01 de agosto de 2016
Ahora todo estaba claro para él, no era casualidad todas las cosas por las que había pasado y sufrido, era el pago para un poder mayor, para una vida muy diferente de la que había llevado hasta ahora.
—Ahora te das cuenta, tú entre muchos humanos fuiste el único que paso mis pruebas. He estado esperando más de un siglo para encontrar mi remplazo y tú eras más que perfecto, Raven—dijo el hombre que había sido su amigo y que ahora se revelaba ante él como un Dios de la Absolución, dueño y señor del purgatorio a donde las almas iban a pagar sus penas.
—Y si obtengo ese poder ¿Podré recuperar su vida, su alma?—preguntó sin soltar a Night, que había usado su cuerpo como escudo para salvarlo de la lanza del Dios que lo mataría para convertirlo en su sucesor.
—Sí pero jamás podrás estar junto a ella— dijo el Dios apareciéndose junto a él y enredando sus brazos alrededor de su cuello para inclinar su cabeza y besar su mejilla. —Tú te quedarás en nuestro Carnaval y ella aquí en la Tierra, sin tener ningún recuerdo sobre ti; tu esencia desaparecerá del plano terrenal.
— ¿Qué tengo que hacer?—preguntó Raven impávido.
Al Dios le complació su manera de actuar y le señaló la lanza que descansaba en el vientre de Night.
—Esa lanza le pertenece a los Dioses de la Absolución, sácala de su cuerpo y en el momento que lo hagas, obtendrás mi poder y el alma de Night quedará libre— dijo el Dios y se paró detrás de él para ver lo que haría el chico.
Raven se quedó pensativo un momento y con cuidado acomodó los mechones de cabellos de Night, mientras pegaba su frente muy cerca de la suya para susurrarle algo en secreto. Lloró en silencio y la abrazó con tanto cuidado, que al Dios le irritó sus acciones, odiaba a Night, por ser una de las tantas personas que ignoraban a Raven, sentía desprecio hacia ella y se alegraba de que por fin había logrado separarlos.
—Pronto, muy pronto, olvidarás a Raven y él tendrá la vida que se merece lejos de estos asquerosos humanos que siempre abusaron de él— pensó.
—Tú dijiste que aceptar la lanza me convertiría en el nuevo Dios de la Absolución ¿Cierto?—dijo Raven sacándolo de sus pensamientos.
—Sí, así es—Reiteró el Dios.
— ¿Qué pasara contigo.... Blood? ¿Aún te puedo llamar así?—dijo él dirigiéndole una fría mirada.
Blood no podía decirle que su alma sería liberada de la tarea que hace 100 años otro Dios de la Absolución le impuso, por fin podría morir que era lo que deseaba en secreto.
—Un Dios no puede morir pero si entrega su poder a un sucesor puede desaparecer—pensó sin revelarle nada.
Raven asumió que su silencio era la respuesta al beneficio que él obtendría con su decisión, Blood lo había acorralado para que él no dudara en tomar su lugar. Sabía que Night se sacrificaría para salvarlo y él se sacrificaría para salvarla a ella, pero el precio por hacer aquello y lo otro, era un precio muy caro por pagar; ellos no podrían verse jamás y sus recuerdos de sus días felices desaparecerían para siempre.
—Comparte tu carga conmigo—Es lo que Night le había dicho los últimos días cuando supo la situación en la que se encontraba. Había sido una bendición esas palabras, la primera vez que alguien se había preocupado por él.
"Si ambos compartimos nuestro dolor este se reducirá a la mitad y cuando compartamos nuestras alegría está se multiplicará"
Raven sabía lo que debía hacer, abrazó a Night por detrás y enterró con más fuerza la lanza para que también fuera atravesado por ella. Blood quedo boquiabierto al ver como el poder empezó a fluir de ellos y temió que todo acabará mal pero ése no era el final...
Nota del autor: Dedicado a a Mel, gracias por decirme que peleara por mis sueños. n_n
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Reto de los 30 días!!!
RandomDurante 30 días escribiré algo... Una propuesta que iniciamos juntas @LexellCassini y yo n.n!