26 de julio de 2016
Nota del autor: En lo que va de este año he soñado con una mujer varias veces, una mujer que no soy yo pero siento como si lo fuera... ¿Alguna vez han sentido eso? ¿Ser otra persona completamente diferente a lo que son? Yo me siento así, cuando sueño con "Jessica"
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Nuevamente me encontraba en esa compañía, en la que trabajaba mí reciente amante y benefactor, esta vez no había mandado la limusina por mí y había tenido que pagar un taxi hacia la extraña corporación que lucía como una ciudad entera. Escondida a mitad de un bosque o al menos lo que quedaba de él, se alzaba un enorme edificio color gris siendo las oficinas principales y a lado de este, se encontraba el generador de energía más grande del mundo que bien podía confundirse con una base espacial. También poseían casas habitacionales para sus trabajadores, escuelas, guarderías, centros comerciales, librerías y su propio aeropuerto. Una pequeña ciudad vanguardista patrocinada por Industrias Bramen, dedicada a investigaciones de alternativas de energía para el mundo.
Mi novio era el responsable de las investigaciones y pruebas, un puesto muy importante y que le proveía el dinero suficiente para todos mis caprichos. Siendo sincera, yo solo estaba con él por su dinero, el amor había pasado a segundo plano y él también lo sabía, lo que nosotros teníamos era un acuerdo por el tiempo que habíamos estado juntos. Yo me acostaba con él, asentía a todo lo que me dijera y el vaciaba todo el dinero que yo quisiera, lo suficiente para que yo terminará de graduarme y pudiera abandonarlo. La verdad no importaba, solo no quería regresar a la granja donde trabajaban mis padres, quería hacer algo brillante en la ciudad, dedicarme a la literatura que era lo único que yo realmente amaba.
Al llegar al edificio principal, saludé a la recepcionista con una sonrisita burlona sabiendo que ella me detestaba al igual que yo a ella, disfrutaba ver como su cara se retorcía en una mueca de desprecio que guardaba muy bien tras una sonrisa. La primera vez que yo había ido al edificio principal, citada por Claw, ella había intentado sacarme de ahí, diciéndome que una mujer como yo no podía estar en un lugar como ese, se dedicó a criticar mi forma de vestir y el color del tinte de mi cabello y antes de que pudiera responderle algo digno para dejarla callada, Claw llegó arreglar el malentendido, no sin poner en claro quién era yo.
Incluso algunos de los compañeros de Claw me veían de forma lasciva y se portaban de forma muy amable hacia mí, por lo que podía pasearme dentro de la compañía y nadie diría nada en mi contra. Me metí al elevador para dirigirme a su oficina y estaba a punto de prender un cigarrillo, cuando tres hombres más entraron al elevador con una niña pequeña que se encontraba esposada de las manos. Decidí no prestarle mucha atención, pero ella volteó a verme con esos ojos inusualmente brillantes de color verde azul. Desvíe mi vista y note que uno de sus guardias me veía con mucha atención.
— ¿No tienes algo mejor que hacer, grandote?— le pregunté con mi habitual tono indiferente.
Él se volteó rápidamente y los otros dos se rieron de él, mi vista volvió a la niña y a lo que había debajo de sus pies; plumas blancas. Estaba completamente segura que cuando aborde el ascensor no había nada en el piso, quién o qué era realmente esa pequeña. Fue cuando noté que en su espalda tenía un bulto envuelto con una tela y varias correas, no fue difícil adivinar que debajo de ellas había alas, acaso era un... ¡Ángel! ¡Pero eso era una completa tontería! ¡Los ángeles no existían!
Ella volvió a mirarme y me transporté a otro lugar, casi grité por la impresión al ver que me encontraba en la playa y un anciano me había atravesado como si yo fuera un holograma o un fantasma. Él no podía verme ni tampoco oírme, era como una película en la cual no podía participar directamente. El anciano se dirigió a una gran roca donde la pequeña del elevador se encontraba sentada. Él tomó lugar justo a su lado y acarició su cabeza, la niña se recostó en sus piernas y comenzó a llorar.
—Ya no quiero esconderme, abuelo — dijo con voz sollozante.
—Lo sé, pequeña pero debemos seguir huyendo, ellos no pararán hasta encontrarte—dijo el anciano con tristeza.
—Quiero jugar con otros chicos pero no puedo por estas alas, ojalá pudiera... ¡cortarlas!— chilló la pequeña aferrándose más a la rodilla del anciano.
—No digas eso querida, lo que tienes ahí, es un gran regalo del destino. Seguramente no lo entiendes ahora pero en el futuro lo harás. —
—Ni siquiera puedo volar con ellas— se quejó.
—Tal vez no ahora pero lo harás cuando debas—
En ese momento la escena se vio quebrada por el sonido de varias personas que comenzaron a rodearlos y se desvaneció como un sueño en mi mente. Volví en sí y me encontré nuevamente en el ascensor, ya casi llegaba a mi destino y cuando se abrió la puerta del elevador, empujé a los hombres hacia afuera con toda mi fuerza y jalé a la pequeña al interior conmigo, cerrando las puertas tras nosotras para dirigirnos a otro piso. No sabía que me había impulsado hacerlo o sí ella me había obligado con algún tipo de magia, sentí miedo por mi repentina acción y mi corazón dolía por la adrenalina, definitivamente no estaba hecha para hacer aquellas cosas tan precipitadas.
—No sé qué me hiciste hacer pero ... yo— no podía articular palabra, solo quería salir rápidamente de ahí.
— ¿Controlas la mente?— pregunté con temor pero ella negó con la cabeza y trató de reconfortarme.
—Por favor, ayúdame. — Dijo con la misma voz que había escuchado en la visión. —Lo que ellos harán conmigo destruirá el mundo.
—Yo no puedo ayudarte, nunca he ayudado a alguien que no sea a mí, no puedo— seguí caminando de un lado a otro cuando oí como una alarma se activó por todo el edificio.
Justamente lo que me faltaba, ahora creerían que yo había secuestrado a la pequeña, lo que técnicamente había hecho por un impulso medio idiota.
—Qué voy a hacer, Dios. En qué me metí— me sobé las sienes y esperé lo peor.
Ya casi llegábamos al piso de abajo, seguramente alguien ya nos estaría esperando, la pequeña trató desesperadamente de liberar sus alas y antes de que la puerta se abriera, ella me tomó entre sus diminutos brazos y salimos disparadas tras una oleada de balas.
Estaba volando junto con ella, había logrado liberar sus alas y ahora estábamos volando a una velocidad increíble, noté que me dolía la pierna y parte de mi costado ardía, estaba sangrando, probablemente alguna de las balas me había dado a pesar de la velocidad de la pequeña. Comencé a sentirme mareada cuando llegamos al aeropuerto, un avión de carga mantenía su compartimiento abierto y entramos a su interior justo antes de su despegué. Ella me cargó y me metió en una tina de baño que encontró, yo seguía desangrándome e incluso la herida ya no me dolía, de pronto sentí mucha paz y temí que estuviera muriendo.
—Estaremos bien, solo aguanta, la persona de aquí, nos ayudará—dijo con tanta seguridad que me sentí tranquila y cerré mis ojos...
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Reto de los 30 días!!!
RandomDurante 30 días escribiré algo... Una propuesta que iniciamos juntas @LexellCassini y yo n.n!