Empecé a forcejear con la puerta, a sabiendas de haber oído claramente el diabólico clic que me encerró aquí. Su risa resonaba en todo el coche al unísono con mis bufidos de frustración. Me rindo. Cuando me aseguré de que no tenía escapatoria, me fundí en el asiento mientras le lanzaba miradas asesinas. Él, como el gran idiota que es, solo se reía cada vez que su mirada de soslayo se encontraba con las dagas asesinas que la mía le lanzaba.
—Estoy empezando a pensar que estás algo molesta conmigo, piccolina—habló por primera vez con su marcado acento italiano.
¿Ahora sabéis quién es no? Pues claro, es el inepto, arrogante, ignorante e idiota italiano de Aaron. No me malinterpretéis, no tengo nada en contra de los italianos, es más, amo Italia con su idioma, su comida, su gente...pero Aaron....es un espécimen raro de esos que no quieres ver, tocar ni sentir.
—¿Pretendes que te adore por sacarme de la cama y llevarme en contra de mi voluntad a no sé dónde a las...—miré el reloj en el móvil. Un móvil que no se encontraba en mi mano, pues fui la idiota que se lo dejó en la habitación.
—Tres y media de la madrugada—prosiguió por mi con un tono arrogante y orgulloso—madrugar no es lo tuyo piccolina.
—¿Y porqué siempre entras por la ventana?
—Porqué...—me miró durante unos largos segundos, ajeno al hecho de tener una oscura carretera en sus narices, antes de proseguir, nuevamente con la mirada en la infinita oscuridad de afuera—tal vez no soy Romeo y tal vez me alejo mucho de parecerme algún día, pero quiero a una Julieta que me ame como solo ella sabía amarlo. Condicional e irreversiblemente.
Me quedé observando su perfil durante largos segundos, con el silencio presente en el coche. Sus ojos estaban fijos en la carretera, pero de vez en cuando se encontraban con los míos para luego proseguir nuevamente en la oscuridad de la noche. Nunca me hubiera imaginado que palabras así pudieran ser dichas por él. Nunca hubiera pesado que él fuera capaz de pensar de una manera tan profunda, pero sin duda me equivoqué al juzgarlo por su rudeza. Fingí no haberme quedado anonadada ante sus palabras y, con un suave carraspeo, recuperé la compostura y la voz.
—¿Y tu Julieta se perdió en mi habitación?
Sonrió de manera genuina mientras sus ojos se entrecerraban.
—Mi Julieta podrías ser tú—posó su mirada en mí. Su sonrisa se ensanchó al ver aparecer mis pecas por el rubor.
—Yo me llamo Gala, no Julieta—me maldije porque la voz me haya salido como si estuviera aprendiendo a hablar. Aguda y tartamuda.
—Bueno, pero Julieta y Romeo son una cosa, y Aaron y Gala son otra. ¿Ves que bien queda?—me observó por unos segundos, como un niño que intenta que su madre le compre un juguete—juntos seríamos Garon.
—¿Garon? Eso suena como un bicho raro que estuviera en peligro de extinción—una carcajada se escapaba de entre mis labios, pero el rubor seguía en mis mejillas—¿y acaso esto es una propuesta?
Fingí que todo esto solo era una de sus bromas, la típica que le dices a alguien para ver como reacciona y luego es decisión tuya si sigues adelante o le das el batacazo.
—No, pero ha sido divertido verte sonrojar.
Esbocé una sonrisa, aunque en el fondo, sabía que una parte de mí se había decepcionado. ¿Porqué tengo que decepcionarme de que Aaron no quiera ser mi Romeo? Cansada de hacer el ridículo, cambié de tema.
—¿Entonces...te has leído el famoso libro de Shakespeare? ¿Romeo y Julieta?
Enarcó las cejas mientras una carcajada se escabullía de entre sus labios. ¿Qué le hacía tanta gracia?
![](https://img.wattpad.com/cover/75358290-288-k657826.jpg)
ESTÁS LEYENDO
THE BEST© #wattys2016#PremiosPure
Novela Juvenil"Sus labios eran mi droga, su perfume mi embriaguez y sus pecas mi cigarrillo en mano" "Bella, io sono il tuo ragazzo" #Wattys2016 #PremiosPure