06- Amor Maternal

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Capítulo 6
Amor Maternal

Cuando papá perdió a mi madre—dos meses después de mi nacimiento—, la soledad invadió su vida y pensó que críar a dos pequeños niños no cabrían en la sola responsabilidad de un padre. Mi abuelo Fiddleford notoriamente se presenciaba en casa más a menudo para vigilar que nada nos falte. Sin embargo, era un padre protector lo que siempre anhele.

Un año más tarde, mi padre se caso con una de las socias de su empresa. Su nombre era Darlene, una joven mujer de apenas 27 años, con los cabellos más dorados como el oro, la sonrisa larga de carmín y un cuerpo envidiable entre todas las mujeres edecanes que servían de modelos para la promoción de una revista en la empresa.

La boda no pudo ser callada, la prensa estuvo allí para fotografiar a la joven dama. Y centelleantes cámaras con flash caían sobre esa mujer. Ella posaba como si se tratase de una diosa. Deseaba que fuera tratada así.

Stanford se caso con una mujer para darle una madre a los pequeños Pines. Quería deshacerse de la responsabilidad de ser padre. El abuelo McGucken ya se había dado cuenta de las malintencionadas acciones de Stanford.

—¡Deberías pasar más tiempo con mi nieto!

—Es un niño consentido, lo tiene todo.

—¡Necesita de un padre!— exclamó el abuelo — ¿Acaso no lo ves, hijo?

—Yo tampoco tuve un padre y miradme, Papá, ¡Soy exitoso! — rió — tengo un hijo, una casa grande y bella; una mujer hermosa, joven y seductora.

—¡No serías así si ella estuviera!

—¡Ella ya no esta aquí, Papá!

—¡Mi nieto te necesita! — siguió exclamando mi abuelo Fiddleford — ¡Y una verdadera madre, no esa mujer de aparador!

—No tienes derecho de juzgar a Darlene, papá. Es una mujer excelente.

—Por favor, esa muñeca de plástico es pura utilería y cuando menos te lo esperes te quitará todo tu dinero.

—Claro que no, ella no es de esas.

—Volveré este fin de semana, le prometí a mi nieto una casa del árbol. — dijo retirándose.

Me di la vuelta y regresé a mi cuarto.

—Una cosa más, Stanford. Ella quisiera que fueras un verdadero padre.

No importaba cuanto tratase de que ella nos tratase como una madre, jamás lo logre y me rendí de intentar lograr obtener migajas del amor de Darlene.

—Escucha, Dipper, no puedo jugar ahora contigo, necesito cepillar mi cabello y después es mi rutina de masaje facial— seguía mirándose al espejo sin dejar de retocarse con el maquillaje—, deberías aprender de Mabel, esa chiquilla tiene la belleza de un verdadero ángel.

*****

Hallé consuelo y alivio en la soledad. Me encerraba en mi cuarto hasta las visitas del abuelo Fiddleford. A veces cuando no llegaba, Mabel entraba a hacerme compañía. No salía de mi habitación porque no me gustaba. Prefería esperar a que los maestros privados llegasen, impartan sus clases y yo comenzase a pintar varios cuadros. Compraba las pinturas suficientes para seis bastidores, y comenzaba a mover el pincel cuando la inspiración llegaba.

—Dipper— dijo una voz—,vine a verte.

—Hola—solte la paleta de pinturas y corrí a abrazar a él—, Gabe, ¿Cómo estas?

—Bien, gracias.— comenzó a contemplar mis cuadros y dibujos—,¿Ya empezaste a pintar? Has mejorado.

—Oh,gracias,Gabe.

—Algún día harás desnudos,Dipper.— rió maliciosamente.

—N-No-o—respondí avergonzado—,no soy bueno, quiero decir no debo porque sería penoso, no es que no quiera, ¿Qué dirán las personas de mí?

—¿Alguna vez has intentado pintar a Mabel así?

—¡Gabe,n-no-o!— sentía arder mi rostro—,ella es mi hermana,¿Cómo puedes decir eso?

—Soy dos años mayor que tú, pequeño Dipper—dijo parándose frente a mí—, casi un adolescente,¿Te gustaría practicar tus dibujos?

—Sí, eso intento.

—Intenta pintarme, eres muy bueno.

—No lo sé, quizás—mire mis dibujos—,aun no estoy listo. Prefiero los paisajes.

—¡Un retrato pars tu amigo—suplicó con ojos de perrito—,¿Sí?

—Esta bien, Gabe. Pero para la próxima intenta agacharte para que te veas chaparro y los ojos que pones se vean más adorables.

Silencio incómodo, pero salió corriendo y cerro la puerta. Tome un estuche, la paleta, recargue y acomode el bastidor para poder comenzar a pintar. Frente a mí se sento en la cama Gabe, la habitación estaba perfecta porque el sol entraba y permitía ver mejor al rubio. Parecía tener una aurora alrededor de su cuerpo. Remoje algunos pinceles dentro de agua y luego tome uno para comenzar a pintar.

—¿Listo, Dipper?—pregunto Gabe.

—Yo soy le artist—reí—, creo que lo pronuncie mal, pero como yo soy el artista, la pregunta es al chico que posa,¿Estas listo?

—Más que listo, podemos comenzar.

—Empezemos—respondí.

Salpique con un poco de pintura negra un pincel y me quede atónito cuando Gabe comenzaba a desabotonar su playera, luego los pantalones y estaba a punto de bajar su ropa interior.

—¡Gabe!—dije cerrando los ojos—,¿Qué estas haciendo?

—¿No ibas a retratarme?

—S-sí,pero—las mejillas arden,arden—, no desnudo. Pensé qué...

—Entiendo, si no estas listo...

—Si estoy, pero nunca pensé ver a mi mejor amigo... De-s-desnudo.— comencé a tartamudear.

Gabe se levanto de la cama, con algo de fuerza pero suavidad tomo mis muñecas y las llevo a mi cintura, después tomo mi rostro avergonzado y dijo:

—Soy tu amigo—sonrío—, y sé que todo estará bien si estas a mi lado. Así que toma ese pincel y comienza a retratarme, Dipper—dijo depositando un beso en mi frente—,Dippe,el tomatito.

Respire profundamente para poder absorber toda la información y acepte. Por alguna razón sentí un hormigueo en mi cuerpo, pero era una sensación que me gustaba.
Empecé con varios bocetos, trazaba líneas que servirían como guía para ubicar cada parte de su cuerpo,desde la cabeza a sus pies, de sus piernas y su cintura, entre cada parte de su cuerpo, por cada pequeño escondite de espacio.

—¿T-tengo qué— sentía pena de hablar y pronunciar esa palabra que parecía tan obscena al decirla—, dibujar tu rabanito?— le colgaba su rosaceo rábano que me avergonzaba.

—Es un retrato de un desnudo, Dipp. Solo hazlo.

Y rió. Solo pude sonreírle, nervioso de hacer algo que me ponga en ridículo.

Casa Árbol (BillDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora