que esté pasando por tu festividad favorita.
29 de julio de 2016
¿Había algo que celebrar?
Por supuesto que no, por qué Navidad sería un día agradable para él, si ese día había perdido a dos de sus personas más queridas. Odiaba las fiestas y las reuniones que organizaban en su trabajo, de ser posible quería llegar a su casa lo más pronto posible, meterse a la cama y olvidarse de las celebraciones. No quería participar en ese alegría colectiva que le resultaba tan difícil de comprender. Él siempre se aislaba, pensaba que si las personas lo conocían realmente, ellos verían a la fiera dentro de él y se alejarían. Así que prefería mantenerlos lejos, a salvo de él y él a salvo de ellos, establecer lazos con otros era una molestia que no quería lidiar en su fecha menos favorita del año.
Al llegar a su casa, le sorprendió ver a una hermosa pelinegra sentada en su puerta, vestía un suéter negro tejido y una falda gris de lana, mallones oscuros y botines a juego.
— ¿Kuro?—preguntó sorprendido de reconocer a su amiga.
La chica se desperezó y le pateó con fuerza en el tobillo, lo que le hizo doblarse de dolor.
—¡¡¿Cuánto tiempo crees que me tienes aquí esperando, baka?!!—gritó molesta mientras se ponía de pie y acomodaba los pliegues de su falda
— ¿Por qué no puedes saludar como la gente normal?—dijo sobándose el tobillo lastimado.
—Tengo horas esperándote, desde que supé que no irías a la fiesta de tu compañía—dijo cruzándose de brazos.— Ya me imaginaba que regresarías aquí a esconderte del mundo y pasar la Navidad solo, lo cual no puedo permitir esta vez.
— ¿Ah?—contesto él confundido y se sintió molesto, odiaba que hiciera esas cosas aunque por dentro también las disfrutaba porque se sentía atraído hacia ella.
Kurotsuki y él tenían una relación medio rara, ambos se amaban pero también peleaban mucho, ella era un tanto impulsiva y el un tanto reservado, de alguna manera se complementaban. Ella siempre le había dado señales de lo mucho que lo amaba pero él había ignorado sus sentimientos por el miedo que sentía de perderle; tenía el referente de sus relaciones pasadas y el trato que daba a las mujeres que entraban en su vida. Al principio, todo era maravilloso, miel sobre hojuelas pero luego volvía a ese caparazón que le impedía dejar que lo vieran vulnerable y las alejaba; por lo general eso sucedía siempre, ellas lo dejaban pero era porque él procuraba alejarlas. Era tan contradictorio, ansiaba la compañía de alguien que lo entendiera pero no quería que lo viera tal cual era. Amaba a Kurotsuki pero no quería ser su pareja... estaba bien de ese modo, solo sería su amigo y la protegería desde lejos.... sí, eso haría.
—Tierra a Kyo, tierra a Kyo, abre la puerta, me estoy congelando— dijo ella empujándolo suavemente con una caja de cartón que cargaba.
—Oh, sí lo siento— se disculpó y abrió su departamento.
Enseguida, ella se puso a organizar la sala y a remover varias ollas en la cocina, él solo se sentó en su sofá y prendió el televisor. Trató de no pensar demasiado que hacía ahí con él, seguramente habría peleado con su novio o tal vez solo sintió pena por él. Si seguramente sería aquello...
Cuando menos se dio cuenta, se quedó dormido, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero cuando abrió los ojos descubrió un pequeño árbol de navidad, con muchos pequeños adornos brillantes y luces de colores y una modesta cena para dos. A su lado, Kurotsuki dormía abrazada a él, lo que le provocó un sonrojo que casi le hizo sangrar por la nariz, trató despegarse de ella pero sintió como Kuro se aferró más a él.
—Esta vez no te voy a dejar escapar—dijo ella hundiendo su cabeza en el pecho de él.
—Esto no está bien y lo sabes, tú tienes un novio...—dijo tratando de no tocarla.
—No, ya no— lo interrumpió ella. —Me di cuenta, que si no eres tú no funcionará, yo ya no puedo amar a otra persona que no seas tú...—
—Kuro...—
—Kyo—dijo mirándolo con sus ojos llorosos— Vine hoy, porque ya no quiero que estés solo nunca más y si aún después de decirte que te amo tal como eres, decides que no quieres estar conmigo lo entenderé. Pero yo... ¡Quiero transformar este día que te trae el peor de tus recuerdos en el mejor día de tu vida!, porque estoy casi segura que tú también...
Kyo ya no se pudo contener más, la besó con tantas ganas que la dejó sin aliento y ella le correspondió mientras seguía llorando.
—Perdón, perdón—dijo él despegándose de ella y limpiando sus lágrimas. —Yo no quiero hacerte llorar, Kurotsuki....
—No lloro de tristeza, tonto, lloro de felicidad.Aprende la diferencia, baaka—dijo ella serenándose.
—Oye Kuro—
—Dime—
—Feliz Navidad—
Esa fue la primera vez que Kyo sonrió en navidad y de ser posible, Kurotsuki deseó que cada año pudiera hacer lo mismo.
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Reto de los 30 días!!!
RandomDurante 30 días escribiré algo... Una propuesta que iniciamos juntas @LexellCassini y yo n.n!