ATENCIÓN: esta historia está siendo reescrita por lo que si leen la segunda parte que ya está disponible no tendrá sentido.
Licántropos, esa es mi vida.
Una en la que a existen personas que pueden transformarse en lobos gigantes que podrían arranca...
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De acuerdo, creo que es hora de empezar a contar lo alocada que es mi vida. Que para eso están aquí.
Pero primero, deben saber quién soy:
Mi nombre Mackensey, soy una chica de 16 años a nada de los 17. En términos físicos, mi cabello es castaño claro ondulado, mis ojos son de color verde esmeralda y soy de estatura media y complexión delgada. Lo sé, deben de pensar, "debe de ser alguien muy hermosa". Pues déjenme decirles que se equivocan, pues toda esa "belleza" que creen que poseo, es opacada por las grandes ojeras que hay debajo de mis ojos, provocadas por las muchas horas de vela que he pasado limpiando la casa grande, haciendo tareas escolares de algún miembro de la manada, o simplemente tan adolorida por los miles de moretones que adornan normalmente mi cara y cuerpo, debido a las golpizas que me dan, que me sacan el sueño. Y aunque siempre trato de ocultarlas con ropa grande, todos saben que las poseo, ¿la razón?
Desde que tengo razón de mí misma, me han maltratado, en cualquiera de sus significados, física o emocional, aunque doy gracias de que no haya pasado más allá de golpes e insultos, si saben a lo que me refiero...
De tan solo pensarlo se me crispa la piel.
El porqué, la verdad no estoy segura del todo, pero lo asocio al hecho de que no soy "parte" de la manada. Si no me comprenden lo explicare brevemente.
Cuando era muy pequeña, a los 5 años, el alpha de la manada Luna de Plata, Jackson Ronan, me encontró y decidió acogerme con él. Muchos al principio dudaron de su decisión y renegaron mucho diciendo que podría ser una amenaza, no entiendo porque una niña de 5 podría ser una amenaza, pero así pensó la mayoría. Aunque tengo que ser comprensiva acerca de su miedo, en esa época había habido una guerra con los Vampiros del Norte, que se alojaban en las montañas que hay en el bosque, esa guerra había creado una gran enemistad entre ambas razas y acabo con la expulsión definitiva de los vampiros del territorio. El inicio de la guerra era incierto y no debería de sorprender que después de todo lo sucedido, después de toda la perdida, el que una niña misteriosa apareciese era sospechoso.
El problema recayó en todo lo que eso provocó.
Como los adultos no confiaban en mí, les advirtieron a sus hijos, aquellos que rondaban mi edad, que no se juntaran conmigo, que yo era un peligro y que era una extranjera en la manada.
Con forme paso el tiempo, termine ganándome la simpatía de algunos y comprobé que no era amenaza de nadie, es más, se afirmó el hecho de que era licántropo, una mujer lobo y no una vampira. Se comprobó mi "inocencia", pero como se lo dices a unos niños que crecieron creyéndote basura, que en realidad no lo eras.
Es como terminamos ahora, yo con ya 16 años y siguiendo siendo la marginada y estorbo de mi generación.
De las únicas cosas que aún me mantienen con vida, es el saber que dentro de poco será mi cumpleaños número 17, principalmente para poder, o más bien tratar de defenderme de las tantas golpizas que me dan, especialmente de Mike Ronan, el hijo del alpha de la manada.
