y me siento recta en la cama.

Con mis pesadillas la sensación siempre se queda conmigo durante un tiempo, pero al menos esta vez he conseguido despertar antes de que se volviera peor.

Y nadie lo noto.
Un gran y asqueroso alivio.

La cabeza me late de dolor y unas  ultimas lágrimas caen por mis mejillas.

Me siento tan impotente por no poder controlarlas y las ganas de llorar solo aumentan.

Miro a la mesita para ver la hora pero no hay nada, aun no he sacado nada.

Ya no podré dormir más eso es seguro. Aparto las sabanas de mi cuerpo y me levanto para ir al baño. Me he dejado el telefono abajo por lo que no tengo ni idea de que hora es.

Ayer subí unas cuantas cajas pero me siento cansada, no he podido dormir y estoy en la habitacion que elegí ayer.

Ayer no di con el ático.
Pero al salir a la puerta trasera de la casa confirme lo que sospechaba.

La pequeña ventana circular estaba oculta, solo un dedo estaba sin cubrir por la rama del árbol pero era casi nada.

Casi como un escondite.

¿Estaré demasiado grande ya para estas cosas? No.
Bueno, sí.

Di vueltas por todala casa y nada.
Ninguna escalera.

¿Y si gano?© ||EDITANDO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora