|~CAPÍTULO 32~|

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Siento mis piernas debilitarse. Mis ojos no se apartan del cuerpo que yace en el suelo. ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que viene ahora? Los demás parecen preguntarse lo mismo, porqué se miran sin saber qué hacer. Como cuando algo inesperado sucede en el escenario durante una obra, nadie sabe qué hacer o decir, hasta que alguien improvise. Pero nadie parece tener la capacidad para improvisar. Bueno, solo una persona. Una persona que desearía no ver ahora mismo. La última persona a la que quisiera tener que enfrentarme. No sé cómo consigo sacar las fuerzas de acercarme con los puños apretados a ella. Mi ceño se frunce al ver su estúpida sonrisa de suficiencia.

—Vaya, vaya, menuda fiesta que os habéis montado aquí eh. Un festival de muerte—enfatiza, mirando de reojo el cuerpo de Devon—¿qué pasa Gala? parece que hubieras visto un muerto de lo pálida que estás—y vuelve a destornillarse de risa.

—Debí imaginarme que una víbora como tú, estaría metida en ésto, Abby.

—¿Y porqué piensas que estoy metida en ésto?

—No parece sorprenderte el hecho de ver a ésta gente, como si ya los conocieras—aclaro, irritada por el hecho de que quiera jugar conmigo, haciéndose la tonta.

Sonríe, guiñándole un ojo a uno de ellos. 

—Soy bastante sociable—sigue fingiendo. 

—Está bien, me rindo contigo. Eres inaguantable.

Le doy la espalda y me dirijo hasta Ian.

—Espera, princesa, esto no ha acabado con la muerte de éste idiota—grita a mis espaldas.

Al girarme con indignación, veo que se encuentra muy cerca. Con un arma entre las manos. Ian, Mason, Kevin, Andy y los gemelos sacan un arma de detrás y la apuntan. Los amigos de Abby no tardan en ponerse alerta y apuntarnos también a nosotros. ¿De dónde y cómo sacan armas con tanta facilidad ésta gente?

Ehhh, tranquilos—intenta calmar el ambiente, con otra de sus sonrisas de suficiencia—la guerra no es hoy—pero estad alerta, mis amoores—concluye, bajando el arma con confianza.

Se gira dispuesta a irse, pero la detengo cuando un recuerdo cruza por mi cabeza. Un nombre. Ella también forma parte de mi pasado...Mierda. Ya sé quién es Abby.

—Lisbeth...—susurro con a penas voz.

Ahora sí que siento que mi mundo se está derrumbando ate mis narices...

FLASHBACK

—Yo quiero la muñeca con el vestido rosa—hago morritos, arrebatándole la muñeca.

—¡No! Gala....yo quería esa muñeca—chilla, con su dulce voz de una niña de cuatro años.

—¡Mami!—las lágrimas empiezan a descender por mis rosadas mejillas mientras mis labios forman un puchero.

—¡Mami!—me imita Abby, también llorando.

—Shhh....—nos calma nuestra madre, sonriéndonos con falso cariño. Me arrebata la muñeca y se la da a Abby. Al ver mas pucheros por mi parte, me riñe—Gala, tienes que ser buena niña. Haz caso a Abby, ella es mejor que tú ¿te acuerdas? ella es lista y tú no, ella sabe qué tiene que hacer, así que ella manda. La muñeca es para ella.

—¿Y con qué juego yo?—sollozo.

Barre toda la habitación en busca de algo para entretenerme. Del suelo, recoge un juguete para perros, y me lo tiende.

—Toma, juega con eso.

Dicho eso, sale  de la habitación. Abby me mira con suficiencia y yo solo agacho la mirada. ¿Qué iba a hacer? Ella era la lista y yo no.  Empieza a reírse, lo que me desconcierta.

—¿De qué te ríes?

—De ti. Te pega mucho ese juguete—y vuelve a estallar en carcajadas.

Agacho la cabeza mientras intento ocultar las lágrimas. Si me ve llorar, se reirá aún más de mí.

De repente, Elena entra a la habitación con la cara pálida.

—Papá ha llegado demasiado pronto, corre cariño, escóndete—le susurra a Abby.

Pero es tarde, porqué para cuando mamá la intenta esconder, papá ya la ha visto.

—¿Abby?—pronuncia con confusión—me mentiste—afirma, mirando a mamá.

Yo mientras estoy confusa y temerosa de meter la pata, así que solo miro y callo.

—Yo....

—¡Dijiste que tu hija se iba a vivir para siempre con su padre, no que la ibas a traer aquí!

—Lo siento...se irá, de verdad, lo siento.

—Eso espero.




Se gira para mirarme cara a cara. Está pálida y sorprendida porqué la haya descubierto. Y, sinceramente, yo también lo estoy.

—¿Te acuerdas?—susurra sorprendida.

—Nuestra muñeca.

—Nuestra princesa.

Mis ojos dejan escapar lágrimas incontrolables.

—Lisbeth era nuestra muñeca, Abby...

—Y tu y yo...

—Hermanas—susurra Ian, atando cabos.

La verdad de todo nos azota haciéndonos parecer ingenuos por no haberlo visto antes.

Hermanas...  



WOW, NI YO MISMA ME IMAGINÉ ESTE FINAL, PERO TODO TRANSCURRIÓ ASÍ Y....BUENO! SÉ QUE ESTARÉIS CONFUNDIDAS, PERO KEEP CALM, PRONTO DARÉ MÁS DETALLES SOBRE ÉSTA NOTICIA:)

CIAO BELLAS:)


THE BEST© #wattys2016#PremiosPureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora