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Tomé su mano y le sonreí. 

     —No, linda. Que Bridget haya vuelto... —hice una pausa. No, no me importaba... ¿verdad? 

     —Sí te importa, ¿cierto? —volvió a presionarme para que le dé mi respuesta. 

     —No, no lo hace —respondí tratando de sonar seguro—. Ahora estamos juntos; somos una pareja y somos adultos, tenemos que actuar como tales, ¿verdad? 

     Ella asintió con la cabeza y se acercó para besarme. Le respondí el beso y luego volvimos a la mesa. Ella ocupó el lugar de Stacey y yo me senté donde estaba, observando a Bridget evitar mi mirada, viéndola fingir que estaba interesada en lo que Max le decía sobre los Cowboys

     Miré a Paige y la vi negar con la cabeza y enganchar su brazo con el de Bridget. 

     —Vamos al baño un minuto —anunció—, ¿vienes, Whitn? 

     —Claro —sonrió la morocha y se puso de pie junto a ellas. 

     Diana tomó su bolso con una fuerza increíble y las siguió furiosa de que no le hayan dicho que vaya también.

     Me corrí un lugar para estar más cerca de Max, Brad y Mike y escuché a Brad hablar: 

     —¿Por qué es tan importante ir al baño juntas?

     Me encogí de hombros junto al resto en respuesta al rubio.  

     Tomé mi celular y abrí Instagram (@adolencubooks ;) <3 vayan a seguirme), aceptando a un par de solicitudes de seguimiento y likeando varios comentarios que había recibido la última foto que subí hace unos días; luego de que Scarlett subiera una foto conmigo, las solicitudes, los comentarios y likes habían estallado en mi usuario. Entre en la cuenta de Bridget y miré unos minutos una foto que ella había subido con un vestido rojo... ¿acaso alguien podía ser así de perfecto? 

     —¿Qué haces stalkeando a Bridget, Matt? —preguntó Max, burlándose. 

     Rodeé los ojos y le sonreí. 

     —Estaba viendo algo, nada más —respondí y bloqueé la pantalla. 

     —Ay pero si te estás poniendo todo rojito —se burlo Brad. 

     Golpeé su hombro y guardé el móvil en mi bolsillo. 

     —Entonces —habló Max nuevamente, pero esta vez dirigiéndose a Brad—; te vas a casar. 

     El rubio resopló asombrado y asintió con la cabeza. 

     —Sabes que amo a Whitney y que es una de mis mejores amigas desde que tengo memoria —dije sonriendo—, pero ten en cuenta de que si te arrepientes a último momento, estoy listo para arrancar el auto y huir —reí. 

     Brad me sonrió nervioso y Mike alzó las cejas. Le eché una mirada a Max y él le preguntó a Brad: 

     —Estás dudando en si casarte o no, ¿no es así? 

     Brad se dejó caer en el asiento y aseguró:

     —Tranquilos, habrá boda. Solo estoy un poco nervioso.

     Me estiré perezosamente en el asiento del coche dejando salir un fuerte bostezo y Stacey se rió por ello

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     Me estiré perezosamente en el asiento del coche dejando salir un fuerte bostezo y Stacey se rió por ello. 

      —Cuando dijiste que no habías podido dormir mucho pensé que era una ironía o algo —comentó viéndome de reojo y volviendo a poner la mirada sobre la calle repetidamente—. Me colgaste la llamada a las nueve para irte a dormir —agregó. 

     Bostecé y asentí con la cabeza; luego la ladeé hacia un lado. 

     —Así era —sonreí pasando la mano por mi rostro—, pero Diana me llamó segundos después y empezó a relatar sobre el dilema de qué vestido se pondría para la boda de Whitney y Brad —rodeé los ojos. 

     Stacey rió y ladeó la cabeza para el mismo lado al cual lo había hecho yo. La rubia entró al estacionamiento de la universidad y estacionó en la primera plaza libre que vimos. 

     —¿Dónde están tus guardias, princesa? —me burlé mirando alrededor exageradamente cuando bajé del auto. 

     Stacey llegó a mi lado y golpeó mi brazo, rodando los ojos al mismo tiempo. 

     —En la universidad implementaron cámaras y seguridad luego de que papá hablara con el decano —contestó—. Así que no es necesario que me escolten hasta aquí —sonrió. 

     Acomodé la correa del morral que llevaba cargado en el hombro y caminé a la par de la rubia que hacia lo posible por seguirme el paso usando tacones de diez centímetros. 

     —Sé que lo dije la semana pasada, pero, ¿por qué usas esos zapatos para venir a clases? —señalé los mismos y luego levanté la vista hacia las escaleras de la entrada principal. 

     —¡Matthew! —escuché gritar a Diana y al pasar a un grupo de chicas de una fraternidad pude ver a mi novia y a mis amigos en una ronda. 

     Diana hizo punta de pie para darme un beso en los labios, pero giré la cara para observar sorprendidamente a Bridget y terminó besando mi mejilla. Le sonreí incómodamente, pidiéndole disculpas con la mirada, y la tomé de la cintura, uniéndome a la conversación del grupo. 

     —No sabía que ibas a estudiar carrera —dijo Stacey mirando a Bridget. 

     La morocha sonríe y calza sus manos en el bolsillo delantero de sus jeans. 

     —En realidad, voy a tomar un par de cursos —comentó—. No es una carrera completa, pero me enseñará un poco más de la vida... como para tener una idea de lo que quiero hacer en el futuro. 

     Stacey asintió con la cabeza y Whitney habló:  

     —Se me hace tarde para mi clase de laboratorio. 

     La saludé cuando se arrimó para besar mi mejilla y reafirmé la toma del morral nerviosamente cuando hice contacto visual con Bridget. 

     —Yo también estoy tarde —murmuré, saludando a todos rápidamente y caminando hacia el ala este de la universidad. 

     Llegué al salón de administración de empresas y me senté en un banco en el centro; no era el primero en llegar pero tampoco había muchas personas allí. Saludé a Hannah, una compañera con la que compartía ya varios proyectos en otras clases y la observé sentarse delante mío con su novia. 

     Cuando me acomodé en el banco e hice que se cayera mi celular del bolsillo de mis pantalones. Me agaché para recogerlo escuché a la clase llenarse y vi de reojo a las personas ocupar los lugares. Volví a enderezarme y miré a mi izquierda, encontrándome con Bridget.

     —¿Está bien si me siento aquí? —preguntó ella con una sonrisa diminuta. 

 

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Matthew Blair®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora