El comienzo de la decepción.

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Me contestó recién al otro día, por la tarde, diciendo que había estado distraído y a mí en cierta parte me dolía aquello, habíamos pasado una tarde increíble y luego solo se limitó a ignorarme.

Los días siguientes a eso las cosas cambiaron y no para bien; las charlas bajaron su frecuencia, siempre que le decía algo tierno nunca me lo devolvía o quizás era cortante, en el instituto ya no hablábamos e incluso pensaba que le molestaba cada vez que le hablaba.

No podía explicar lo terriblemente mal que se siente sentir que le molestas a esa personita especial.

A veces, solo muy poquitas veces, durante las conversaciones sentía que volvíamos a la normalidad pero luego todo rastro de ilusión era eliminado porque, al otro día, todo volvía a ser feo e incluso ni se molestaba en contestar.

Por más que mis amigas me digieran que quien estaba haciendo las cosas terriblemente mal era él yo no dejaba de sentirme culpable. Por las noches repetía esa tarde una y otra vez. No me pasaba ningún detalle, ningún gesto, ningún comentario, incluso si cerraba los ojos muy muy fuertes podía sentir el contacto de su mano con la mía, hasta recordar en eso me traía escalofríos.

Y soñaba ¡Oh como soñaba! En volver a aquella tarde cuantas veces pueda para cambiar algo, no importaba que aun no supiera con exactitud que había provocado esto, solo quería volver a aquel momento en donde era tan feliz y no lo sabía.

Desde aquel dia, mis sueños siempre guardaban un apartado para volver a recordar el frio de sus ojos, el calor de su sonrisa y la firmeza con la que agarraba mi mano.

Todo lo me había costado construir en esos 3 meses se había derrumbado en menos de un dia y empeoraba gradualmente. Dos semanas después ya ponía excusas idiotas para no hablar.

"tengo que hacer tarea, hablamos luego"

Pero él seguía conectado.

"tengo que poner a cagar el celular, ¿te parece si hablamos luego?"

Pero él seguía en línea.

"estoy muy cansado, te hablo mañana"

Pero su última conexión no decía lo mismo.

"justo estaba por ver una película, hablemos más tarde"

PERO SEGUÍA CONECTADO.

¿Qué le costaba tener el valor suficiente que decirme que ya no quería hablar conmigo?

Llevaba la dignidad de sombra.

Pero admitía que me llenaba de tanta emoción cada vez que el me contestaba aunque lo hacía después de 2 horas o 3 cuando no "estaba ocupado".

Después de un mes lloraba siempre que me acordaba de esa tarde. Era la nostalgia y la bronca de no saber qué fue lo que cambió todo lo que amargaba mi corazón siempre que me ponía a pensar en aquello.

Un mes. 30 dias. 4 semanas. Para ese tiempo me hablaba con suerte 1 vez a la semana. Una sola vez y nada de esas conversaciones valía la pena, me daba hasta vergüenza contestarle sus respuestas cortantes y sabía perfectamente que no debía seguir humillándome pero no podía no contestarle.

Algo en mi, muy en el fondo de mi, creía que algún día volvería a ser el tierno, dulce y amable de siempre. Quien siempre me sacaba una sonrisa, inclusive en los peores días. A veces me costaba creer que era la misma persona.

Aquello se sentía como un pesadilla, esas en las que vos gritas, pataleas, lloras y deseas que todo sea un sueño y luego, cuando despiertas totalmente aturdido, te alivias de todo. Porque no era de verdad, eso malo no estaba pasando y todo volvía a la normalidad, con los segundos el susto pasaba y volvías a dormir.

Yo solo esperaba despertar en cualquier momento.

─¡Deja de perder tu tiempo! ─ Me gritó mi amiga en cuando entró en mi cuarto, seguramente mi madre la había dejado pasar.

─ya no hablamos, y no sé qué pasó, no sé qué fue lo que arruinó todo, no lo sé. No sé nada.

─Eso no justifica que lo stalkees todo el tiempo. ─ dijo tratando de arrebatarme el celular de las manos, con un solo movimiento me aparté y logré evitar aquel intento por ayudarme.

─Yo aun lo quiero y no me gusta esta situación de no saber nada de él.

─Es de eso justamente de lo que te quiero salvar.

Claro que en ese momento no supe a que se refería mi amiga. Me convenció para salir de mi casa, los últimos días de primavera eran esos días excelentes donde podías salir sin mucho abrigo tampoco tan destapado. En cierta parte me gustaba y la pequeña brisa hacía mover las ramas de los árboles y el efecto acústico era tranquilizador.

─¿y si nunca le importe? ─ solté

─cállate, cierra los ojos y disfruta de la naturaleza. ─ dijo mirándome con un solo ojo.

Ambas estabamos acostadas sobre el jardín de la abuela de mi amiga, el cual era tan inmenso como un parque.

─Estoy hablando en serio.

─Yo también te hablo en serio.

─Me siento tan estúpida─ dije con un nudo en la garganta.

Ella me abrazó y esa tarde me dediqué a llorar en nombre de todas mis ilusiones que morían de a poco.

Ni les cuesto que tal me puse, esa misma noche cuando, en mi ronda de stalkeo diario vi la foto que el subió con otra chica.

Supe en ese instante que mi amiga lo único que buscaba era darme un momento de paz antes de ver esto y la quise un poquito más por aquel gesto. Pero, al menos por ahora, sentía que nada podría subirme el ánimo.

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Esto está por terminar :) 

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La primera decepción. #EscribeloYaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora