¿Bromeas?

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Los días siguientes a mi encuentro con él en el instituto fueron aburridos y nada más que normales. Fui totalmente ilusionada a la tercera y última clase de la semana pero él no asistió.
Por supuesto que me sentí una estúpida al estar ilusionada solo con poder verlo, pero a fin de cuentas era cierto.

Mi semana marchaba horrible, apartando el hecho de haberlo visto en una clase, mi vida no era más que el peor de los clichés.

Iba a una escuela común y corriente, tenía solo dos amigas, leía libros, tenía un gato, el chico que me gustaba iba a mi escuela pero me ignoraba terriblemente...

Y este era el peor de los puntos. No me ignoraba por el hecho de que no me conociera y no me animara a hablarle, si no porque me conocía, toda la escuela se enteró que él me gustaba y me ignoraba a su gusto, porque él quería, porque le gustaba hablarme un día y al otro no saber de mi existencia, porque le fascinaba jugar conmigo.

Y sin embargo  no podía sacármelo de la cabeza, porque después de todas las veces que me repitiera a mi misma que el solo jugaba conmigo, seguía sonriendo como una idiota cada vez que el me hablaba por más que supiera que al otro día, me ignoraría como siempre. Es por esto y por otra razones personales que a este personaje decidí ponerle el grandísimo idiota de la escuela.

Mientras, por otro lado, estaba el dios griego del instituto de inglés.

Mis amigas no paraban de decirme que me concentré en él, que deje de torturarme con el grandísimo idiota de la escuela. Pero ¿para qué? Aquel chico estaba muy fuera de mi alcance y por más que me haya contestado una pregunta directa que le hice, ¡Vamos! Era muy idiota ilusionarse con aquello.

Como si hubiese sido mandado por el destino a salvar mi terrible semana que estaba al borde del descontrol una llamada mi primo por la tarde lo había cambiado todo.

El día estaba nublado y las gotas de la lluvia se golpeaban las unas con las otras frente a la ventana. Ese día luego de la escuela no me tocaba ninguna actividad por lo que estaba acostada en el sofá frente al televisor. Al ver mi celular cantando y vibrando sobre uno de los cojines del sillón dudé en contestar. Mi primo asistía en la tarde a la escuela por lo que a ésta hora debería estar en clases y es costumbre de él llamarme para hacerme bromas con sus compañeros.

Como si no tuvieran a nadie más a quien molestar.

Rodé mis ojos e ignoré mi celular. No estaba para que se burlen de mí, había estado teniendo suficiente con esta seman...

El celular volvió a sonar, no solo una, ni dos, ni tres veces. A la cuarta llamada me preocupé y supuse que, debido a la insistencia, debería ser algo urgente.

─¿Qué pasó? ─ dije casi en un grito que asustó a mi gato, que se encontraba a un lado mío.

─¡Hola! Mi primita querida ─ dijo gritando desde el otro lado de la línea. Rodé los ojos, no estaba de humor.

¿Acaso era tan difícil que el universo se olvide un solo día de hacerme la vida imposible?

─Escucha, no estoy de humor para tus bromas y me hiciste pensar que era urgente─ le contesté en tono cansado mientras me alejaba el celular del oído para cortar la llamada.

─¡No, espera! ─ oí que gritó causando que lo pueda escuchar a pesar de la distancia de la que estaba el celular de mi oído. Lo pensé, pero luego de unos segundos el celular había vuelto a mi oído─ Es importante, lo juro.

─Bueno, dale ¿Qué es tan importante? ─ dije al borde del fastidio.

─Es sobre un compañero de clases─ ¿Realmente había interrumpido mi maratón de Bones solo para hablarme de su compañero de clases?

─Si ahora te gustan los chicos creo que deberías contárselo a una amiga y que ella te asesore, sabes que no me va bien con eso ─dije convencida de que aquello no era más que sus estúpidas bromas.

─ ¿QUÉ? No, no es eso boba─ dijo entre risas─ ¿podrías dejar de abrir la boca y dejarme terminar? el receso se está por acabar ─abrí la boca para quejarme pero me callé, no valía la pena. Mientras menos hablara más rápido podría volver a mi querido maratón. ─fue en clases de historia, el profesor faltó y tuvimos esas horas libres y me acerqué a un grupo y un compañero me comentó que eras linda. ─me había quedado totalmente congelada y un leve escalofrió hice tambalear mi celular en mi mano.

─ ¿Qué dices? Juro que si esto es una broma...─subí el tono de voz

─¡No! Escucha, es en serio ─me interrumpió─ Escuché que él mencionó tu nombre, inmediatamente me acerqué a preguntar y me dijo que te conoció en el instituto, además... ─siguió hablando a la velocidad de la luz, pero yo ya no lo escuchaba, ya no podía. Menciono su nombre, el nombre de él unas incontables veces.

¿Acaso podría ser...?

No, era imposible.

­─No ­─dije cortante, callando su veloz explicación─ no sigas, no te creo.

─ !Pero si estoy diciendo la verdad! ─gritó indignado─ me ha dicho que lo busques en facebook y que le agregues.

Todos mis sentidos empezaban a colapsar por los nervios mientras el poco lado racional que me quedaba gritaba que no era más que una broma. Que mi prima seguramente le había comentado que me había puesto nerviosa con la llegada de él y que el aprovechó para bromear, como siempre lo hizo.

Pero por otra parte...si realmente llegara a ser cierto y yo rechazaba todo...

─ Entonces, dile a tu compañero que, de ser verdad, que sea él quien me agregue.

Un timbre sonó por el otro lado de la línea e inmediatamente el se despidió diciendo que su receso había terminado y que debía entrar a clases.

El resto del día se me hizo inútil poder pensar en otra cosa que no sea eso. Había llamado inmediatamente a mi prima y me había asegurado que  no le había dicho nada a mi primo, ¿entonces como lo sabía? 
Fue inútil querer seguir viendo mi maratón, cada dos segundos chequeaba mi Facebook y la desilusión iba aumentando en la medida en que pasaban las horas.
Para la noche ya estaba convencida de que no era más que otra de las bromas de mi primo, pero cuando hice el último intento antes de irme a dormir vi la notificación en la pantalla. Me quedé totalmente helada, un hormigueo atacó mi estomago y pude notar como mis manos querían temblar.

Ahí estaba la notificación. Ahí estaba su nombre, su foto, su descripción. Y, por último, ahí estaba yo bailando y gritando internamente mientras le daba click  al botón de "aceptar".

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¡HEY! ¡ALTO AHÍ! quédate quieto, respira, tranquilo/a. Ahora debes votar la historia.

¿Listo?

¡Perfecto! ya eres libre

muchas gracias :3

La primera decepción. #EscribeloYaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora