Sola

14 1 2
                                    

Sola.
Desde que no puedo hablar estoy sola. Desde que no sé a quien contarle mi todo.
Desde que no sé cómo expresar que no soy nada.
No veo la hora de dejar de cuestionar... De dejar de sentir.
Ya no más, no aguanto.
¿De qué manera seguir si no se sabe por dónde?
No veo la luz al final del túnel.
No veo ya esa alegría que proporcionada me era por el hecho de entonar a viva voz mis males.
Basta de autocompadecimientos inutiles. Si, me siento desvaída. Si, es verdad que no veo salida. Pero de nada sirve incordiarles con mis padecimientos seguramente idiotas. De nada sirve intentar dar vueltas con palabras que al fin y al cabo no dicen nada.
Solo debo llegar al punto de expresar algo realmente:
No lo siento, no siento la compañía. No siento el cariño ni la comprensión. No siento el esfuerzo ni la calidez.
Solo siento que doy todo, que doy todo y que, ya vacía, me desmerezco en un mar de salitre corrosiva. Pero no esa de nuestros días buenos, esa que refresca y al fin y al cabo renueva. Me refiero a esa que como un torrente sale, que temerosa asoma. Que forzosa oculto.

A BlogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora