09-Medianoche

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Capítulo 9
Medianoche

Dipper

A la mañana siguiente, desperté enredado con Gabe. Estaba abrazando su cuerpo mientras que mi cabeza estaba recostada sobre su brazo. Tenía los ojos soñolientos observando el cuarto, no pensé que hubiéramos hecho un desastre. En el suelo se hallaban restos de frituras tiradas, algunas quebradas;varias botellas vacías o a medio tomar y las gomitas sobre nosotros. ¿Pero qué paso aquí? Sonreí.
Abrí los ojos, me los talle con los puños y quedaron desorbitados cuando vi a Gabe en ropa interior frente a mí. Salte de su lado y fui corriendo a ocultarme en el baño.
»Tranquilo,Dipper«, estas exagerándolo.
Lave mi rostro,peine mi cabello y cepille mis dientes. Salí de la habitación, me senté en la cama observando los dorados cabellos de Gabe.
A los cinco años, Darlene se negaba a darme cariño como si fuera su hijo. Nací creyendo que ella era mi verdadera madre. Y Mabel, a sus siete años parecía haber aceptado todo la difícil situación de no tener el amor de una familia verdadera. Ella cuidaba de mí con el abuelo Fiddleford.

—¿Por qué siempre me has despreciado,mamá?—dije con la cabeza mirando los tacones rojos de sus pies mientras se mantenía maquillándose.

—Dipper, ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames madre? Es un título para mujeres viejas—dijo altanera, se levanto y empezó a sacar vestidos de su armario—,no como yo que soy joven y hermosa. ¿Te parezco atractiva y bella, verdad?

—Sí, madre, pero

—Mmh—hizo una mueca—. ¿Pero qué hago? No debo fruncir o se me arruga la cara, pasame esa crema, Dipper, corazón.

—Quería saber si algún día haremos algo juntos—tomé asiento en la cama junto a ella.

Tomo mi cara con sus manos y apretó mis cachetes.

—Escucha con atención,Dipper, y no le digas a tu padre esto—clavó sus ojos en los míos—,¿Eres un niño bueno,no? Dipper, no soy tu madre. Ella murió cuando tu naciste. Pero te diré algo: ella si te amo. Y eso nunca lo haré yo,por el simple hecho de que odio a los niños. Si hubiera sabido que tu padre tenía hijos, yo... Arg...

Muchas veces Darlene demostraba su rencor hacía mí. Algunas veces rompía mis juguetes con la dureza de sus tacones; a veces irrumpía en mi cuarto para dañar los retratos de el abuelo McGucken. Y cuando intentaba interponerme, ella me empujaba o rasguñaba de mi brazo al jalarme.

—¿Dipper?—pregunto el chico de los cabellos dorados tirado en el suelo,mientras se estiraba—,¿Te encuentras bien? ¿Dipper?

—¿Eh?—parpadie variad veces para regresar a la realidad—. Perdón,Gabe. Me quede pensando.

—¿En qué?

—A nada. Ya sabes,cosas, los recuerdos y las veces, tu entiendes, es que cuando vas creciendo uno va reflexionando,¿A ti no te pasa?.

—Dipper,no te entiendo—rió jugando su nariz, observo su alrededor y se cubrió su cuerpo—,lamento que hayas visto eso, anoche había calor y

—Sí,esta bien, yo entiendo,Gabe.—respondí naturalmente—. Cambiate,te veo abajo para desayunar.

Me levante de la cama y salí de la habitación.

*****

Bajando las escaleras, me cruce el paso con Mabel y recordé la escena de anoche. Sentí ruborizarme cuando la ví.

—¿Y bien?—sonreía como gato, con los labios abiertos y enseñando los dientes—,¿Qué tal tu pijamada?

Casa Árbol (BillDip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora