Uno.

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Bajó de aquel barco listo para emprender su investigación, ahora se encontraba en Gravity Falls. Una isla donde todos pueden encontrar cualquier anomalía a simple vista pero la que más a creado influencia y hasta ahora ha sido de las que más ha hablado la gente es sobre el "famoso" tritón de nombre Dipper.

Todo el lugar parecía estar desierto, no había ninguna persona. Siguió caminando adentrándose al pueblo observando con detenimiento las casas de los pobladores y una que otra tienda buscando algún signo de vida.

—¿Bill Cipher? —se sobresaltó al oír su nombre por detrás, dio una media vuelta el rubio encontrándose con un señor bajito, regordete y algo canoso. El rubio asintió levemente analizando al extraño sujeto—, ¡Es un milagro que hayas llegado! Soy Gideon Gleeful, un placer —exclamó con evidente emoción.

El sonido de puertas abriendo comenzó a propagarse a su alrededor, la gente salía tímidamente de sus hogares acercándose al chico.

—El placer es mío. Bueno, parece que ustedes necesitan de mi ayuda —sonrío ladino acomodando el moño de su cuello, miraba a la gente de su alrededor para por lo menos transmitirles confianza a lo que sonrieron levemente—. ¡Ya no deben temer! He tenido casos similares antes, y todos fueron resueltos.

—Pero te aseguro que este es el peor —habló alguien entre el público, un pequeño niño. Alzó su camisa hasta el pecho dejando a la gente horrorizada, tenía rasguños profundos a lo largo de su pequeño cuerpo. Bill se agachó a su altura analizando los zarpazos con una mueca de confusión.

—¡Y no es lo único que hizo! —otra persona se acercó de entre el público y bajó la manga de su camisa enseñando una gran mordida en su hombro—, ¡es una bestia! Deben darle su fin.

—Ese monstruo intentó ahogar a mis dos hijos, pero afortunadamente Gideon los ayudó a salir antes de que fuese demasiado tarde —una señora con la piel pálida y grandes ojeras se incluyó en la discusión, tenía la mirada perdida—. Ellos solo estaban jugando en la arena junto a la orilla del mar, el canto de la bestia fue suficiente para atraer a mis niños. Ese tritón es más listo de lo que parece, ¿no crees? —lágrimas caían de sus ojos.

Todos comenzaron a explicar sus experiencias al mismo tiempo esperando a que el rubio por lo menos supiera la gravedad de la situación.

—¡Gente, cálmense! —Gideon tomó el antebrazo de Bill alejándolo de la multitud y colocarlo a su lado—. Es por eso que él está aquí, le dará caza a ese monstruo. ¿No es así, amigo?

Se quedó callado por unos momentos pensando en lo anterior antes dicho por la gente. Parpadeó un par de veces volviendo a la realidad, la esperanza se veía ante los ojos de todos.

—Por supuesto, yo me encargaré de esa criatura —comentó para sonreírles de manera forzosa. Sintió unas palmadas en su espalda por parte de Gideon, tal vez para darle ánimo o simplemente para que comenzara ya.

Inició su camino hacia la playa pasando entre la gente que no dejaba de gritar de la emoción y hasta lágrimas de alegría les salía. Cuando estuvo lo suficientemente lejos de ellos borró su sonrisa reemplazándola con un gran suspiro. Sacó un libro de anomalías de su saco amarillo, buscaba con desesperación la página sobre sirenas.

"Las sirenas han sido famosas seductoras, según la mitología eran capaces de encantar con su voz a los marinos para raptarlos."

"Poseen una voz de extremada dulzura y armonía, cualquiera que las oiga caería embrujado y enloquecido ante su canto."

"Se enamoran de hombres a quienes atraen por su belleza y sus canciones, haciendo que las sigan bajo el agua embobados por sus encantos"

Debilidades: Pasar mucho tiempo fuera del agua en un tanto peligroso para las sirenas ya que como un pez se debilitan hasta llegar a la muerte.

Bufó mirando con un poco de decepción las hojas, no encontraba nada que podría beneficiarlo. La idea de sacarlo del agua era buena, ¿pero cómo lo haría? Sentía que las cosas se volvían más imposibles. Pero antes de actuar debía comprobar que las historias de la gente fueran ciertas, esta misión sería suicida. Simple, debía encontrarse cara a cara con aquel tritón, su libro hablaba de sirenas... ¿Para tritones sería lo mismo? Al sentir la arena sobre sus pies ya suponía que estaba en la playa, elevó su rostro del libro y examinó el largo océano.

Todo parecía tranquilo ahí, se sentó en una parte que parecía segura a la espera de que la criatura apareciera. En lo que seguía leyendo el libro escuchó un chapoteo, alzó instantáneamente la vista encontrándose con el agua esparciendo algunas ondas.

—Malditos peces —masculló volviendo la vista al libro hojeándolo.

Sintió algo frío sobre él, al hojear una página del libro está rápidamente se despegó. Al mirarse con detenimiento se encontraba empapado, se paró algo indignado diciendo un sin fin de blasfemias. Su libro ahora estaba mojado y la tinta de este se borraba.

Una risa se oyó a lo lejos, Bill volteó con las mejillas enrojecidas por la vergüenza y furia. Su orgullo se esfumó al oír aquella burla hacia su persona.

—¿Quién fue? ¡Esto no es gracioso! Si te encuentro te las verás conmigo hijo de... —se cortó a sí mismo con los ojos abiertos por la sorpresa.

Una hermosa criatura salía por detrás de una gran roca que estaba en el mar, su piel era blanca y brillante, cabello castaño, una cola de un maravilloso color azul, las facciones de su rostro dejarían embobado a cualquiera. 

Un tritón... Dipper.

Le dedico este capítulo a Google por ayudarme en mi investigación sobre sirenas, TE AMO GUGUL❤️

Monster. [Sirenas]「BillDip/DipBill」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora