—Terminé.Palmeó ambas de sus manos entre sí con una sonrisa de satisfacción, reflejada en su rostro exhausto. No podría decir cuanto tiempo tardo en ordenar y hasta tirar en una bolsa negra lo innecesario de la habitación. Pero luego de lo que pareció ser una eternidad logró terminar.
Sus pies se arrastraron por el suelo de mármol con pereza hasta llegar a una gran mesa polvorienta, la cual no dudo en hacer un trazo con sus dedos sobre ella un tanto pensativo.
Tenía la mirada puesta sobre la gran placa de metal en una esquina de la mesa donde venía tallado en perfecta caligrafía: "Gideon Gleeful".
Sin siquiera dudarlo, lo tomó entre sus manos quedándose viendo a cada detalle de este. Sonrió nuevamente y lo dejó caer en el cesto de basura que yacía a un lado del escritorio, para reemplazar el lugar colocando otra placa más reluciente.
Después de terminar de limpiar la leve capa de polvo de la mesa, se dejó caer en la silla de madera y cerró ambos de sus ojos disfrutando del silencio. Su momento de paz se vio interrumpido instantáneamente por el rechinido de la puerta al abrirse.
Los pasos del desconocido se aproximaron a su mesa. No se inmutó de su presencia, seguía con ambos de sus ojos cerrados aparentando estar dormido.
—Vaya, no llevas ni una semana de estar aquí y ya tienes tu placa. Alcalde Bill Cipher, que orgullo —una voz femenina interrumpió en el claro silencio.
La pudo identificar al instante como Wendy, la chica que le vendió hace un tiempo una venda para esconder su herida del brazo que Dipper le había provocado. Aún se notaban los zarpazos, pues estos solamente cicatrizaron.
Al oír su nuevo título, Bill dejo escapar una suave risa acompañada de una sonrisa de medio lado.
Alcalde Bill Cipher.
—De hecho ya me instalé también, aunque aún le falta algo de decoración a este lugar. Este sitio era tétrico.
—No era de esperarse, Gideon solía tener ideas perversas —contestó, sentándose sobre la silla frente al escritorio y recargándose sobre sus codos—. ¿Crees que siga en el fondo del mar como habías dicho?
—Lo esta, te lo aseguro. Puede que no este del todo físicamente —sus ojos se entreabrieron analizando el aspecto de la chica, tenía grandes ojeras debajo sus ojos, no obstante lucía saludable—. Ya lo entiendes.
En estos últimos días, después de la trágica noticia sobre lo que le sucedió a Gideon la gente enloqueció. Bill tuvo que contarles la verdad a los pobladores para que se tranquilizaran y vieran lo que Gideon era capaz de hacer si no se le detenía antes. La mayoría creyó aquella historia, pero algunos no lo hicieron por miedo o tal vez por rencor.
Fue sencillo convencerlos a todos después de darles pruebas, como acercarse y comunicarse con el tritón que tanto temían, descubriendo que no era nada más ni nada menos que un alma inocente. Aunque los que fueron dañados física o mentalmente por Dipper no hicieron más que marcharse de la isla sin importar nada. La población disminuyó, pero fueron remplazados por turistas y visitantes que deseaban quedarse a vivir en Gravity Falls por lo maravilloso que sería estar cerca de las criaturas mitológicas.
Se podría decir que la isla se hizo tendencia por la gran historia que esta enfrentó desde hace años hasta ahora, revelando el misterio que estaba detrás de todo.
Desde ese día, la isla se quedo sin gobernador y consideraron asignar al rubio al susodicho trabajo de liderar a los pobladores.
—En fin, vine a decirte que Dipper te esta buscando —la pelirroja se cruzó de brazos, asombrada por lo exigente que llega a ser el tritón cuando no obtiene lo que quiere. Mientras tanto, Bill abrió por fin sus ojos con una sonrisa burlona.
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Monster. [Sirenas]「BillDip/DipBill」
Hayran Kurgu»AU Sirens Toda la gente de una isla tiene un gran temor por un tritón, al que le llaman Dipper. Han inventado muchas historias sobre la criatura y lo que puede llegar a hacer con sus cantos sobre todos. En eso llega un joven llamado Bill Cipher, pa...