Los días siguientes a la muestra no volvimos a hablar. En cierta parte seguía ofendida y por otra parte, me sentía terriblemente idiota. Esos días había desactivado el chat del Facebook para que no me hable aunque en realidad solo era para no tentarme en volver a hablarle. Tampoco es que él se interesara mucho en hablarme ya que después de 5 días no se molestó en hablarme.
Y eso era lo peor.
Mi cabeza no dejaba de formular y reformular preguntas, una tras otra. ¿No me hablará nunca? ¿Tan poco le intereso? ¿Le debería hablar yo? ¿Ya era muy tarde para volver a hablar o tenía que esperarlo a él? ¿Y si para cuando me daba cuenta que debería ser yo quien hable primero era muy tarde? Iba a volverme loca.
Las clases de inglés se había vuelto aburridas y Martina se había aprovechado de eso cuando se sentó junto a él hoy.
Para ser sinceros, me había acostumbrado tanto a las charlas que ahora sentía que le faltaba algo a los días. Y era esa emoción y nervios que me agarraban cada vez que hablaba con él o el subidon de adrenalina cada vez que corría hacia el celular o el ordenador cuando sonaba alguna notificación.
Estaba echada en mi cama, mirando al techo bajo la pobre luz tenue que despedía el monitor de mi computadora en el escritorio, tenía el Facebook abierto ya que esperaba un mensaje de una compañera para hacer un trabajo con unos archivos que me enviaría. Cuando el ruido de la notificación sonó por los parlantes tardé unos segundos en reaccionar ya que no tenía tanto entusiasmo de hacer tarea de matemáticas. Pero en cuanto vi la ventana del chat corrí disparada mirando un punto fijo en aquel monitor.
─Hey
Era el. Por fin, desde aquel día de la muestra, por fin volvía a hablarme. Me fijé en mi estado. Seguía figurando como desconectada, eso debería darme más tiempo para poder pensar que responder.
Sin darme cuenta mis manos ya temblaban y había un ligero cosquilleo en mi estómago. Después de tanto tiempo, se sentía como la primera vez que me hablaba.
─Conéctate, extraño hablarte...
Envió por segunda vez. Leí ese mensaje 2,3,4...unas 10 veces. Me había quedado total y completamente petrificada mientras un escalofrió recorría cada punto nervioso de mi cuerpo y me hacía estremecer.
¿Lo diría realmente en serio?
¿Extrañaría hablar conmigo tanto como yo extrañe hablar con él?
La avalancha de preguntas no tardó de inundar mi mente mientras hacía un esfuerzo por reaccionar ante aquel mensaje. Cada vez que lo leía volvía a estremecerme, haciendo que temblara.
Después de unos minutos de mi estado de shock pude volver a usar el cerebro como una persona normal.
─Aquí estoy :) ─ respondí.
─Que bueno :D─ Respondió casi instantáneamente. Sonreí ─Hoy en inglés me di cuenta de que tenías un lunar en la mejilla─ mandó por segunda vez.
Inconscientemente llevé la mano hacia mi mejilla, donde se encontraba el lunar. Hoy me había estado viendo, a pesar de que Martina se haya sentado a su lado el se tomó el tiempo de fijarse en mi.
─Jaja, que observador─ tecleé y envié rápidamente. Mis dedos parecían volar sobre el teclado con tal de responder rápido.
─Te queda bastante tierno, a parte, te hace más linda─ respondió.
Ante eso me quedé nuevamente inmovilizada. Este chico tenía algo que siempre provocaba en mí este tipo de cosas.
Antes de que dejáramos de hablar solía tirar cierto tipo de indirectas que me hacían pensar si realmente él estaba queriendo decir que le parecía linda pero nunca lo había dicho directamente.Claro, hasta ahora.
Creo que me dolían los pómulos de tanto sonreír.
─Yo no soy linda.
─Claro que si lo eres.
─Claro que no, Martina si lo es.
Oh vamos, ¿Qué había sido eso? Esa respuesta era la peor combinación entre los celos y la falta de confianza.
Tardó un tiempo en responder. Lo que me dio tiempo a golpearme mentalmente una y otra vez por ser tan idiota.
─Martina es muy superficial. A demás, yo te prefiero a ti.
Di un buen suspiro. Mi corazón latía tan rápido que pensaba que en cualquier momento saldría disparado de mi pecho y rebotaría por todas las paredes, como en los dibujos animados.
Leí esa última oración una vez más, solo para asegurarme de que no lo imaginé.
─Bueno, eso es bastante tierno─ respondí
Seguía sin poder creer que él me había dicho esas cosas a mí.
En esa conversación me había animado a tirar una indirecta sobre lo lindo que eran sus ojos y estaba segura de que él la había entendido a la perfección.Y fue esa conversación la que marco un gran cambio, porque luego de ella las conversaciones no eran las mismas conversaciones entre dos compañeros que estaban recién conociéndose, ni las miradas casuales, ni siquiera las sonrisas eran las mismas e incluso las clases de inglés habían cambiado para nosotros. Hasta mi miedo por qué Martina sea mejor que yo había pasado.
Estaba total y completamente segura de que estaba empezando a sentir algo por él y solo esperaba que el sintiera lo mismo por mí.
Dos semanas después de eso había recibido un mensaje de parte del grandísimo idiota de la escuela que me había llamado demasiado la atención.
─¿Podemos hablar? ─ había mandado hace media hora. Yo seguía con la ventana del chat abierta frente al monitor sin saber qué hacer. En parte, esperando que me diga que ese mensaje era para otro chat, aunque otra parte de mi moría de curiosidad sobre de qué querría hablar.
Después de dos horas me rendí. El mensaje definitivamente era para mí, sin errores ni equivocaciones.
─¿Qué ocurre? ─ contesté y rápidamente cerré la página y apagué el monitor. Una parte de mi no quería ver su respuesta. Luego de un buen rato me fijé en su respuesta.
─No, por aquí no, tiene que ser en persona─ respondió
Decliné su propuesta unas dos veces, pero debido a su insistencia y mi gran intriga sobre lo que tenía para decir acepté, después de todo yo también necesitaba hablar algunas cosas con él.
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VOTEN VOTEN VOTEN.
Hoy me di cuenta que me quedan 4 días para que esta historia llegue a las 10.000 palabras así completo el desafió de Wattpad.
Denme suerte.
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La primera decepción. #EscribeloYa
Short StoryTal vez estén escritas aquí las palabras que nunca me anime a decirle. #HistoriaReal #EscribeloYa #JustWriteIt