Después de todo aquel alboroto y una corta pero certera celebración la joven pareja se hallaba plácidamente dormida en la amplia y cómoda cama del mayor.
-Papá!- Pequeños gritos y uno que otro gimoteo se colaban por la puerta de la habitación.
Samuel fue el primero en despertar, la primera visión del día fue un Guillermo abrazado a la almohada haciendo soniditos extraños.
-¿Que hora son? -Pronunció para si mismo el moreno.
Observó el reloj es su mesita de noche 8:40, aún era temprano pero debía de asistir a la empresa y Guillermo también.
Justo cuando iba a tomar un baño aquellos sollozos volvieron a llamar su atención y ,tras coger un par de calzoncillos y ponérselos, se dirigió a la puerta.-Hola?
-Samued- La pequeña niña se encontraba en el piso, tenía las mejillas rojas al igual que su nariz y pequeñas gotas caían de sus ojos.
-Carol, -se arrodilló a un lado de ella- ¿Que pasa?,¿Estas bien?
La niña solo asintió mientras tallaba sus ojitos, llevaba un buen rato fuera de la habitación de su papi, al menos según lo que le dijo el adormilado Ruben.
(...)
Media hora después apareció Guillermo que tras perderse en aquella gran casa había encontrado la cocina.
-Hola, -Musitó algo nervioso.
Traía un pantalón de chándal que caía de manera provocativa por sus caderas mostrando parte del elástico de sus calzoncillos azules, el cabello mojado y algunas gotas de agua recorriendo aquella pequeña playera de tiras que se ceñía a su torso. Todo esto siendo coronado por sus descalzos pies y una hermosa sonrisa un tanto nerviosa.
-Buenos días
La contestación de Samuel fue un tanto seca, este se hallaba sirviendo pancakes a la castaña menor.
-¿Pasa algo?- Preguntó Willy sentándose a lado de Carol.
-No, nada.
El pelinegro suspiro mientras veía a su novio moverse con maestría a lo largo de la amplia cocina, algo no andaba bien pero lo hablaría luego después de todo quería tomar su desayuno en paz.
-Toma, tu desayuno- Le sonrió el ojimiel, aunque aquello no se vio reflejado en sus ojos.
Tras algunos minutos más en donde Willy se debatía entre decir aquellas palabras o no las dijo.
-Samuel,lo siento.
El castaño pegó un brinco al escuchar aquello.
-¿Por que?- Suavizo su mirada.
-No lo sé, -admitió el menor- estas enojado y no se porque pero estoy seguro de que es mi culpa.
-Guille, -suspiro- hablaremos luego de esto, si?
Su mirada estaba posada en la pequeña que parecía comer tranquila, Guillermo asintió entendiendo la situación y así se dispusieron a terminar su desayuno.
Al terminar de comer fueron a prepararse para el trabajo y al no tener ropa que ponerse Samuel le prestó uno de sus trajes a Willy quien con algo de vergüenza acepto; en cuanto a Carol, decidieron dejarla al cuidado del rubio que acepto gustoso ya que no estaría solo.
Una vez arreglado ese problema se encaminaron a la empresa seguidos de un silencio sepulcral en todo el transcurso.
(...)
Al llegar a la empresa cada uno fue a su sitio correspondiente, lo cual fue bastante curioso pues no se dirigieron palabra alguna.
No fue sino hasta la hora de comida cuando Guillermo se atrevió a visitar a Samuel.-Hola
La cabeza sonriente del pelinegro se asomó en la oficina de Samuel, sobresaltandolo y dando por concluido su trabajo para centrarse en su pareja.
-¿Que pasa, Guillermo?
-Pensé que te gustaría ir a comer juntos- La sonrisa tímida que le dedicó logro esfumar todo el enojo de Samuel.
-Esta bien, vamos.
El moreno se levantó de su asiento y tomo a Guillermo, comenzando a caminar hacia la cafetería.
-¿¡Que ven!?- Gruño Samuel al ver que todos a su alrededor no quitaban la vista de ellos.
-Sa... Samuel, no es necesario que... Que tu- Guillermo señalo la mano de Samuel en su cadera y este solo negó.
-Es para que sepan a quien le perteneces- Sonrió besando su mejilla- tu eres sólo mio y todos esos están celosos de que yo te tengo y no puedan ni acercarse a ti sin mi consentimiento.
-Va... Vale
Samuel asintió y se encaminó a una mesa, seguido de cerca por Guillermo.
-¿Entonces?
-He hecho unos sandwiches- Admitió sonrojado el pelinegro.
-Está bien, - Mascullo el moreno antes de comenzar a comer.
-Por cierto,- comenzó a decir en susurros Guillermo- que era eso que te había hecho enojar en la mañana?
Samuel tomó una gran bocanada de aire y observó a Guillermo con una mirada llena de decepción.
-Creí que me tenias confianza, que sabias que a pesar de todo yo te apoyaría
-Y lo sé, -respondió Willy.
-Pues no lo parece, y sabes por qué? -El contrario solo negó- esta mañana he despertado por los llantos de una niña que pedía a su papa, y a que no sabes quien era esa niña?
Los ojos de Guillermo comenzaron a aguarse pero se negó a romper aquel contacto visual.
-Esa niña era Carol y estaba llorando por ti, - el chico a su lado solo mordió su labio intentando contener un sollozo- ¿Por que Guillermo? Trato de comprenderte pero no puedo, ¿Por que no me dijiste que Carol era tu hija?
Y aquellos murmullos terminaron siendo casi gritos, el Samuel tranquilo no estaba y en cambio Guillermo estaba siendo agitado por aquel ser de ojos miel que lo miraba con tristeza, decepción...furia.
-Te he ofrecido todo y aún así no me tienes confianza, Guillermo...
Y pues eso ha sido el capitulo de hoy, si aún no entendieron el título es porque todo estaba bien y ahora... No tanto,¿lo entienden?
Pues eso :vEspero les haya gustado, no olviden comentar ,dejar su voto y cosas así.
-Muchos besitos, Dany 💜
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Un café...Y mi jefe|Wigetta| (Cancelada)
FanfictionGuillermo Díaz es un joven estudiante de la universidad de Londres, actualmente estudia administración de empresas. Su maestro ,Borja Luzuriaga,decide enviar a sus alumnos a realizar una práctica.Para ello se comunica con uno de sus ex-alumnos al cu...