Ocho.

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Los movimientos del tritón eran un tanto bruscos al momento en que nadaba a toda velocidad en el fondo del mar, algo que llegó a frustrar realmente a Bill ya que no había tomado el suficiente oxígeno al momento de sumergirse con él. 

De vez en cuando, sus manos se aferraban con fuerza en el abdomen de la criatura. A causa de su gran velocidad, era muy probable que perdiera el agarre de su cuerpo. Comenzó a pensar que fue una pésima idea meterse al agua con una criatura que ahora mismo estaba sin control. 

No podía escuchar nada por debajo del agua, todo era extrañamente silencioso. Tal vez sea porque sus oídos estaban inundados y eso le impedía oír su alrededor. Era una experiencia que le disgustaba por completo, quería salir cuanto antes a la superficie. Recargó su cabeza en la espalda del castaño, pensando en que todo estaría bien y que tenía el suficiente oxígeno guardado para sobrevivir, pero no era así. 

De un momento a otro los bruscos movimientos por parte del tritón cesaron quedando en medio del mar, la espalda de este estaba completamente rígida al momento que sintió algo suave y peludo rozarle. Bajó la mirada a su abdomen donde habían dos brazos apretándole, provocando que sus hombros brincaran de la sorpresa. Automáticamente sus mejillas se encendieron en un rojo vivo y podría jurar que los latidos de su corazón se propagaban por ondas en todo el mar por lo fuerte y acelerado que sonaba.

Con demasiada curiosidad, miró por sobre su hombro a un humano pegado a su espalda. Pero este no era un simple humano; esta era la persona que más anhelaba por el hecho de querer defender su vida a toda costa. Casi chilla de la felicidad al tenerlo a una distancia muy cercana, no sabía como actuar exactamente con su salvador

Palideció al instante, borrando el sonrojo de su rostro, cuando observó que los labios del extraño sujeto se tornaron a un color morado y el agarre en su cuerpo se aflojó. Dipper sabía con exactitud lo que estaba pasando, el joven necesitaba volver a la superficie. Él era diferente a las demás sirenas. Sabía sobre la vida de los humanos y los peligros que solían tener. 

Se dio la media vuelta y sin siquiera dudarlo lo abrazó por detrás, empezando a nadar hasta la superficie. Afortunadamente, encontró tierra firme a unos cuantos metros de donde estaba. El hecho de abrazarlo le recordó la primera vez cuando lo vio he intento ahogarlo, ese día realmente creía que trabajaba para Gideon para deshacerse de él. Pero su aura demostraba lo contrario, tenía una extraña paz que le tranquilizaba. 

En menos tiempo de lo que esperaba, Dipper ya estaba dejando en el suelo de la arena al rubio. Se acercó a su rostro, inspeccionándolo. Sus labios seguían morados, hasta que estos se abrieron dejando salir una feroz tos. El castaño, por el susto, se hundió en el agua dejando sólo a la vista la mitad de su rostro. 

Bill seguía tosiendo con fuerza hasta el punto que agua salía de su interior, llevó una de sus manos a su pecho y respiró con dificultad. Inhalando por la nariz y expulsando el aire por la boca. Se golpeaba mentalmente para tranquilizarse y diciéndose que todo estaba bien. 

Su vista se volvía borrosa por el gran dolor de cabeza que tenía en esos momentos, con algo de dificultad intentó recordar todo lo que había pasado con exactitud.

—Estaba en la isla de Gravity Falls, Gideon quería asesinarme, fui tirado al agua —repetía todo fluidamente, estaba completamente intranquilo. Su mente estaba desordenada, llevó una mano a su cabeza y cerró sus ojos recordando lo que pasó después—... Luego un silbato sonó, me agarre de alguien, alguien... 

Volvió a abrir los ojos y para su sorpresa estaba Dipper a unos centímetros de su rostro, causándole leves escalofríos en su cuerpo. Sus narices estaban ligeramente tocándose, el rubio no sabía que hacer así que sólo se limito a quedarse quieto ante la atenta mirada del otro. 

Una melodiosa risa se propagó en sus oídos, era tan dulce y suave. Se dio cuenta que la criatura se estaba burlando de él. Ese momento fue el indicado para atacarle con preguntas.

—¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Qué haces aquí? —frunció el ceño al oír otra risa por parte del castaño—, ¿por qué estas tan terriblemente cerca? ¿No te enseñaron algo sobre respetar el espacio personal de los demás?

Sus manos fueron directo a sus hombros y le empujó en el acto, pero no logró moverle ni un centímetro ya que contenía una gran fuerza al ser una clase de criatura mitológica.

Dipper no dejaba de verlo de una manera fija que llegaba a darle miedo, ese chico era raro. Estaba por abrir su boca para decirle otra cosa, pero esta inmediatamente se cerró.

—No se ni para que me molesto en preguntar, ni siquiera sabes hablar.

No sabía cuanto más tiempo toleraría la risa del tritón, ya estaba levemente irritado de que este se burlara de su ser.

—Si puedo hablar, lindura. 

Monster. [Sirenas]「BillDip/DipBill」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora