Surge casi que por inercia, e involuntariamente la pregunta torturadora, aparece ese "¿Por qué?". Anoche no pudiste responder. "Es estúpido y no lo creerías" me dijiste. En verdad creo que hubiera intentado entender hasta lo más mínimo cada palabra tuya, pero no... "no quiero ponerme mal" volviste a decirme, interiormente ya no sabía que estabas bien. Me alegro en parte, pero por otra, quisiera estar como vos y poder decirte aunque sea un " estaré bien" y no detectar ni un milímetro de mentira en cada letra que sale de mi boca. Quisiera decírtelo, pero no se que será de mí en un futuro, no sé si estaré bien. Creo que simplemente estaré.
No se si entenderás algún día lo que es simplemente "estár", suena tan rutinario y evoca tanta tristeza.
¿Por qué? Preguntartelo es como preguntar: "¿por qué el cielo es celeste?" O "¿por qué la mirada transmite sentimientos?". Nadie sabe, hay hipotéticas respuestas. Pero ninguna lo responde verdaderamente ¿Por qué me rompiste en mil pedazos?, ¿por qué destruiste lo que teníamos? eramos real, eramos un poquito de verdad en tanta inmensidad.
En un mundo de tantas mentiras, según yo, eramos luz. Eramos ese gramo de esperanza que jamás se iba a perder. Pero perdimos, y fue por goleada.
Lo peor es que lo sé, se que me dejaste el corazón en mil y un pedazos, pero no puedo evitar quererte con cada uno de aquellas piezas rotas. Es que las junto y lloro, intento armar aquello destruido. Las junto y te pienso. Las junto y me pregunto ¿por qué aún te amo? Es injusto.
Es injusto que siga sintiendo amor por alguien que me rompe. Es injusto que yo esté aquí queriendote como nunca, extrañandote como siempre.
Es tan injusto que tu me lastimabas y era yo quien te consolaba.
¿Por qué se ama? ¿por qué no se puede olvidar aquello que aún duele?