Un suspiro es libertad, una caricia es libertad, enamorarse es libertad.
Yo ¿soy libertad?
Yo soy encierro, capricho y algo de sabiduría. Soy cielo, tierra y mar.
Soy libre en mi cielo porque puedo volar en él sobre mi tierra, jamás olvidando mis raíces. Mis raíces, aquellas que me hacen saber quien soy, de dónde vengo y, a dónde voy.
Soy mar porque soy llanto, porque puedo amar hasta la felicidad y sentirme desilusionada hasta el final.
Libres aquellos que eligen serlo, libres aquellos que no se condenan solo porque otros lo dicen.
Libres, realmente libres los que aman de corazón y en una mirada entregan todo. Libres para jugárselas por lo que quieren, por lo(s) que quieren. Libres los que sienten que vale la pena seguir. Pero sobre todo, libre nosotros, que cada día que pasa elegimos avanzar hacia el futuro que creemos merecer. Por sobre todos libres, los que comprenden que "amar" no siempre conlleva a "ser amado", que "gustar" no es lo mismo que "querer", y que un "te quiero" jamás será igual a un "te amo".
