PRÓLOGO
En diferentes partes del mundo existe una gran variedad de mitos y leyendas los cuales son parte fundamental de la cultura, de las creencias y de las supersticiones locales.
Hoy en día no se recuerda ni el diez por ciento de todas estas riquezas culturales del mundo y, por desgracia, gran parte de las que trascienden son tergiversadas en pos de ocultar o esconder secretos mucho más oscuros o verdades que no todos están preparados para saber.
Al sur del mapa, en esa colita de Suramérica, más conocida como el fin del mundo, se encuentra una de las partes más lindas de Chile con una vegetación frondosa y única, fauna variada, pero sobre todo, destaca por su gente.
Este territorio tiene una gran variedad de etnias ya que en el pasado se establecieron colonias de diferentes nacionalidades europeas, pero originalmente fue y es habitado por el pueblo Mapuche y Huilliche.
Esta gente sigue impactando cultural y socialmente en el país chileno con su idioma, música y mitología. En el pobre programa educativo nacional se enseñan leyendas como El Caleuche, La Pincoya, la leyenda del Pehuen, la del Copahue... y otras que tienen que ver con el amor, creación de lagos, abundancia, desapariciones y empoderamiento.
Pero hay una historia en particular que se hace espacio en la isla de Chiloé, región de los Lagos, cuya respuesta al cómo y cuándo empezó a propagarse no está claro. Es protagonizada por un hombre que habita en los espesos bosques de olivillos y pinos. Nunca ha sido visto por el género masculino ya que se presenta sólo ante mujeres.
Gracias a todas las anécdotas y supersticiones acumuladas en el tiempo, hoy en día se cuenta con una descripción casi detallada de su fisonomía.
Es bajo, de unos 80 cm de altura, con un rostro avejentado y feo, de gran nariz, no posee pies por lo tanto no deja huellas reconocibles y sus piernas parecen dos palos de madera envueltos en telas, usa un gran sombrero y siempre carga una rama de olivillo suficientemente resistente para que lo ayude a caminar con agilidad debido a su ausencia de extremidades.
La descripción apunta a un ser desagradable, pero tiene unos ojos azules que se destacan entre todas esas facciones poco gratas. Eso convierte a sus ojos en su arma hipnotizadora ante mujeres solitarias que se adentran en el bosque.
Abusando del poder de su mirada, este hombre se convirtió en un violador. Abusaba de las jóvenes que entraban solas en el bosque.
A sus víctimas las atacaba desde las alturas haciéndoles perder la conciencia para que luego despertaran en las periferias del bosque sin recuerdos ni pistas del asalto físico que sufrieron hasta que, meses después, muchas de estas mujeres y jóvenes mostraban síntomas de embarazo para luego dar a luz un bebé, si es que no se suicidaban antes de llegar al sexto mes.
Este violador de poca estatura, encantadora mirada, quien apareció sin un origen ni tiempo específico responde al nombre que todos conocemos como el Trauco...
Pero ¿Y si la leyenda está mal? ¿Y si en realidad fue modificada, alterada y satanizada con el objetivo de encubrir actos cuyo autor no se iba a responsabilizar?
***
AVISO:
Esta novela no romantiza ninguna violación u otro comportamiento misógino. La leyenda del Trauco, como la conocemos y se nos enseña, es oscura y violenta, pero ha sido un punto de inicio e inspiración para investigar y comenzar con esta historia.
Todo esto lo escribo con respeto y cariño sin intenciones de ofenderá nadie.
Toda la novela es simple ficción, me he madrugado leyendo tesis e investigaciones sobre la cultura Mapuche ya que no se nos enseña demasiado en la escuela y a pesar de todo, hay mucha ignorancia dentro y fuera del país hacia las costumbres del pueblo, pero hay cosas que son completamente inventadas por mí.
IMPORTANTE:
Creo que es importante aclarar que la novela está narrada en dos tiempos, todos los capítulos de numeración impar narran la historia de Erika, ambientada en los años cercanos a 1876, mientras que los capítulos pares narran la historia de Julia ambientada en la actualidad.
¡Gracias por sus lecturas y votos!
¡Nos leemos!
S. Muñoz D.R.
08.05.2020
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VIENTOS DEL SUR ©
Fantasía«Y si eso me hace la mala de la novela... pues les demostraré qué tan mala puedo llegar a ser.» (Historia basada en mitología Mapuche, Chile)