Un café...Y mi jefe|Wigetta| (Cancelada)

Memories ✦

Y ahí se encontraba Samuel, en compañía de aquel castaño de ojos verdes que había sido uno de los tantos espectadores de sus lágrimas y amargos recuerdos.

-Lo siento, -se disculpó limpiando las lágrimas- no quería molestarte.

-Y no lo haces, -le sonrió de vuelta Ruben- soy yo el que debe ser una molestia.

La sonrisa de Samuel acompañó al otro, no podía ni imaginar como alguien se atrevería a dañar a ese hermoso ser; tan inocente, amable y de lo más tierno.

Algo en aquel chiquillo le recordaba a su yo del pasado; la manera en la que sonreía, como si no hubiera preocupación alguna, y sus ojos que se entrecerraban cuando las comisuras de su boca subían para formar una sonrisa.
Todo en él era tan armonioso, y en cierta parte le recordaba a su Guillermo, como extrañaba a ese chino aunque fuera un cabezón.

-¿Te sientes mejor?

La suave voz de Ruben lo intento traer de vuelta pero ya era demasiado tarde, su mente se había sumido en los más terribles recuerdos.

...

Era él, tan joven e inexperto, ofreciéndole su ayuda a cualquier persona.
El pequeño joven De Luque había pasado la mayor parte de su vida entre esas cuatro paredes,rodeado de comodidades y todo lo que un niño pudiera soñar.
Su padre era dueño de una afamada empresa, el dinero no era un problema para él.

Sin embargo, al cumplir los trece años fue cuando todo cambio; aislado de todos los problemas, de las personas y todo aquello que pudiera dañar su frágil e inocente mente. Samuel había pasado sus primeros diez años encerrado en la mansión de su familia, y hasta cumplir los doce le fue permitido salir puesto que debía asistir a el colegio.
Cuando hubo cumplido los trece comenzaron sus clases de etiqueta, y al llegar a los quince era todo un caballero, parecía un muñequito que podía ser manipulado a su antojo, o al menos eso pensaron sus padres.