Para ser exactos lo conocí en el instituto de inglés al cual asistía desde los once años, edad en la cual mi madre decidió que no podía seguir balbuceando cosas sin sentido cada vez que pretendía cantar alguna canción en ingles que escuchaba por la radio o en la televisión.
Asistía 3 días a la semana después de la escuela y me fascinaba, después de 5 años habíamos formado un grupo muy unido al cual nuestra profesora no paraba de elogiar diciendo que éramos un grupo chistoso donde el compañerismo abundaba. Claro que eso cambió con la llegada de él a mitad de año –mediados de julio-Si, parecía raro que alguien empezara un curso de inglés en el 5to año a mediados del año, pero siendo sincera todo en él era algo raro y llamativo.
Me acuerdo perfectamente, que falté a la primera clase de esa semana por estar realmente cansada. Mi prima, que asistía al mismo curso que yo, me llamó esa noche para contarme las buenas nuevas. Claro que el tema principal fue el compañero nuevo de inglés, mencionó solo su nombre. No sabía su apellido y ella ni siquiera lo conocía ¡Vamos! Sé que hay muchas personas con los mismos nombres, pero juro que cuando mi prima mencionó su nombre estaba totalmente segura de que sería él, llámenlo sexto sentido, brujería, como quieran.
Yo confiaba que sería el.
No sabía muy bien de donde era que lo conocía de ante mano, pero si sabía que lo tenía agregado en Facebook y que en una ocasión había comentado una imagen que había compartido de una página.
El pertenecía a esa típica clase de chicos que vos te cruzas en la calle o te los encuentras en el colectivo y sabes que un chico así nunca ni en un millón de millones de años te hablaría. Pero por otra parte, los estereotipos siempre estaban para romperlos, ¿no?
Para cuando cayó el día de comprobar si realmente el estaba nerviosa, ¡por supuesto que lo estaba! Había jurado que era él y si me equivocaba no solo mi negocio de adivina quedaría en el olvido, si no que mi prima no perdería ocasión de burlarse mi.
Al llegar al instituto y entrar al curso no solo vi que algunas de mis compañeras estaban más arregladas de lo usual. ¿Yo? Un simple mamarracho de jeans y un pulóver que me llegaba casi hasta las rodillas y un gorrito para disimular que no me había cepillado el pelo hoy. Me senté al fondo junto a la ventana. Si los lugares en el curso tuvieran nombre ese lugar llevaría mi nombre y mi apellido.
La clase llevaba apenas unos minutos de iniciada cuando alguien llamó a la puerta. La profesora abrió y ahí apareció el excusándose por llegar tarde, le indicó que pase y él se sentó exactamente dos asientos delante mi. Miré hacia mi prima y sonreí victoriosa por haber adivinado, ella simplemente me miraba con una sonrisa dibujada en su rostro.El simplemente era perfecto. Con sus rizos castaño claro, sus ojos del color del cielo y tan fríos como el mar, su sonrisa contagiosa que me hacía temblar hasta los huesos y esos hoyuelos podía conquistar a cualquier chica que quisiese. El era perfecto, al menos visualmente.
El resto de la clase transcurrió en un inquietante e incomodo silencio, mi prima me miraba con la cara llena de mil preguntas. Yo por otra parte, estaba segura de que la llegada del chico nuevo no solo me ponía nerviosa a mí ya que incluso habíamos dejado de ser ese curso chistoso que éramos siempre.
Cerca del final de clase bromeé sobre una actividad del libro de contenidos ya que alguien tenía que romper la tensión. Todos rieron, incluso la profesora esbozo una leve sonrisa mientras seguía anotando actividades en la pizarra. Él se dio media vuelta mirando hacia mi dirección, seguramente para saber de dónde vino aquel chiste, una vez que me encontró me miró con sorpresa. Como falté su primera clase en el instituto yo debería parecerle tan nueva como él a mí. Al mirarme a los ojos esbozó una sonrisa, como si se hubiese tomado la molestia de hacerme saber que aquello que dije le había causado gracia. En cuanto el volvió su mirada hacia la pizarra llena de actividades, yo bajé la cabeza. Sentía como los colores se me habían subido a al rostro y un leve cosquilleo florecía en mi estómago.Una vez dada por finalizada la clase, me tomé mi tiempo para guardar todo en mi bolso, cuando estaba por salir me di cuenta que él seguía en su lugar, sacando otro pulover de su mochila.
—¿trajiste dos pulóveres? —me animé a decir en un tono gracioso, así no interpretaba que lo estaba juzgando.
—Hace frío afuera, ¿o no? — dijo con el mismo tono gracioso y con una gran sonrisa que hacia notar sus hoyuelos.
Me había contestado a pesar de ser la clase de chico que debía ignorarme. No podía creerlo.
En mi subconsciente bailaba desenfrenadamente de la emoción.
Sonreí y me dispuse a caminar hacia la salida.
Por supuesto que al llegar a mi casa fui corriendo hacia mi habitación, tiré mi bolso con los apuntes sobre mi cama y me lancé a la silla del escritorio, la cual por poseer rueditas dio media vuelta y se desplazó medio metro hacia la dirección en la que me lancé.Okay, había sido una mala idea
Una vez que logré acomodarme, busqué rápidamente en la computadora su perfil en Facebook y en cuanto la página logró cargarse pude ver el botón que daba a la opción "agregar como amigo". Ese botón parecía burlarse de mí en la pantalla.
Me dejé caer sobre el respaldo de la silla, no me había dado cuenta de lo agitada y cansada que estaba. Mi corazón martillaba velozmente mi pecho y exactamente no recordaba la última vez que me había tomado un tiempo para respirar desde que salí totalmente apurada del instituto. Respire hondo y cerré los ojos.Está bien, está bien. Calma, no es cosa de otro mundo que la gente elimine de Facebook esos contactos que ya no frecuenta, ¿VERDAD?
------------------------------------------------------------------
No se olviden de votar, lo agradecería mucho!!!
un abrazo enorme a quien esté leyendo esto :)
ESTÁS LEYENDO
La primera decepción. #EscribeloYa
Short StoryTal vez estén escritas aquí las palabras que nunca me anime a decirle. #HistoriaReal #EscribeloYa #JustWriteIt