Capítulo XV

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CAPÍTULO XV

ANGUSTIA

Quellón, Chiloé, Chile, 1876

Decir que me sentía ansiosa era poco. No podía esperar a que la sesión de hoy terminara para ir con Aliwe y luego a curiosear con Sayen.

Y lo admito sin problemas, dos días seguidos a su lado eran un regalo del Padre para mí.

—Erika... —saqué mi vista de la ventana y la redirige a fraülein Grubber quien me miraba con una ceja alzada esperando una respuesta —Erika, estoy esperando...

—¿Me podría repetir la pregunta? —pregunté inocente. 

Fraülein Grubber me miró por un par de segundo para luego negar con la cabeza y ver el reloj que reposaba sobre la puerta del aula.

—Bien niños, creo que sería todo por hoy —cerré mi cuaderno y comencé a guardar mis lápices apurada —Adam ¿Me darías unos minutos para conversar con tu hermana a solas? Por favor, corazón.

Adam asintió y salió de la habitación dándome una seña que me esperaría en la escalera.

—Erika... ¿Estás bien?

—Sí, todo bien —respondí.

—Te noté distraída hoy y casi no tomaste apuntes —dijo sentándose en el puesto de Adam a mi lado esperando una respuesta más sincera.

—Estoy bien —dije, pero fraülein Grubber me seguía mirando esperando una explicación —solo ando ansiosa, he coordinado con una amiga para hablar sobre... —me detuve, no creo que los rituales desconocidos de Aliwe sea algo que deba compartir con ella —sobre unos chismes que circulan por ahí.

—No te había considerado una muchachita chismosa.

No lo soy, pero es lo primero que se me ocurrió, así que solo me encogí de hombros restando importancia al asunto.

—En cierta manera a todos nos gusta estar atentos a los dramas ajenos, sobre todo de gente que conocemos —dije terminando de ordenar mis cosas.

—Eso es cierto, como también lo es el hecho que no me quieras confiar lo que ocurre en esa cabecita tuya —dijo demostrando que soy pésima mentirosa —mañana te quiero enfocada, sino tendrás que explayarte conmigo o tu madre ¿Entendido? —Asentí aliviada —y el jueves hay evaluación de educación civil así que te recomiendo releer el capítulo 3 que correspondía a la clase de hoy.

Me guiñó un ojo y me dejó ir.

Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero fraülein Grubber me tiene encantada, es una gran mujer y cambió por completo mi idea sobre la profesión de la docencia.

~ ~ ~

Una hora después me encontraba con las manos ocupadas dentro de la casa de Aliwe siguiendo sus instrucciones para el día de hoy.

—Aliwe... una vez me hablaste sobre el palo de brujo ¿Recuerdas? —dije tratando de abordar el tema de manera discreta mientras separaba algunas hojas sobre el mesón.

—Recuerdo —me respondió concentrada en el gran mortero de piedra.

—Dijiste que lo usaban para curaciones... o rituales ¿No es así?

May —me respondió de manera tajante. Tendría que seguir insistiendo si quiero llegar a hacerla hablar.

—Y... ¿Tú nunca llegaste a utilizar esa planta? —pregunté y Aliwe dejó su tarea con el mortero y me miró —digo... ¿Has hecho rituales o visto los efectos de la planta en directo?

VIENTOS DEL SUR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora