Él era una persona muy introvertida. No hablaba con sus compañeros de colegio; sólo tenía diálogo con un par de privilegiados con los que compartía escasas palabras durante un minuto del recreo. Pero él era feliz pasando tiempo así: sin charlar con quienes tenía alrededor.
Al llegar a su casa, él se encerraba en su habitación a oscuras solamente habiendo saludado a sus padres con un "Hola" tan lejano y silencioso que en menos de un segundo se desvaneció como un copo de nieve en el océano.
Su próximo paso era prender su equipo de música, poner su disco preferido de Coldplay con el volumen bajo y así ambientar sus maratónicas sesiones de juego con la computadora, su única diversión. Y esta era su forma de aprovechar, al menos para él, sus días.
Si uno miraba por la ventana de ésta habitación, podía ver un parque tan florido como un jardín que sólo se encuentran en los sueños de la persona más sinestésica. Ahí habían muchas personas haciendo diversas cosas: desde parejas tocando la guitarra o leyendo, hasta adolescentes entrenando. Pero el chico jamás había ido. Y cada vez que él entraba al lugar, lo primero que hacía era bajar la persiana. El único paisaje que conocía eran trozos de madera húmeda y carcomida por el tiempo. Del parque, él conocía sólo su existencia.
Pero un día todo cambió.
Un día, algunos pájaros se posaron en el borde de la ventana de la habitación y comenzaron a cantar una melodía tan libertadora que la computadora, al sentirla, se cansó de ser una soga que ataba al chico a la oscuridad. Así que decidió apagarse por siempre y obligarlo a salir. Y, para sorpresa de sus padres, el chico escapó de su encierro hacia el parque.
Finalmente, sus pies pisaron el pasto. Los árboles, moviendo sus brazos, lo saludaron al llegar. Atónito al ver la belleza que estaba presenciando, él nunca paró de sonreír. Caminó hacia un lugar donde podía recostarse.
A la sombra de un arbusto, él cerró los ojos, vació su mente y se dejó apoderar por la naturaleza.
Y fue feliz.
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Pequeños relatos y desafíos a la realidad
Non-FictionPequeños relatos con un significado profundo, intentando dar una mirada diferente del mundo. En vez de que sea con los ojos, que sea con los sentidos. Aunque, sin descuidar la razón